Alfonso XIII y Primo de Rivera

CRESCENCIO BUSTILLO. En este plan estaba la política local del pueblo de Majadahonda, un enfrentamiento aparente entre los dos caciques y sus familias, cuando llego la Dictadura del General Primo de Rivera. Esta los cogió de sorpresa, desprevenidos, por lo que fueron echados del Ayuntamiento y del Juzgado sin ninguna clase de miramientos. Como se puede suponer, esto les sentó como un tiro, ya que estaban acostumbrados a mandar y a dirigir al pueblo a su capricho y de pronto se vieron tirados como colillas y ante la evidencia de descubrirles los trapos sucios. Por eso nunca le perdonaron al sucesor este accidente.


Paco «el Vinanes» era «hábil, inteligente, no mala persona y semi analfabeto»

El nuevo cacique que pasó a mandar el pueblo se llamaba Francisco Gómez, de la dinastía de los “Vinanes”, por lo que la gente lo llamaban “Paco el Vinane”. Era de complexión fuerte, ancho de espaldas, bajito y con las piernas arqueadas o torcidas. No podía presumir de haber sido agraciado por la naturaleza, pero en cambio suplía esta falta de buena presencia física con una gran simpatía, de la que estaba bien dotado. Su profesión era tratante de piensos, sobre todo paja para el ganado vacuno, muy hábil en el trato y bastante inteligente, para ser semi analfabeto. También se encontraba entonces en la mediana edad. Como he dicho anteriormente pertenecía al clan de los “Vinanes”, una familia numerosa, siendo el más joven de todos los hermanos. Trabajaban en común pero la dirección del negocio y quien mandaba en el clan era él, girando todos sus hermano y familiares a su alrededor como si fueran satélites.


Crescencio Bustillo

Antes de analizar la actuación de este hombre y su familia diremos que aquellos otros dos caciques y sus “clanes” se fusionaron para hacer frente a la nueva situación, formando un frente común no por ideologías sino por defender sus intereses. De tal manera estrecharon los lazos, que aumentaron si cabe los vínculos familiares, casándose los dos hijos más pequeños del “Tío Sopas” con las nietas mayores y también hermanas del “Tío Fraile”. Así cerraron una página de la historia del pueblo estos caciques que parecían que estaban a matarse, comprometiendo a mucha gente que creyeron en ellos. Y poniendo de relieve una vez más que la política basada en intereses particulares es la más sucia y falsa que puede haber. Después de tantos años como han transcurrido librando una guerra de por medio, los que de nuevo mandan en Majadahonda son los descendientes directos de aquella unión, que tanto dio que hablar en el pueblo.

Primo de Rivera

Volviendo con el nuevo caciquillo, o sea Paco “el Vinanes”, a partir de la nueva situación también empezó a cambiar la mentalidad política de la gente. También sus relaciones sociales, que ya no estaban condicionadas como anteriormente, sino que se fue adquiriendo una cierta independencia y con más claridad se veían los problemas fundamentales del pueblo. El nuevo “dictadorzuelo” no era mala persona, eso que salió ganando el pueblo. Tenía mucha gente en contra: además de los “clanes” arrinconados por él, había otra gente que le tenía envidia, sobre todo por la vida de señorito que llevaba. Como ya dije antes, era tratante de piensos pero con la nueva situación desde su puesto de alcalde obtuvo créditos para ampliar sus negocios, llegando a ser el principal abastecedor de todo el ejército español, así como de las vaquerías de Madrid que entonces eran muy numerosas. En Madrid era tan conocido que en todos los medios oficiales (peñas, cafés, casinos, centros culturales o recreativos, así como en los círculos taurinos de los que era gran aficionado) se puede decir que el todo Madrid no solamente lo conocía, sino que alternaba y trataba de cerca con él. Esta popularidad era su mejor virtud y con su simpatía y su habilidad se ganaba a la gente, excepto a los “Sopas” y “Frailes” del pueblo, que para ellos seguía siendo el ridículo monigote.

Majadahonda Magazin