LIDIA GARCIA. Apenas tres meses después de la remodelación del Ejecutivo que el alcalde de Majadahonda, José Luis Alvarez Ustarroz (PP), había emprendido con el cese de sus concejales de Urbanismo (Manuel Troitiño) y Seguridad (Nuria Wilde), una nueva crisis se ha suscitado en el Equipo de Gobierno. Esta vez ha sido el flamante concejal de Seguridad, Luis Blanco Valderrama, el que no ha llegado a cumplir los 100 primeros días en el cargo y ha presentado este martes 20 de octubre (2020) su dimisión, que se hará efectiva en el próximo pleno. Luis Blanco Valderrama «emigra» a Madrid, ciudad donde residía y de la que nunca se había mudado a pesar de trabajar en la política de Majadahonda. Allí será asesor del PP en el Distrito de Fuencarral (aunque él pertenecía a la Junta Municipal de Retiro) ya que su situación en la Concejalía era «insostenible«, según afirman en medios municipales, que apuntan además a fuertes desavenencias con el alcalde, con escenas públicas de sonoros «encontronazos«. Según cuentan concejales del Grupo Popular, Blanco Valderrama era «abroncado» en las reuniones internas del Grupo Popular por el joven alcalde a pesar de que le doblaba en edad (32 años del alcalde por 60 del concejal). Su gestión era constantemente puesta en entredicho, primero en Cultura y ahora en Seguridad. Y ya estaba harto de que se le denigrara. Todo se achaca al nerviosismo ante los múltiples frentes que se abren en la inexperta acción de Gobierno PP-Vox, que se multiplican a diario. La salida del veterano concejal, que deja incluso el acta y abandona el consistorio, provoca la entrada de la siguiente de la lista, Raquel Monedero, responsable de la secretaría del alcalde como asesora del PP.
La dimisión de Luis Blanco Valderrama ha provocado que el alcalde asuma momentáneamente las competencias en Seguridad, a la búsqueda del concejal que quiera comerse lo que considera un «marrón«: velar por la paz ciudadana en el municipio, ya que él no quiere «quemarse» personalmente en esa contienda. Y es que esa viene siendo la tónica del joven alcalde: «gobernar para él es «hacerse fotos» pero nunca tomar decisiones«, señalan en medios «populares» críticos con la actual dirección del Grupo Popular, que expresan en privado que están «hartos» de la «prepotencia» hacia los dirigentes más mayores y hacen notar las continuas «llamadas de atención» de Génova 13 sobre la gestión de un municipio que proporciona «continuos dolores de cabeza» por sus torpezas. A su juicio, la pérdida de credibilidad es «vertiginosa» y la falta de palabra del alcalde ante vecinos y asociaciones civiles «le pasa continuamente factura». Según esta opinión, «cree que la política tiene mucho de impostura y él se ha acostumbrado a mentir: y el problema es que ya le han tomado la matrícula«.
Según esta versión, Blanco Valderrama es solo su última «víctima», ya que el concejal había pasado antes sin pena ni gloria por la Concejalía de Cultura y no cumplió ni siquiera 100 días en la «silla eléctrica» que es la Concejalía de Seguridad en esta legislatura (3 concejales en 16 meses). Su trayectoria como máximo responsable policial fue igualmente «inmaculada»: «no hizo nada bien ni nada mal, simplemente no hizo nada», señalan en el entorno policial del PP, donde revelan que ni siquiera se reunió con el principal colectivo policial (CPPM) y se le hacía un «calvario» acudir al despacho para desayunarse con los sucesos del día que asolan a veces la ciudad. Pero siendo negativa esa actitud y manera de gestión, no era eso lo más grave: en medios del PP se afirma que nadie conocía su «hoja de servicios» ni su «trayectoria profesional» y se pide a los periodistas que miren su «declaración de bienes» e «incompatibilidades«, un registro público municipal que debe desvelar su trayectoria profesional.
