JOSE RACIONERO. Ahí están, sí. Bajo nuestros pies. No las vemos, parecen invisibles, pero son importantes. Y mucho. Y siendo importantes, deben estar siempre en buen estado. No estamos acostumbramos a comprobar el estado de las alfombrillas de nuestro coche y lo deberíamos hacer con más frecuencia. En muchos casos, las alfombrillas se encuentran en un estado deplorable. Sin embargo, y ya no hablamos de cualquier alfombrilla del interior de nuestro coche, que su estado sea bueno es crucial para una buena conducción. Las podemos limpiar cada vez que lavemos el coche. Pero lo más recomendable es cambiarlas con cierta regularidad en la vida de un coche, cuando las veamos con algún deterioro en la zona de apoyo del pie. Y no nos debe dar pereza, en sitios como soloalfombrillas.es puedes encontrar la tuya con solo indicar la marca y el modelo de tu vehículo, pudiendo encontrar variedad de materiales e incluso personalizarlas.



Las alfombrillas se encargan de recoger la mayor parte de la suciedad que introducimos de la calle y evitan que se vaya depositando en los pedales del vehículo, consiguiendo que el agarre de dichos pedales se mantenga y no tengamos ningún problema durante su uso. Y es que no es precisamente fácil limpiar unos pedales ni la zona de debajo o detrás. Además, las alfombrillas proporcionan estabilidad al pie. Evitan el contacto con la superficie más basta del suelo, menos adecuada para la conducción, y la alfombrilla hace que nuestro talón se apoye con más comodidad, sin deslizamientos imprevisibles y peligrosos para la conducción. En cualquier caso, evitar que se desgaste esa última capa que nos separa de la propia carrocería es fundamental para una buena conservación y duración del coche y las alfombrillas cumplen precisamente con esa misión.

Los materiales de las alfombrillas ya quedan a nuestra elección. A destacar esencialmente dos: el velour y el fieltro. La gama alta la proporciona el velour, un material que también se usa en la ropa, pero que en este caso, con un nudo especial, proporciona resistencia, calidez y una apariencia de elegancia. Las de fieltro son igualmente cómodas, pero con la ventaja del precio: son más económicas y esconden mejor la suciedad. Sin embargo, se limpian peor y tienen una duración ligeramente inferior al velour. Por supuesto, no nos podemos olvidar de las alfombrillas de goma, económicas, menos elegantes, pero igualmente funcionales. Por tanto, las tengamos de un material u otro, lo importante es que estén cuidadas o cambiarlas regularmente para que su estado siempre sea óptimo y nos aseguren una conducción cómoda y segura.

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