
Preguntado por sus orígenes cuando llegó a Majadahonda, Ramón Cerezo recuerda que «yo vivía en una casita allí abajo en El Reguero. Donde el señor Esteban, por ahí abajo, había allí un arroyo y allí vivíamos nosotros en unas casitas muy bajitas que solo tenían un cachitín de habitaciones y de cocina. He dormido en el suelo. Nos juntamos mi hermano, mi hermana y luego vinieron nuestros padres. En un lado estaban mi hermano y hermana y al otro lado mis padres. Yo he dormido en el suelo de la cocina muchas veces«. A pesar de estos duros comienzos, Cerezo concluye que «ahora vivo muy bien, gracias a Dios, aunque he trabajado mucho«.
A pesar de que el oficio de policía municipal pueda parecer fácil, «El abuelo» detalla que «no es comparable» con el que él realizaba cuando comenzó, ya que antes tenía que compaginarlo con otros trabajos para llegar a fin de mes. «Aparte de la policía he trabajado en otros sitios. He llegado a trabajar 23 horas en un día. Iba, comía y otra vez. Salía a las seis y media al mercadillo, que entonces lo ponían muy pronto, luego comía una hora escasa y luego me iba al edificio de los músicos porque empezaron los chavales con los sprays, lo tenían todo pintado y yo tenía que impedirlo. Allí estaba hasta las 5:30 o las 6:00 y así vuelta a empezar. Así estuve años y años».
«Antes se vivía mejor, nos conocíamos todos un poco más y nos respetábamos más también, creo«, responde Ramón cuando se le pregunta si antes Majadahonda era una ciudad más segura. Respecto a si a lo largo de todos sus años como policía municipal tuvo que encerrar a alguien, se muestra rotundo: «Yo no he metido a nadie en la cárcel». Sí recuerda que en una ocasión tuvo que darle un susto a una joven: «No tengo muchas historias que contar, pero recuerdo que un día le llamé la atención a una chica, ella se puso un poco tonta y la llevé al cuartelillo. Yo no sé lo que me dijo, pero le contesté que como se le volviese a ocurrir actuar así, la iba a llevar a Pozuelo donde la Policía Nacional«. Una advertencia que parece que surtió efecto ya que el policía jubilado señala que «eso la acongojó y se lo tomó en serio«. No volvió a organizar ningún altercado ni a faltarle al respeto a nadie.







Pero el tejas le enseñó bien. Y el PP le elevó!
A Cristina Chamorro Chamorro y Mirta Echaniz les gusta tu enlace. 302 Personas alcanzadas, 42 Interacciones
Recuerdo a Willy el tirantes, era mi vecino, era patético . ….. pero aprendió muy rápido …..