JUAN F. MARTINEZ. El Fuenlabrada CF se ha desinflado sin Milla en el tramo final de la liga y el Rayo Majadahonda ha cogido ese aire que se escapa desde el sur de Madrid y se ha puesto a 1 punto del liderato. El viento de cola sopla ahora por el Oeste y hace obligado ir este año de vacaciones a Tenerife. Este domingo ganó con autoridad en Pontevedra ante un histórico equipo que hace seis meses jugaba el «play off» de ascenso a Segunda A y que posee hechuras de plata, pero es que el Rayo Majadahonda lo bordó. Y por ello ganó algo más que 3 puntos y 3 goles (0-3) en el monumental estadio de Pasarón: supo sufrir defendiendo y supo disfrutar con el balón. Supo atacar y contragolpear con eficacia y supo achicar balones y espacios con contundencia e inteligencia. Supo triangular y combinar sin importarle la lluvia, el viento o el frío ni el estado del terreno de juego. Supo hacer los cambios para mejorar y que los nuevos hicieran olvidar a los mejores. Supo tantas cosas y las supo hacer tan bien que pase lo que pase este equipo, que ya pulverizó sus récords históricos en las ligas 2014-15 (ascenso 1º), 2015-16 (permanencia 2ª B) y 2016-17 (play off), ahora en la 2017-18 quiere más. Y aunque no lo consiga –que lo va a conseguir– está haciendo disfrutar con su juego no solo a los aficionados de Majadahonda y de Madrid sino de toda España. Lo hizo ante el Real Madrid-Castilla con las cámaras de Real Madrid TV, lo ha hecho con las de Telemadrid en los «derbys» regionales madrileños y ahora también en las de Galicia, pues la TVG retransmitió el encuentro para su comunidad y por internet para todo el globo, sobre todo Latinoamérica, donde está radicada su emigración gallega.

Difícil destacar a alguno de los héroes de la gesta en Pontevedra porque tras tremenda lección de fútbol este equipo está llamado a la gloria: Basilio, que se ha convertido en leyenda del Cerro y tras triunfar en la India quiere más. Andújar, que ahora no solo es central de altura y peso sino que también es goleador. Juan Cruz, que es un prodigio defendiendo y con el balón en los pies un escándalo. Oscar, que parece una fina estrella brasileña ordenando al equipo y sacando la bola. Ayoub, que hace olvidar a los mejores centrocampistas del FC Barcelona y de la selección española y podría ser ya internacional con Marruecos en el Mundial con Munir y Acharf. Vicente, al que en Galicia bautizaron como «el mariscal» y hasta el generalato se le queda corto porque en Pontevedra parecía Beckenbauer.

Carles Coto, que es una auténtica revolución en el ataque con el balón en los pies y quiere triunfar en España a base de pases y goles, demostrando que la cantera del Barsa se equivocó al dejarle marchar. Jeisson, que con su elegancia, eficacia y desmarques cada vez más se parece al mejor Thierry Henry. Jorge García que es una verdadera alcayata defensiva y quiere intentar repetir al menos sus 17 encuentros en primera división con el Sporting, pero esta vez desde Majadahonda. Carlitos, que hace bailar al equipo al son de «Carliños» Brown y lo mueve como la selección brasileña. Jorge De Frutos, que ha pasado de ser «el niño de Avila» a ser «el niño de España» por su velocidad, regate y experiencia, siendo quizás el delantero más ágil y veloz de la 2ª B española.

Dani Pichín, que recuerda por su habilidad y olfato a los menudos y mejores extremos goleadores de aquella selección española, como Dani o Bakero o incluso el mítico Juanito. Rubén, que ha cogido los aires de los mas bravos y escurridizos carrileros de la liga española (Filipe Luis, Jordi Alba y compañía). Jairo Cárcaba, que se estrenó como goleador y ya se va pareciendo más a los 9 puros y clásicos de Alemania como Klose, Muller, Mario Gómez o el actual Lewandowski. Y Oliva, que aunque no jugó y estuvo en el banquillo, representa al resto de la plantilla como ese capitán que sabe esperar su turno y conoce cual es ahora su papel, que es el de mantener unidos a los que desean más minutos y seguramente se los merecen como los demás.

Y no nos dejamos a Antonio Iriondo, el míster que con todo su cuerpo técnico, en el banco o en la grada, se anticipó al modelo Johan Cruiff en España y le salieron discípulos como Paco Jémez. A sus 65 años merecería estar entrenando a cualquier selección internacional que acuda a su Moscú natal en los Mundiales 2018. El fútbol le ha dado esta recompensa a la edad de la jubilación, pero mucho nos tememos que a estos genios incombustibles con un corazón a prueba de bombas hay que enterrarlos con un balón en los pies y las botas de fútbol colgadas del cuello.

Milla en Tenerife y el Fuenlabrada de vacaciones

Jairo dedica su gol a los asturianos que fueron a verlo

El estadio de Pasarón vio pasar un rayo y estaba en el campo

Vicente: la TVG le llamaba «el mariscal»

Andújar: ahora resulta que también es goleador

Majadahonda Magazin