Música callejera: la imagen muestra el caso que ha desencadenado las protestas en la Gran Vía de Majadahonda

JULIA BACHILLER. Cada vez viene siendo más habitual la presencia de músicos callejeros en la Gran Vía, calle central de Majadahonda, como se pudo comprobar el pasado verano del 2020. Entonces, diariamente, cada noche recorrían las terrazas ubicadas en esta zona del municipio, algo que ocasionó dos posicionamientos públicos sobre la cuestión. El primero agradable para los que estaban de paso, el segundo insufrible para los que por motivos de ubicación de su vivienda tenían que soportar el espectáculo diario. Con la llegada de las fiestas navideñas, uno de estos músicos itinerantes retomó la iniciativa con su acordeón. Y diariamente, con un amplificador que aumentaba el volumen y su instrumento musical, una y otra vez  interpretaba los mismos tres temas navideños. A ello había que añadir el acompañamiento de la megafonía municipal y el espectáculo de música y luces que a diario ofrecía el ayuntamiento. 


Julia Bachiller

Julia Bachiller

Finalizado este periodo vacacional, el improvisado músico de nuevo ha regresado al lugar. De nada valió la mediación de la Policía Local ni que empresarios y vecinos solicitaran educadamente que cesara en su actitud. A partir de las 10:00 horas de la mañana se ubica en el mismo lugar del tramo de la calle central hasta ya pasadas las 14:00 horas. Y en ocasiones añade una sesión de tarde, periodo de tiempo en el que reiterativamente se escuchan tres temas musicales, “My Way”,” Hit the Road Jack” y “Quién Será”, conocido repertorio cuyo encanto ha destruido con su afán repetitivo. 

LA MUSICA CALLEJERA. La figura del “músico callejero” es una profesión que ha servido de rampa de lanzamiento para algunas estrellas del panorama musical actual, siempre acompañado de la necesidad de unos mínimos ingresos y de un lugar donde tener la oportunidad de mostrar el talento musical al público. De ahí surgieron músicos como Javier Alvarez, Tracy Chapman o más recientemente Ed Sheeran, de talento indiscutible, que actuaban en parques, en el metro o en la calle. Evidentemente este no es el caso en cuanto a calidad se refiere, pero sí en cuanto a aprovechar la caridad de las personas que a su paso le dejan una limosna.

CRISIS ECONOMICA Y SANITARIA CON MUSICA CALLEJERA. La crisis sanitaria ha derivado en una devastadora crisis económica, dejando al límite y por debajo del umbral de pobreza a los que ya se encontraban en una situación precaria. No obstante, eso no justifica el proceder de este músico, del cual no criticamos su manera de conseguir un sustento económico y más en estos tiempos. De la misma manera que recibe el respeto y reconocimiento a su trabajo por todos los que le depositan unas monedas, vecinos y empresarios de la zona le piden que actúe de similar manera con ellos, ya que debido a la pandemia tienen que mantener sus ventanas y puertas abiertas a causa de las obligadas medidas sanitarias. Y al igual que él lucha con su piano, trompeta o acordeón diariamente por mantener unos mínimos  ingresos económicos, otros hacen lo mismo desde sus domicilios o negocios. En un ambiente crispado por la situación actual, la situación se tensa diariamente, ya que el ruido se ve incrementado por la repetitiva música y el elevado volumen de su amplificador. La Gran Vía es una larga calle donde poder interpretar melodías de mejor o peor gusto, nadie se ofende por oír interpretar un par de canciones, pero evitando hacer uso del molesto amplificador. Todo en su justa medida favorece la convivencia y no degenera en episodios de orden público.

LA ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE RUIDOS Y MUSICA CALLEJERA. Hechos como este nos llevan a consultar la Ordenanza contra Actos Incívicos y Vandálicos del municipio de Majadahonda, la cual fue aprobada por el Pleno Municipal el 30 de julio de 2008. En su exposición de motivos alega que “el incremento de la población de Majadahonda, el progreso de nuestro municipio, su carácter abierto y su proximidad a la ciudad de Madrid, imponen la necesidad de buscar instrumentos para preservar los espacios públicos como un exponente de convivencia y civismo, facilitando el devenir diario de la convivencia”. A lo que añade: “No obstante el notorio carácter cívico de los majariegos, en ocasiones algunos individuos manifiestan comportamientos irrespetuosos e irresponsables con el medio urbano y con el derecho de los conciudadanos”.

En el Título II de esta ordenanza se recogen «las normas de conducta en los espacios públicos, las infracciones, sanciones e intervenciones específicas correspondientes a cada una de ellas”. Y se hace mención a la «contaminación acústica del medio urbano y el resto de conductas que perturben la convivencia ciudadana”, la cual es aplicable «a todas las personas que se encuentren en el Municipio de Majadahonda, como residentes habituales o de paso, sea cual sea su concreta situación jurídica administrativa”. En el Capítulo Cuarto se trata el tema basado en “Molestias por Ruidos y Vibraciones”. Y en su Sección Tercera «Ruidos de instrumentos y aparatos musicales», que en su artículo 49 dice: “Se prohíbe en la vía pública, en vehículos de transporte público y en zonas de pública concurrencia, accionar aparatos de radio y similares y tocar instrumentos musicales, incluso desde vehículos particulares, cuando superen los límites máximos legalmente establecidos”. A lo que añade: “La actuación callejera de artistas o en otros lugares públicos estará sometida al permiso previo municipal y, en todo caso, se producirá al volumen adecuado para no producir molestias a las personas usuarias”.

MULTAS. La ordenanza considera una infracción leve “provocar molestias a la vecindad al accionar a alto volumen aparatos de radio y similares, o tocar instrumentos musicales en la vía pública o en zonas de pública concurrencia”. Y estas se podrán ver sancionadas con multa de hasta 600 euros. En caso de convertirse por su reincidencia en «grave», esta se sancionará “con multa de 601 hasta 12.000 euros”. Y en caso de valorarse como muy grave “serán sancionadas con multa de 12.001 hasta 300.000 de euros”. Es la ley que el propio Ayuntamiento tiene obligación de cumplir.

Majadahonda Magazin