“Pablo Muñoz-Cariñanos fue compañero de colegio en Majadahonda de un hermano de la esposa de Daniel Portero. No imaginaban que dos crímenes correlativos iban a sellar esa amistad. Las víctimas tenían dos perfiles diferentes. La última vez que coincidió con su padre, Pablo Muñoz-Cariñanos compartió velada en el chalé de Gines con Rocío Jurado, María Jiménez o Raphael, que celebraban que el hijo del doctor que cuidaba la voz de las estrellas hubiera conseguido trabajo en el 12 de octubre”. El periodista Francisco Correal de Diario de Sevilla narra un triste aniversario: “Se cumplen 16 años del asesinato en su consulta del doctor Muñoz Cariñanos. Los hijos del médico y del fiscal Luis Portero, al que mataron una semana antes, unieron sus fuerzas”. Y es que “se llaman a sí mismos hermanos de sangre. Pablo Muñoz-Cariñanos y Daniel Portero tienen muchas cosas en común. Hay médicos en la familia; los dos son del Madrid. Lo que les unió de verdad fue que a sus padres los mató la misma pareja de asesinos; los matarifes se repartieron el trabajo: Harriet Iragi disparó a Luis Portero, fiscal superior de Andalucía, el 9 de octubre de 2000 en la puerta de su casa en Granada. Ion Igor Solana apretó el gatillo el 16 de octubre, hoy hace 16 años, en la consulta del doctor Muñoz Cariñanos en la calle Jesús del Gran Poder de Sevilla”.
Luis Portero (arriba) y el Dr. Muñoz Cariñanos
«A mi padre ya lo habían intentado matar en Málaga, en la playa de Chilches, entre El Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga, donde veraneaba», cuenta su hijo Daniel. Le denegaron escolta; le negaron las peticiones de traslado al Tribunal Constitucional y al Supremo. «Mi hermano Luis y yo no fuimos sus escoltas, pero sí sus sombras. No lo dejábamos solo en la playa ni un momento». El mismo comando asesinó el 15 de julio al concejal del PP de Málaga José María Martín Carpena. Era alcalde Francisco de la Torre, hermano de la viuda de Portero. En dos meses enterró a un concejal y a un cuñado. Daniel Portero fue vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo que presidió su hermano Luis y al frente de Dignidad y Justicia se personó en causas como la inhabilitación de Otegi, la declaración de los crímenes de ETA de lesa humanidad, premisa para esclarecer los 379 asesinatos que están por resolver. Tras la muerte de Luis Portero, su viuda, Rosario de la Torre, volvió a dar sus clases de Políticas y Sociología. «Nunca nos lo dijo hasta que se jubiló, pero algunos de los alumnos la insultaban. Había mensajes de ‘Gora ETA’ en el ascensor, en la pizarra. Mi padre daba clases de Derecho Penal y la información sobre sus movimientos salió de la Universidad. En Granada había kale borroka».
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