JULIA BACHILLER. “Una necesidad, una solución”. Partiendo de este eslogan de la película de animación estadounidense «Robots», se puede identificar la situación en la que muchos vecinos de Majadahonda se pueden ver reflejados hoy en día. Necesidades como las del descanso y la comodidad dentro de sus viviendas se ven transformadas en problemas que desencadenan irritabilidad, insomnio y malestar entre los vecinos. El causante de estos problemas: el ruido, provocado por otros residentes en unas ocasiones y en otras por los locales que propician los mismos. La solución a todo ello es complicada y difícil, pero no el motivo por el cual haya que rendirse en buscarla. La más laboriosa a mi entender es la de concienciar a la población de que existen unas normas de convivencia cuya aplicación nos beneficiaria a todos. En cuanto a los locales molestos, yo encuentro tres responsables: el Ayuntamiento de Majadahonda, el gerente del local y el propietario en los casos que se presente esta doble situación. Y una responsabilidad: hacer cumplir la Ley del Ruido, porque la realidad es que en esta materia Majadahonda es una «ciudad sin ley» por la ineficacia política y policial.


Julia Bachiller

El Ayuntamiento de Majadahonda es responsable por conceder licencias de apertura a locales que ya ocasionaron problemas en el pasado. Y ante las denuncias en el presente alegan las demoras en los expedientes administrativos para tomar medidas y solucionar los problemas. Es curioso como el tiempo para otorgar una licencia de apertura es inversamente proporcional al necesario para revocarla por motivos justificados. El gerente del local es el primer responsable, en su afán por lucrarse y sacarle rendimiento económico al mismo, haciendo caso omiso a los problemas que ocasiona a sus vecinos, eximiéndose de los daños y molestias que ocasiona el disfrute de sus clientes. Pero también los propietarios de los locales son una pieza clave, prestando en alquiler dichos locales sin hacerse responsables de lo que en ellos ocurra y beneficiándose de unos ingresos sin más preocupación. Ante estos hechos lo mejor es mencionar tres casos en los que se ve reflejado este problema y en los que los vecinos, ante una “necesidad”, han buscado una “solución”. En dos de ellos omitiré el nombre de las personas afectadas, garantizando la veracidad de lo que se expone al comprobar las denuncias presentadas o ser testigo presencial de las mismas. En el mío propio me hago responsable tanto de la difusión de los hechos como de las actuaciones tomadas.

El primero de los casos se denunció en uno de los plenos del Ayuntamiento. En el turno de intervención de los vecinos, un contribuyente solicitaba la mediación del Ayuntamiento de Majadahonda ante los ruidos que provocaba el extractor de humos de la cervecería “La Loles”. Tras haberlo denunciado y no obtener resultados, lo expuso en el pleno, caso que le fue remitido al concejal de Urbanismo, Ricardo Riquelme (PP) por el alcalde Narciso de Foxá para buscarle una solución. Al mes siguiente, el mismo vecino volvía a reiterar su petición ante el pleno del consistorio, ya que la solución no había llegado: la falta de un medidor de ruidos era la causante de la demora, como así le aseguro el concejal Riquelme. La necesidad: verse liberado del molesto ruido de un extractor de humos. La solución: hacerlo público en el pleno de Majadahonda.

Otro de los casos incluye dos locales: la cervecería “Kcaptura” y el pub “Sabor Latino”, situados curiosamente uno junto al otro en el 17 y 15 respectivamente de la calle de la Cuesta, frente a la Iglesia. Curiosamente el propietario o gerente, en este caso de “Kcaptura”, se puso en contacto con la redacción de este medio de comunicación al ser mencionado su local en uno de los artículos como «ruidoso» y «problemático», solicitando se retirara la fotografía del mismo. Para ello alegaba la supuesta «falsedad» de la noticia y la carencia de investigación por parte del medio, que a su parecer desprestigiaba su centro de trabajo ya que aseguraba que él siempre hacía «lo que me dicta la ley”.

Ante estos hechos no queda más remedio que volver a verificar lo que dijeron las fuentes y así hicimos, encontrándonos un gran número de denuncias por parte de los vecinos ante el Ayuntamiento de Majadahonda. Las mismas certifican las innumerables ocasiones en las que los vecinos han solicitado y se han hecho presentes las fuerzas policiales de Majadahonda. En las denuncias, a las que ha tenido acceso MJD Magazin, se pueden leer claramente las acusaciones. Por detallar algunas de ellas: existencia de una salida de humos ilegal, los locales además de ofrecer servicios de restauración son utilizados como sala de baile con la música a alto volumen que conlleva, altercados nocturnos con peleas e insultos… Y lo más grave: venta de bebidas alcohólicas a menores, que en algunos casos son para que las lleven a sus familiares situados en las inmediaciones frente a la iglesia o la Plaza de la Constitución. El propietario o arrendador del bar tenía razón: en la noticia no se mencionaban los hechos, solo se identificaba como un local «problemático». Y él da a entender que nadie del Ayuntamiento le ha notificado las denuncias de los vecinos, aunque la existencia de las mismas sí están verificadas. La necesidad: evitar este tipo de irregularidades y conseguir la tranquilidad en la zona. La solución: denuncias interpuestas ante el Ayuntamiento y la reunión con el concejal correspondiente, en este caso de nuevo Ricardo Riquelme.

