Saul Varela, protagonista del «Mundialito» de Majadahonda 2022

JUANMA CUETO. El Mundial de Qatar 2022 se disputa entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre, pero el pasado fin de semana se celebró en Majadahonda el «otro» Campeonato del Mundo. Más de 60 niños, entre 8 y 16 años, participaron en la segunda edición del «Mundialito» de fútbol sala «Atalaya de San Cristóbal«. El objetivo era fomentar los valores del deporte y pasar un buen rato con el fútbol siempre de fondo. Portugal, una selección que combina talento, garra y máximo compromiso de sus jugadores, se llevó el título tras una final de infarto ante Francia que se decidió en la prórroga cuando solo quedaban 2 minutos para la conclusión. El resultado final de 8-7 refleja la igualdad de un torneo que contó con otras selecciones muy poderosas como Argentina o Alemania. Dos de las favoritas, España y Brasil, cayeron en la fase de grupos contra todo pronóstico. Portugal ganó todos sus partidos con algunas goleadas incluidas (8-4 ante España o 10-3 frente a Argentina). El éxito de organización, asistencia de público e instalaciones fue total. No faltó el famoso «We are the Champions« para los campeones cuando levantaron el trofeo y todos los participantes tuvieron una medalla como recompensa a su esfuerzo. Banderas, bufandas, camisetas colgadas para decorar el «estadio», megafonía, música… un ambientazo para motivar aún más a los «Cristiano«, «Mbappé«, «Neymar«, «Benzema«, «Joao Félix» y compañía.


Juanma Cueto

Mención especial merece Saúl Varela. Tiene 14 años y acaba de terminar 3º de la ESO en el IES Leonardo Da Vinci de Majadahonda. Es socio del Rayo Majadahonda desde hace 5 años. Su gran pasión es el fútbol y siempre que puede asiste al «Cerro del Espino» con la esperanza de ver ganar a su equipo favorito. En el club es muy querido. Representó a Brasil con el merecido cartel de «crack» y la silla de ruedas no fue un obstáculo para destacar en defensa. Un «muro» para los rivales que se llevó los mayores aplausos del público. «Saulete» es un ejemplo. Un 10 con mayúsculas. Luis Cristóbal, uno de los organizadores del «Mundialito«, se mostró muy satisfecho porque «el deporte une a los chavales y les aleja de estar constantemente enganchados a los videojuegos. La amistad aumenta entre ellos. Sinceramente, creo que hemos conseguido el objetivo. Cuando las cosas salen bien es un aliciente para seguir creciendo con iniciativas que enganchen a la gente».


Portugal, equipo campeón

Organizadores: Luis Cristóbal, Pablo Garma, Miguel De Diego y Helard Agapito

En la misma línea se encuentra Helard Agapito: «La unión entre padres e hijos es fundamental. Ojalá todos los años se celebre esta competición con la misma ilusión y alegría. Ver la cara de los jugadores peleando hasta el último suspiro por la victoria y cómo se animaban unos a otros no tiene precio. Es una satisfacción muy grande». Pablo Garma, con un papel esencial igualmente en la organización del torneo, considera que «ha sido muy bonito porque el campeonato llevaba dos años sin disputarse por la pandemia y siempre te cruzabas con alguien que preguntaba cuándo iba a volver. Los chicos se lo han pasado genial. El nivel era altísimo. Los padres agradecen que se hagan este tipo de eventos. Este año hemos juntado a los chavales por edades intentando que todos los equipos estuvieran equilibrados. Ojalá podamos hacer dos categorías el año que viene para que los más pequeños jueguen más».

Francia, finalista

«El «Mundialito» es mixto y sería muy bueno que la próxima temporada se apunten chicas. La Eurocopa femenina de este verano será un buen escaparate para ellas. También sería positivo ampliar la organización a otros deportes», concluye. Miguel De Diego cree que «ha merecido la pena el esfuerzo. Han sido muchas horas de dedicación y cualquier problemilla de última hora se solucionaba para que todo saliera bien. Lo más bonito es que los protagonistas eran los niños. La deportividad ha sido máxima. En la entrega de trofeos el ambiente era impresionante. Ningún reproche. Ahora toca descansar y cargar pilas en verano para volver con más fuerzas aún».

Majadahonda Magazin