La grada del Rayo Majadahonda se quedó de piedra con los dos goles del Sanse, que pudieron ser 3: el punto se hizo bueno y deja todo en el aire hasta el sábado en La Línea (Cádiz)

FEDERICO MTNEZ. El Rayo Majadahonda tuvo la oportunidad de confirmar la permanencia este domingo 13 de mayo (2023) ante el «Sanse» pero tras una brillante reacción rayista en la segunda parte, el equipo de San Sebastián de los Reyes también tuvo la suya faltando 10 minutos y empató un encuentro que incluso pudo ganar si la árbitro no llega a acertar en un claro fuera de juego sansero que impidió el 2-3. Vistas así las cosas y lo que ocurrió en el terreno de juego en este mágico deporte que es el fútbol, el punto puede ser de oro y servir para el objetivo de la permanencia a falta de 3 jornadas y a la espera de los encuentros dominicales donde 7 equipos se juegan 3 plazas de descenso en el corto espacio de 6 puntos, aunque es cierto que ya al Rayo Majadahonda solo quedarían 6 por disputar, 3 ante el Linense y otros 3 en casa el sábado 27 de mayo ante un Mérida que seguramente se jugará sus opciones de «colarse» en el 7º puesto que le da opción de disputar la Copa del Rey. Al Rayo le faltaban 3 puntos para lograr la permanencia y ahora solo le quedan 2, por lo que el próximo partido el sábado 20 de mayo a las 7:30 horas de la tarde en la Línea de la Concepción (Cádiz) se convierte en el siguiente «match ball» para los rayistas.


J. Federico Mtnez

El partido comenzó con un Rayo Majadahonda nervioso que no acertaba en los pases, perdía las disputas aéreas y se sentía irreconocible ante un Sanse que era quien se jugaba la vida (aparentemente solo le servía la victoria), trenzaba muy bien el mediocampo y buscaba a los dos ex rayistas Ródenas y Raúl, que estaban ganando todas las pugnas. Abajo, el también ex rayista Charlie Dean daba solvencia a su defensa y el Rayo Majadahonda no daba materialmente «pie con bola», en particular el central Félix Ofoli. El defensa, acostumbrado a ser casi siempre el mejor de la zaga, se le veía nervioso e impreciso, perdía todas las disputas y fallaba todos los pases, lo que contagiaba al resto de la retaguardia. Como sería el caso, que Santaelena lo sustituyó en el descanso y el partido cambió para el equipo local.


La alegría desbordante en la grada dio paso a una situación de incertidumbre y desasosiego aunque, visto lo visto, el empate puede valer también

La segunda mitad fue otro cantar y la melodía sonó mejor en la grada. Entró Pinillos por el hispano-ghanés y los astros, pero sobre todo los jugadores, se alinearon tácticamente para darle orden a todo el equipo, comenzando por la parte de atrás. La defensa comenzaba a estar más segura, el mediocampo a trenzar jugadas y el ataque a funcionar. Fruto de este mejor juego llegó el gol del canterano Rubi en el minuto 55 en jugada personal de fuera a dentro del área driblando a todos los sanseros que se le ponñian por delante y lanzando un disparo cruzado inapelable. Y 13 minutos después en el 68 de nuevo Rubi se metía en el coto privado sansero con regates y dirblings para ceder un balón a Mestanza, que había fallado anteriormente un «mano a mano» pero que con un disparo seco y fuerte se reconciliaba con el gol y daba alas a este chico de 18 años que se ha convertido en la «esperanza blanca» de la medular majariega. Con 2-0 y faltando 10 minutos el encuentro parecía sentenciado: la grada cantaba ya la permanencia en la división de bronce del fútbol español aunque los más viejos del lugar advertían que los partidos duran 90 minutos y torres más altas se habían visto caer en el lapso de tiempo que dura un santiamén.

Los «clásicos» no salían de su asombro con la reacción primero del Rayo y después del Sanse, que convirtió el 2º tiempo en un espectáculo inigualable y un tobogán de emociones

Y eso fue lo que ocurrió, porque en el terreno de juego nada se cambió sustancialmente para que el equipo rayista se viniera abajo: una falta al borde del área de Borja Martínez ponía con un zurdazo a la escuadra el 2-1 en el minuto 80 y en el 83 era De Vicente el que agarraba un balón imposible en la línea de cal y lanzaba un obús por la otra escuadra que ponía el 2-2 que dejaba a la grada rayista anodadada y a la parroquia sansera, que se había desplazado al Cerro del Espino dándole color y ambiente al partido, frotándose los ojos y viendo la posibilidad de remontada. Y pudo llegar en el 89 si el también ex rayista Javi Gómez no ve anulado por un claro fuera de juego el gol que hubiera supuesto la debacle absoluta ante un partido de los que da leyenda por incierto y sorprendente a este deporte que es el «planeta fútbol». Así las cosas, el punto puede ser de oro si el Rayo Majadahonda logra al menos otro ante el Linense y la jornada no sufre demasiados sobresaltos este domingo, algo que sabremos a las 8 de la tarde. Rayo Majadahonda: Lucho (3); Iván (3), Félix Quaye (1) (Pinillos (3), min. 45), Pelayo (3 MVP), Casado (3); Mario (2), De Iriondo (2) (Sergio Llamas (2), Mestanza (3 MVP) (Hector (2); Rubi (3 MVP), Zozulya (2), David Rodríguez (2) (Javi Ros, min. 89 (2).

Majadahonda Magazin