Realizada la tarea se comprueba que Luis Blanco Valderrama era protagonista de una situación extraña que también conocía la Oposición y que quizás se guardaba para la campaña electoral: era el único concejal que había entregado la preceptiva declaración de bienes, trayectoria profesional e incompatibilidades completamente en blanco. Los concejales están obligados a rellenarla y si no lo hacen pueden incurrir en delito e incluso inhabilitación como cargo público, pero Blanco Valderrama, haciendo gala de su conocido «desparpajo», entregó a la Secretaría y a la Intervención dos hojas tan blancas como su apellido. Y como la ley no obliga a verificar los datos ni habilita a ningún órgano de control a que lo haga, los políticos saben que pueden mentir en su «hoja de servicios y bienes» porque les sale gratis. Blanco Valderrama, quizás asesorado jurídicamente, decidió que su expediente laboral debía constar en blanco. ¿Por qué tomó esta controvertida decisión?
¿Cabe deducir que el concejal Blanco Valderrama nunca ha trabajado en nada a lo largo de su dilatada carrera política? ¿No tenía coche, piso, plaza de garaje o alguna propiedad que pudiera computarse económicamente? ¿Carecía de medios o cuenta corriente para sustentarse aparte del sueldo en la función pública? ¿No tenía relación con ninguna empresa, propia o ajena, con la que ganarse la vida? Con ese secreto a sus espaldas, el dirigente del PP se marcha de Majadahonda a Madrid, ya que la «agencia de colocación» del PP lo ha situado en el Ayuntamiento capitalino de José Luis Martínez-Almeida. ¿A que se dedicará? Nadie lo sabe pero hay una cosa cierta: allí Blanco Valderrama no dará tanto el «cante» como lo daba en Majadahonda. Y pasará tan desapercibido como aquí cobrando parecido «sueldazo».
Uyuyuy menudo panorama para el fotitos… Ya ni sus palmeros le apoyan. Que le busque su papi otro puesto de trabajo…
Vaya jeta, por lo menos este se ha librado de ir a la casa común del PP «Soto del Real» -por el momento-. Entre todos ellos podrían hacer el partido político AML «A Manos Llenas», y volverían a tener cargos públicos para seguir viviendo a costa de sus votantes iluminados.
Esto es fácil, presiona a un concejal que él no eligió hasta que dimite y ahora puede entrar su amiga íntima, con experiencia laboral de secretaria y asesora del ayuntamiento ….
Los gritos a funcionarios tienen otras consecuencias, huelga de brazos caidos
Mejor alguien sin criterio ni experiencia profesional, que se limite a tener presencia sin opinar; es la forma de ir trepando en el PP.
El dedo apuntador es la forma de elegir amiguetes, que no hagan sombra.
La meritocracia y la experiencia ya no tienen valor en las filas de los cargos institucionales del PP Majadahonda.
Cada vez tiene menos sustancia el caldo político majariego, hasta que acabe totalmente aguado.
Este alcalde es muy joven para dirigir un Ayuntamiento como el de Majadahonda. Sin experiencia ninguna y discutiendo con gente de 50 y 60 años, además de su mismo partido….vamos mal.!
Carlos Ducay Carrasco ¿tú no discutes o discutías con tu madre o padre?
Espero que quede dimitido.
Bien ¡¡¡¡
Tiene muchos agarres ¿Por qué? El PP de Madrid lo sabrá. Di contaban para las próximas elecciones,van de culo,sin frenos y cuesta abajo.
Me da en la nariz que este hombre es bastante dictatorial. Si una persona se enfada con alguien, puede ser que el culpable sea cualquiera de los dos, pero si esa persona es la que se enfada con varios, no cabe la menor duda que el culpable es él, y ha dejado bien a las claras que el que manda en Majadahonda es él, y que no admite ni una ligera sugerencia. A eso yo le llamo DICTADURA. Y no le importa ni las sugerencias ni que se vaya directo a él. Ahora me temo que el aniquilar de donde se pueda el virus de las mil trompetillas, pata bajar a Majadahonda de esas cifras que van a llegar as ser espeluznantes no va a ser una quimera, puesto que no hace, según parece nada para erradicar los posibles focos de ese bichejo, por ejemplo, se me publicó una carta ayer en el Magazine en la que denunciaba unos posibles focos en las banderas. Éstas siguen colocadas en su lugar, cuando otra persona, por si fuese verdad, ya las habría retirado por si acaso, pero este alcalde, ni se fía, ni cree en lo que se le diga. Él va a las suyas sin importarle un pimiento la opinión ni amenazas, ni nada de nada. Es un ególatra de tomo y lomo y ya podemos decir y escribir, que piensa que no va con él la cosa.