Quejas vecinales

Imagen del arbolado invasivo sin podar tomada por la vecina denunciante

LIDIA GARCIA. Los vecinos de Majadahonda que no se han ido de vacaciones o que han terminado las mismas continúan durante este caluroso verano de 2020 formulando quejas vecinales a la gestión municipal. Así lo ha hecho Patricia Gisella Davila Prada, quien ha denunciado en las redes sociales que «es una pena que las plantas ocupen la mayor parte de la acera. Cada día tengo que pasar por ese lugar para trabajar y debo hacerlo por el borde. Este sitio está al lado del Mcdonald del Equinoccio Majadahonda. Ojalá el Ayuntamiento pueda arreglar este jardín y permitir el libre tránsito de las personas sin ponernos en riesgo». Por su parte, el vecino Manuel Serralta Velasco documenta otra queja: «A las 9,00 am… En el Ayuntamiento se da un servicio al ciudadano que implica trato directo con la persona. Da igual que sea funcionario o contratado. Y lo mismo puede ocurrir en cualquier otro ámbito laboral. La experiencia de ayer fue desagradable y me llamó la atención la continuada actitud nerviosa e impertinente sobre todo de una de las dos personas que atendían. Hay formas de explicar las cosas y dependiendo de la persona. Uno, por su experiencia, debe poder saber cómo actuar. Hay muchas personas que no tienen acceso a ciertas cosas y usted no puede contestar así. Da la casualidad de que esta persona a mí me ha atendido en alguna ocasión cuando antes estaba en el otro edificio y se me quedó grabada la impertinencia con la que lo hace. Y además sin mirarte a la cara. Siempre hacia la pantalla del PC».


Y añade: «Para colmo sale un policía, y con aire autoritario un tanto desproporcionado, me recuerda las normas del Covid, (aun no sé por qué). Facilitar la aplicación de un servicio, aún a pesar del COVID, es obligación del Ayuntamiento, algo tan sencillo como poner una mesita fuera, otra dentro y delimitarlas, que distancia hay de sobra. Y si no, aplicamos el Teorema de Pitágoras… Es fácil. ¡No se puede tratar a las personas como imbéciles hombre! Desde luego no me callé, pero el policía en cuestión no dejaba hablar, me interrumpía constantemente. Así que le miré y le dije: no voy a discutir. Para mí, obedecer como «un corderito» no es actitud… Ese uniforme no es motivo suficiente para que lo haga si me trata así, eso no es autoridad. No tengo quejas en general del servicio, por mi propia experiencia, de verdad… pero eso no justifica lo de ayer. Me duele que se hable así a la gente y que no te contesten ni a un simple «Buenos días», mientras miran la hora y actúan dando muestras de… ¡Que pase el siguiente! Por cierto, trabajo de cara al público y no se despacha, se atiende que es diferente».

El propio Manuel Serralta Velasco, muy activo en las redes, explicó además otro  caso: «voy a solicitar una vivienda social de PAMMASA. Después de 17 años viviendo aquí, contribuyendo con el pago de mis impuestos. Resulta que si en el momento de solicitarla no estoy empadronado, no me aceptan la solicitud, cosa que entiendo y acepto. Pero, debido a mi situación personal, he pedido ayuda por privado, pero ahora no me queda más remedio que hacerlo público. Vivo con una familia compartiendo casa, tengo dos hijos que actualmente viven en Majadahonda con su madre, uno de ellos con una discapacidad que le hace 100%,dependiente. Trabajo con contrato temporal en el Bricomart y sólo quiero seguir haciéndolo, pues lo he pasado muy mal después del cierre de mi empresa y el divorcio,… Me da igual el tipo de vivienda, solo quiero normalizar mi vida para poder rehacerla ayudando a mi familia. Tengo 50 años, 27 cotizados y no me planteo otra cosa más que tirar, empujar y hacer país hasta donde pueda… Pero me temo que voy a acabar empadronándome en un coche, porque de otro modo no se que hacer… Estoy un poco indignado, triste y nervioso, pero en mi situación no me da vergüenza ya… ¿Alguien que pueda y quiera ayudarme?».

Majadahonda Magazin