Rayo Majadahonda: el sueño del liderato en solitario se esfumó bajo la lluvia del Cerro y el Ferrol se llevó el gato al agua

J. FEDERICO MTNEZ. «Yo soy yo y mis circunstancias… y si no las entiendo a ellas no me entiendo yo», decía el sabio José Ortega y Gasset. Y un cúmulo de circunstancias junto con las viejas indolencias de los malos tiempos acabaron con el sueño del Rayo Majadahonda de ponerse líder en solitario de la Primera RFEF al menos este viernes 29 de octubre (2021). Le bastaba un punto pero ni eso le permitió el rival, pues cayó a los pies del Racing de Ferrol, un equipo que se vio beneficiado por tres de esas circunstancias que decía este otro «profe» Ortega: una lluvia imparable y persistente que obviamente beneficiaba al equipo gallego, un gol anulado -no se sabe si por fuera de juego o por falta- que solo vio el árbitro porque la repetición a cámara lenta confirma que Rubén Sánchez entra desde atrás y es él quien recibe la falta del defensa. También es justo reconocer que el Racing de Ferrol se adaptó mejor a los ritmos del partido, pues «congeló» la primera mitad, que el equipo local prácticamente regaló abonándose al cómodo cero a cero. Y en la segunda, como viene siendo habitual cuando el equipo rayista no encuentra el gol pronto, los coruñeses se aprovecharon de la vieja indolencia majariega que tantas malas pasadas le juega. Primero con un gol tras desajuste defensivo y ya con un segundo cuando el equipo se había ido arriba a la desesperada. Dos disparos de Borja González y otro de Mario (que cada vez que se queda fuera del once inicial pierde el equipo) fueron las únicas ocasiones en los que el Rayo Majadahonda acarició de verdad el gol, por un larguero que estrelló el equipo ferrolano con el que podía haber sentenciado el partido antes de tiempo.


J. Federico Mtnez

Y es que el Rayo Majadahonda solo despertó cuando encajó el primer tanto: fue entonces el momento en el que el equipo se echó arriba, martilleó prácticamente a un ataque por minuto y percutió en el área rival con insistencia, calidad y garra. Pero ya era tarde y los 15 minutos que restaban junto con los 5 de alargue no fueron suficientes. Y los cambios de Abel funcionaron una vez más pero en esta ocasión llegaron tarde. En definitiva, noche de infortunios, circunstancias, aguacero y derrota, la primera en casa, que obliga a realizar otra machada en Lezama la próxima semana ante los cachorros del At. de Bilbao. En caso contrario, la plantilla caerá en el bulevar de los sueños rotos que cantaba Joaquín Sabina, otra «circunstancia» que hay que alejar lo más pronto y rápido posible.


La puntuación colectiva del equipo sería un 1: toca levantarse y demostrar en los legendarios campos de Lezama de Bilbao hasta donde es capaz de llegar esta plantilla

Majadahonda Magazin