LIDIA GARCIA. La 96º edición de los Premios Oscar 2024 se realizará el 10 de marzo en el Dolby Theatre de Hollywood de Los Ángeles (California) y los Cines Zoco de Majadahonda ya están “calentando motores” y recuperando la vida que tenían antes del Covid. Así, este mes de enero (2024) han registrado los primeros «llenazos»: el estreno de “Perfect Days”, el último largometraje del alemán Wim Wenders (Düsseldorf, 1945), además de dejar perplejos a los espectadores, registró una entrada apoteósica para ver las maravillosas rutinas de un feliz y silencioso empleado de la limpieza municipal que lee a William Faulkner o Patricia Highsmith y los alterna con la poesía de “haikus”, el “Arbol” de Aya Koda y sobre todo la música de los 70 (The Animals, Lou Reed, Otis Redding, The Kinks, etc). No ha sido el único: la crónica judicial francesa de «Anatomía de una caída» de Justine Triet y Arthur Harari, dejó algunos huecos en la «sala grande» majariega, pero solo por la emocionante escena de ambos escritores que tratan de sobrevivir a un matrimonio que se apaga en paralelo al avance de la edad, ya merece la pena. Y es que los cines Zoco de Majadahonda, que todos los miércoles celebran el Día del Espectador con entradas a 5,50 €, se han ido reponiendo poco a poco del mazazo de la pandemia, aunque hay una parte de la facturación que no se ha recuperado.
«De cada 4 euros, ahora facturamos 3. Antes del Covid vendíamos 85.000 entradas anuales y llegamos a superar el número que despachaban los Renoir originales. Pero, en 2023, vendimos 63.000», ha declarado el actual tesorero y ex presidente, Gabriel Rodríguez, al diario El Mundo. «Las salas no son tan modernas como las de los centros comerciales, pero se ha renovado el sistema de proyección y de sonido, que ahora es envolvente. Todo para seguir cumpliendo muchos años más al frente de los cines, donde se respira el ímpetu y la ilusión de estos vecinos», escribe la periodista Ana del Barrio este sábado 3 febrero (2024) en un reportaje donde se recogen declaraciones de Jesús Escudero, Delia Blanco y Javier Martínez, nuevo socio de 18 años. Y es que todo el mundo es bienvenido, pues Javier Martínez ha sido uno de los últimos en incorporarse como socio. Estudia en la escuela de cine y quiere aportar su granito de arena: «Tengo muchas ganas. Es un proyecto maravilloso y necesario. La programación es increíble porque ahora se están haciendo muy buenas películas», indica. «No sólo cometimos la locura de existir, sino que hemos permanecido 10 años. Además, hemos establecido un modelo de eventos en los que hemos sido pioneros», concluye Jesús Escudero, vicepresidente de la asociación cultural. «La hazaña de los vecinos que rescataron un cine: 10 años gestionando con éxito las salas Zoco. Este proyecto ciudadano de Majadahonda no se limita a proyectar películas sino que se ha convertido en un punto de agitación cultural de la zona oeste de la región», titula Ana del Barrio y cuenta que «esta historia comenzó hace 10 años cuando un puñado de vecinos decidió no resignarse ante el cierre de los cines de su barrio. En plena crisis del sector, el todopoderoso distribuidor, Enrique González Macho, tiró la toalla y decretó clausurar las cuatro salas Renoir de la localidad madrileña de Majadahonda, que arrastraban pérdidas de 100.000 euros anuales. Los residentes se pusieron manos a la obra y resolvieron montar una asociación cultural con el fin de captar socios para reabrir los cines. Necesitaban 1.200 miembros que pagasen una cuota anual de 100 euros. Y lo lograron. No sólo consiguieron la proeza sino que los cines Zoco son mucho más que unas salas de exhibición: no se limitan a proyectar películas, sino que se han convertido en un punto de encuentro y de referencia cultural para toda la zona oeste de la región.
«Hemos creado una comunidad. Cuando abrimos fue una especie de heroicidad. No nos podíamos imaginar que íbamos a durar 10 años con eventos y actividades cada vez más chulas. Es la hazaña de un grupo de personas que decidieron vencer las dificultades con vigor y simpatía», explica Delia Blanco, una de las impulsoras del colectivo, en la sede del cine ubicado en el Zoco de Majadahonda, uno de los primeros centros comerciales edificados en Madrid. Estas salas son las únicas autogestionadas por los vecinos de toda la Comunidad y unas de las escasas que existen en el resto del país como el cine Zumzeig de Barcelona, el Numax de Santiago de Compostela o los CineCiutat en Palma de Mallorca, que fueron el modelo de inspiración de los residentes majariegos. Siempre tuvieron claro que deseaban un cine de todos y para todos, donde el espectador fuese algo más que un mero voyeur y se convirtiese en un sujeto activo. Por eso, organizan proyecciones de cintas con un coloquio posterior con el director, guionista o actor para poder debatir con los creadores del filme. En 2023, en estos cines se realizaron 100 charlas con invitados, un modelo que han importado los cines Verdi, los de Embajadores o incluso en Kinépolis. De hecho, a lo largo de estos 10 años, se han llevado a cabo más de 580 eventos con 900 invitados como Pedro Almodóvar, Rodrigo Sorogoyen, Isabel Coixet, Alberto San Juan, Anna Castillo o Javier Gutiérrez.
«Su programación no se detiene ahí, sino que también organizan un pase mensual de cine clásico con un coloquio posterior, en el que participan expertos, como José Luis Alcaine, director de fotografía y ganador de 5 goyas. En estas salas siempre han apostado por el cine inclusivo y realizan sesiones para niños con trastorno del espectro autista, en las que se proyectan filmes con un sonido más bajo y una zona de juegos para descansar. Además cuentan con proyecciones educativas para los colegios de la zona y más de 25.000 alumnos han acudido al Zoco, ya que para los socios es fundamental atraer a los más jóvenes a la pantalla grande. A diferencia de los locales tradicionales, los cines Zoco cuentan con una programación muy dinámica. No se limitan a una única película por sala, sino que en cada una de ellas se pueden exhibir dos o tres filmes. Además, intentan programar cine de autor y europeo en versión original y doblada. Eso sí, a lo que no han podido renunciar es a la venta de bebidas y palomitas. Los socios tienen derecho a un precio reducido de la entrada de 5 euros, a un preestreno gratis al mes y a encuentros con los directores de las películas. Las entradas para el resto del público cuestan ocho o nueve euros, que descienden a cinco el miércoles, que es el día del espectador. En los cines trabajan 10 empleados y unos 20 voluntarios, pero todos los socios se involucran. Si hay que hacer un cartel para un acto y un miembro posee una imprenta, se ofrece para elaborarlo», concluye Ana del Barrio.
Enhorabuena por el gran esfuerzo y trabajo que habéis hecho para recuperar los cines