SONIA BLUE. Paula Echevarría apuesta por los entrenadores personales de Majadahonda para preparar la «Operación Bikini» de cara a la llegada del buen tiempo y del verano. Y así lo adelantan «Diario Gol» y «Mundo Deportivo»: «Ha contratado a dos ‘personal trainers’, o entrenadores personales, para mejorar su estilo de vida y su forma física. Los afortunados de poder moldear el cuerpo de Echevarría son Vanessa Sikale, una instructora de yoga, e Iñaky García, un antiguo amigo y preparador físico«. Ambos entrenadores tienen algo en común y es que han trabajado en el Gimnasio Físico de Majadahonda.
La elección no es casual, ya que además de ser destacados profesionales en sus correspondientes campos, Paula Echevarría conoce el trabajo de ambos de primera mano, ya que era junto a su ex pareja, David Bustamante, una asidua de este centro deportivo de Majadahonda. La actriz está realizando una fuerte inversión para poner a punto su cuerpo, ya que como desvela esta publicación, los servicios de Iñaky García ascienden hasta los 400 euros al mes. «Parece ser que Paula se enamoró de sus clases a domicilio, las cuales rondan los 400 euros al mes por dos sesiones a la semana junto con un asesoramiento nutricional. Aunque, como todos podemos imaginar, el precio se vería bastante reducido al existir tal nivel de amistad entre ambos», detalla Mundo Deportivo. En cuanto a sus clases de yoga, «Paula está pagando 60 euros la hora o 75 euros la hora y media. Y aunque solamente lleva dos semanas practicando esta disciplina ancestral, parece que Paula Echevarría está enamorada de estas técnicas orientales«. Todo un desembolso que está únicamente alcance de los bolsillos más privilegiados
Sobre esta cuestión incide el Diario Gol, que lo califica como un «capricho de niña rica» que han realizado otras famosas que viven de su imagen personal. «La primavera está a la vuelta de la esquina y muchas influencers ya se han puesto en marcha con la Operación Bikini. Paula Echevarría, pareja de Miguel Torres y ex mujer de David Bustamante, es una de ellas. Por la cuenta que le trae a la actriz. Y es que parte de sus ingresos salen de algunas firmas que le pagan para que pose en traje de baño. Y no puede hacerlo con un físico desmejorado y poco cuidado. Además, a sus 41 años le cuesta más esfuerzo que a otras influencers más jóvenes como Sara Carbonero o Cristina Pedroche. Otras «it girls» como Pilar Rubio (41) o Jennifer López (49) lo saben bien», detalla.
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