LIDIA GARCIA. «Críticas de los médicos a Ayuso por repartir mascarillas FPP2 y no las quirúrgicas frente al coronavirus. Los médicos especialistas en salud pública se rebelan contra el reparto de mascarillas del Gobierno de Madrid», titula la Cadena SER. Y el diario ABC se pregunta: «¿La mascarilla FFP2 está indicada para la población en general? Los médicos de Medicina Preventiva de Madrid aseguran que la distribución a la población en general es una «medida desproporcionada» si no se asegura primero su disponibilidad al personal sanitario». El detonante ha sido la carta que los médicos especialistas en salud pública de Madrid le han enviado a Isabel Ayuso: «se rebelan contra el reparto de mascarillas del Gobierno de Madrid: Los jefes en medicina preventiva de los hospitales madrileños envían una carta al Ejecutivo autonómico en la que aducen que las FFP2 no están recomendadas para toda la población y pueden ser contraproducentes«, titulaba El País. Y entre los firmantes figuran los responsables de Medicina Preventiva del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda. No son los únicos: le secundan el hospital Universitario la Paz, Cantoblanco, Henares, Móstoles, Carlos III, Sureste, Severo Ochoa, Getafe, Príncipe de Asturias, Fuenlabrada, Torrejón y Clínico San Carlos, además de las sociedades madrileña y española de Medicina Preventiva: «reconsidere esta medida que no se sustenta en la evidencia científica, puede confundir a la población y no ayuda al control de la transmisión, pues podría volver a poner en riesgo la seguridad y la salud de los profesionales sanitarios”, dice la carta.


Isabel Valdés

La decisión del Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso (PP), de repartir 7 millones de mascarillas desde este lunes 11 de mayo (2020) para toda la población de Madrid tiene en contra a los mayores expertos en Medicina Preventiva de la Comunidad, los jefes de servicio de esta área de los hospitales madrileños. La periodista Isabel Valdés fue la primera que se hizo con la carta de protesta, que dice así: “la utilización de las mascarillas de protección (FFP2, FFP3) no está actualmente recomendada para la población general ni por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés)”. En la misiva se extienden en las razones. Las FFP2 no está indicadas para la ciudadanía porque su utilización “requiere para ser efectiva un adiestramiento en su colocación”, ya que “si no se utilizan adecuadamente no son eficaces”. Argumentan que “su uso continuado dificulta la respiración, es incómodo, y en determinadas personas, no tolerable”; y creen que “favorecerá que las personas se toquen más frecuentemente la cara y se quiten la mascarilla al no poder respirar cómodamente favoreciendo el riesgo de contagio” y que pueden generar “una falsa sensación de seguridad”.

Además, algunos modelos de estas mascarillas «disponen una válvula de exhalación, lo que condiciona que en este caso el portador de la mascarilla esté protegido pero no se consigue el efecto de “control de la fuente de infección”. Y recuerdan eso que vienen denunciando los profesionales desde el comienzo de la pandemia, la falta de equipos de protección individual. En Madrid, hay más de 11.600 sanitarios contagiados o con sospecha, según datos de la Comunidad. Sindicatos como Comisiones Obreras, que hace periódicamente un repaso por hospitales, estima que son más de 15.000. “La limitación de recursos para la protección de los profesionales sanitarios que se ha experimentado durante la pandemia ha obligado en los centros sanitarios a adoptar medidas de racionalización de su uso, recomendando el uso de mascarillas quirúrgicas para todas aquellas situaciones en las que no se puede mantener la distancia física, y reservando el uso de mascarillas de protección (FFP2/3) a aquellas situaciones en las que se generan aerosoles”, se lee en el documento.

Por eso, dicen, la distribución de esta protección a la población “resulta una medida desproporcionada si no se asegura antes su disponibilidad en las situaciones en las que realmente están indicadas. La protección de los trabajadores sanitarios, en función de los procedimientos de riesgo, es una prioridad por su mayor riesgo de contagio”. Y también aluden a la duración de la eficacia, “limitada en el tiempo”: «Se necesitaría un gran stock para garantizar que todos los madrileños dispongan de estas mascarillas durante los próximos meses”. Por el momento, anunció Díaz Ayuso en su cuenta de Twitter, se habían comprado 14 millones. 7 empezaron a repartirse el lunes y, según comunicó el Ejecutivo madrileño, su uso será “obligatorio en espacios públicos y/o cerrados».

“Madrid recibirá 7 millones de mascarillas en 3 aviones a lo largo del fin de semana. Se repartirán por todas las farmacias para que los madrileños puedan recogerlas el lunes con la tarjeta sanitaria o DNI. A estos se suma el 10º avión con más material sanitario”, rezaba el tuit de Ayuso. Un anuncio que para estos expertos no coincide con “la adecuada prevención y control de las infecciones”, para la que “es necesario aplicar medidas ajustadas al mecanismo de transmisión, al riesgo y a la evidencia científica disponible”. Estas mascarillas, según recoge el texto, no lo son. Esta carta, firmada por los jefes de servicio o responsables de los Servicios de Medicina Preventiva de los hospitales de Madrid, la Sociedad Madrileña de Medicina Preventiva y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. Y lleva como destinatarios al consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero y al viceconsejero de Salud Pública Antonio Zapatero —el que ha sido director del hospital de campaña de Ifema y es también director médico del hospital de Fuenlabrada—, cuyo cargo fue anunciado por Isabel Díaz Ayuso este pasado jueves.

Primera dimisión en el equipo sanitario del PP en la Comunidad de Madrid: la directora general cree que habrá «rebrote» con el cambio de fase que capitanea Ayuso «por motivos económicos»

Ese mismo día dimitió Yolanda Fuentes, la directora general de Salud Pública, por negarse a avalar la decisión de la Comunidad a pedir el cambio de fase al Ministerio de Sanidad. En un informe que pasó a la Consejería fechado el 5 de mayo su criterio fue tajante: “En estos momentos, evaluando los datos disponibles, no es recomendable cambiar de fase”. Y en su carta de renuncia arguyó que no le quedaba “otra opción” cuando los criterios que se tenían en cuenta para hacer esta solicitud eran otros que los basados en la salud pública. Este viernes Díaz Ayuso reconoció que esos motivos habían sido económicos. Ahora, estos especialistas en Medicina Preventiva se ofrecen a la Comunidad, creen que están a tiempo de que se rectifique esta decisión. Terminan así la carta:  “Por último, poner a disposición de la autoridad sanitaria, el conocimiento y la experiencia de este grupo de profesionales especialistas en medicina preventiva y salud pública de los hospitales de la Comunidad de Madrid, que desde su inicio venimos trabajando en el control de la epidemia”. Un conocimiento y una experiencia que, según la misiva de estos facultativos, el Gobierno de Ayuso no ha tenido en consideración a la hora de tomar esta medida. Habrá 15 días para recoger las mascarillas, según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), que insta a los ciudadanos a no “acudir en masa” los primeros días a las farmacias. No hay más instrucciones.

 

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