MANU RAMOS. «Delia, de 28 años, vive al norte de Madrid y ha ido varias veces a ver a su novio en Majadahonda (al Oeste). “Como soy autónoma, me hice una declaración jurada sellada por mí diciendo que trabajo en mi tienda —que es verdad— y vivo en Majadahonda —que es mentira—. No voy a estar un mes y medio sin verlo”, resume. Si viven juntos, no hay problema, pero si no, sería irregular. Y ese beso huele a que no se han visto en meses. “Sé que es un poco trampa, pero necesitamos salir y vernos”. El lío con los horarios de paseo y la picaresca hacen que muchas personas esquiven las normas de la fase 0″. El periodista Miguel Ángel Medina describe en el diario «El País» un caso de «picaresca» por amor en Majadahonda.


«Estamos avisando a la gente de que hay que cumplir las normas. Lo que más vemos es gente mayor que se junta, o personas que pasean fuera de su horario”, dice un policía, que pide anonimato. Un portavoz del Ministerio del Interior confirma que la gran mayoría de las sanciones en el estado de alarma (más de 850.000 en España) se deben a desplazamientos no autorizados. En cuanto a otras irregularidades, han detectado gente que aprovecha para quedar con otras personas o pequeñas celebraciones en la vía pública. La Policía Municipal también denuncia que hay personas que entran en parques cerrados tras quitar los precintos y pasean por ellos (en Madrid, los grandes parques siguen por ahora cerrados). Lea el reportaje completo.

Majadahonda Magazin