Mapa de ruidos en Majadahonda

LA ALUSION: «Señalamos así las zonas en las cuales las quejas vecinales tienen su origen, porque curiosamente están en pleno centro del municipio: la Plaza de la Constitución, situada detrás del ayuntamiento frente a la Parroquia de Santa Catalina, un amplio espacio donde la presencia de alcohol, niños jugando en presencia de sus padres a altas horas de la madrugada y peleas, han llegado a ocasionar recientemente el impacto de una botella en la cabeza de una mujer. La intersección de la calle Santa Lucía con la calle de la Cuesta, por la existencia de un local de copas que causa molestias y ruidos a los vecinos de la zona, los cuales han denunciado al Ayuntamiento los hechos en varias ocasiones».

LA VERSIÓN DE MIGUEL ANGEL GONZALEZ REYES (local KCaptura). «Han puesto, parte de esta noticia, falsa. No tienen argumentos, no han investigado con la Policía o la Guardia Civil para hacer este tipo de denuncia, mostrando la fachada de mi centro de trabajo. Injustificadamente ponen una noticia de que se cierra a las 5 de la mañana, cosa que aquí se hace a las 2 de la mañana y hay muchos locales en Majadahonda que ni siquiera cumplen con los horarios. Y aquí sí que se cumple. Pido que quiten la foto de ahí porque están desprestigiando mi centro de trabajo y yo siempre hago lo que me dicta la ley. Lo que hagan en el parque ya no es mi problema pero no tenían por que poner mi fachada, es un abuso lo que han hecho ustedes. A esta foto me refiero, deberían de haber ido a la Guardia Civil a averiguar si esa noticia que han puesto acerca del local es verdad. Aquí cierro a las 2 de la mañana y los fines de semana a las 2 y media y jamás incumplo el horario. No sé de donde sacan que se hace a las 5 de la mañana. Aparte que yo soy el primero que me encargo de que aquí no entre gente conflictiva, como para que ustedes se encarguen de desprestigiar este local de la forma que lo han hecho».


Policías y Guardia Civil frente al antiguo 19 escalones: impunidad

En último lugar mi propio caso. Desde el año 2014, hecho que puedo verificar, llevo denunciando al local de copas situado en el Centro Comercial Gran Vía 33. Se llamaba “El Ambigú” en su origen, posteriormente “El 19 Escalones” y en la actualidad es un local sin nombre que utiliza la salida de emergencia como acceso principal. Hasta que estos locales cesaron su actividad en el 2015 se produjeron múltiples denuncias, llamadas a la policía, un concejal de Ciudadanos, Antonio Rodríguez, llevó el caso al pleno en su intervención de ruegos y preguntas. Difusión en este medio de comunicación y finalmente solicitud de intervención del Defensor del Pueblo han sido alguna de las medidas que en solitario tuve que tomar.

Eramos pocos y parió el teclista: concierto nocturno

A día de hoy el local retoma su actividad con un nuevo estilo de música, en esta ocasión “Latina”, con los mismos incidentes los viernes y sábados noche: música extremadamente alta, vocerío de los asistentes y todos los problemas que ocasiona un local que cierra sus puertas a las 4 de la mañana. Tras solicitar en dos ocasiones la presencia policial por excederse en la hora de cierre y en una segunda para que verificasen la utilización de la salida de emergencia como entrada al local, como así hicieron, valoré volver a pasar por los trámites administrativos municipales con el tiempo que conlleva intentar solucionar el problema. En resumen, otro título cinematográfico: «Volver a empezar».

Escrito pidiendo el cese del concejal Riquelme presentado por Registro en el Ayuntamiento

Pero me niego a tener que hacerlo ni a cambiar mi lugar de residencia como algunos me han aconsejado, por lo que imploro la “necesidad”: paz y tranquilidad en mi lugar de residencia a ciertas horas de la noche. Y he encontrado la “solución”: solicitar por escrito en el Registro del Ayuntamiento y con copia a la prensa la destitución como concejal de Urbanismo de Ricardo Riquelme (PP) por su impasibilidad ante las molestias que sufrimos los vecinos. Y eso que en los plenos el alcalde Narciso de Foxá recuerda a menudo que las molestias por ruidos son algo que no tolera en su municipio. Es, por tanto, el segundo y último responsable político porque una cosa es lo que dice y otra lo que no hace.

Majadahonda Magazin