FERNANDO BRUQUETAS DE CASTRO. Seguía investigando por mi cuenta para documentar el libro sobre el «Outing en España» y a mi pregunta de por qué me aislaban de aquella manera en la Biblioteca Nacional, me respondieron con un escueto «porque está consultando una revista pornográfica». Obviamente, para mí, el «Party» no se trataba de género «porno», sino una especie de literatura de entretenimiento, fantasiosa y divertida, si acaso un poco atrevida para la época; pero nada en absoluto sórdida, como sugería la catalogación de la BN. Me lo tomé con filosofía y seguí mirando las dañadas planas del magazín setentero, que cada vez ilustraban más. En las páginas de «Party» vi cómo sacaban del armario al legendario Antonio Amaya, héroe de mediados del duro siglo XX hispano y los intentos infructuosos de exponer públicamente la sexualidad de Miguel Bosé. Una pena lo de Miguel, ya que después de negar una y mil veces su condición gay, al final nos enteramos de su relación con Nacho Palau, justo en el momento en que rompieron la vieja historia de amor con equitativo reparto de hijos como epílogo.


Fernando Bruquetas

Digo que me da pena, porque en su momento intenté que Miguel Bosé colaborara en el libro sobre el Outing, primero como personaje importante de la cultura gay de España, luego como prologuista y por último como presentador. Pero no tuve suerte. Los amigos comunes se inhibían ante el asunto, los representantes artísticos y productores musicales tampoco querían saber nada del tema, y el personal de confianza del cantante ni siquiera intentó persuadirlo. Por lo visto, no les gustaba «para nada» que hubiese descrito a Bosé como partidario de un armario con puertas abatibles. Al fin y al cabo, él había dicho que todos éramos un poco andróginos. Ahora, visto lo visto, queda demostrado que unos lo eran y lo son mucho más que otros, como el tiempo ha enseñado a Bosé, quien lo sabe por experiencia.

Tony Sáez, actor y cantante de fama, también salió del armario en «Party«. Fue uno de los apóstoles de la exitosa «Jesucristo Superstar» protagonizada por Camilo Sesto y Ángela Carrasco, obra que además contaba con los arreglos e interpretación de Teddy Bautista («Judas»), el canario dueño de la SGAE. Lo de dueño va entre comillas, aunque estén intencionadamente olvidadas. Luciana Wolf, Daniel Velázquez, Pierrot, el admirado Jesús Mariñas… Todos fueron estrellas del «outing» en las pintorescas páginas de «Party«. Ellos y muchos otros dieron la cara entonces, cuando no era fácil ni estaba tan bien pagado como ahora. Antes, vale la pena recordarlo, reconocer la homosexualidad propia era un peligro. La normalización se consiguió con contribuciones como las de «Party» y, sobre todo, gracias al carisma personal de Eloy Rosillo. O quizás deba decir Luis Arconada

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