«El Rayo del pico y la pala toma el Molinón​», titula Gregorio Mª Callejo. «Tres puntos de oro que valen una salvación», subraya Zacarías M.-Maíllo. «Rayo Majadahonda «pinta de verde» al Sporting: pierde la posesión y gana goles y puntos», resalta J. Federico Martinez. Y no son los únicos en glosar la gesta en el mítico estadio al que se le aguó la fiesta de la celebración del no menos legendario «Quini» y echó por tierra los vaticinios del ex jugador Aitor García, que finalmente fue sustituido tras la jugada más insólita de la jornada. La prensa deportiva tampoco sale de su asombro: «El Rayo agrava la crisis del Sporting», resalta Marca. «Una brillante actuación de Aitor Ruibal, secundada por una gran versión coral del Rayo Majadahonda, dejan tocado al Sporting de Gijón» señala el AS. «El Sporting encaja ante el Rayo Majadahonda su tercera derrota seguida» anota ABC. «Desastre total del Sporting» crucifica «El Comercio» de Asturias. En la zona mixta, intercambio de papeles y la habitual llorosa letanía del entrenador rayista la entonaba esta vez el portero local Mariño: «La derrota ha sido dura e injusta». Y también la historia estadística fue al revés, ya que en todo ganó el Sporting al Rayo Majadahonda menos en los goles, que no es cosa menor: tiros (31/8), tiros a puerta (7/4), posesión (59%/41%), pases (471/350), acierto pases (78%/73%), corners (11/2), asistencias (23/8).


Gregorio Mª Callejo

GREGORIO Mª CALLEJO HERNANZ. «Dios mío, ¿pero qué es esto? estoy llorando». Así se expresaba en una red social un aficionado rayista cuando acabó el partido. El Rayo Majadahonda consiguió la que posiblemente sea la victoria más importante de su historia. Primero por prestigio, en uno de los templos del fútbol español. En el estadio de los Maceda, Quini, Joaquín, Ablanedo, Cundi o Mesa, ante una muchedumbre, el humilde Rayo plantó su bandera. A su valor simbólico debemos añadir el gigantesco valor que tiene en la lucha por evitar el descenso. A la espera de lo que haga el Extremadura, el Lugo y el Córdoba, el Rayo da un paso importantísimo. A nivel histórico y por mucho que el Sporting esté en horas bajas, será una de las victorias más recordadas por una afición cuyo recorrido histórico y cuyos recuerdos futbolísticos han transitado más bien por Torrejón, Carabanchel y Pozuelo que por este tipo de plazas.

A la propuesta habitual de Iriondo, y si esta diera el resultado esperado, la he solido llamar «El Rayo de las luces», mezclando un tanto pedante y artificiosamente la idea de Ilustración de Kant y la idea de fútbol que propone nuestro entrenador. Expresada por él, viene a ser algo así como que el futbolista, fuera de la cerrazón y la coraza de las tácticas rígidas, aprenda a valerse por sí mismo, a tomar decisiones inteligentes. Un estilo de apoderamiento del juego a través del toque y de búsqueda tranquila y constante del espacio preciso. Con Fede Varela y Enzo en mejor forma era la idea básica de juego a principio de temporada. Hoy el Molinón fue tomado por un Rayo un tanto diferente, un Rayo de brega, del sudor y de los puntos de sutura en la cabeza. El Rayo de la bicefalia Verza-Oscar como líderes y motor de un equipo más vertical y más defensivo, mucho más directo. Con Ruibal en un estado de forma excepcional, con la rapidez de Héctor y con dos carrileros sometidos a un ritmo de idea y vuelta agotador, el Rayo sufrió como nunca para ganar estos tres puntos excepcionales.

Ruibal se ha ganado a la afición como en la canción de Amaral «que te has quedado poquito a poco, tú que llegaste por casualidad». No parecía la incorporación más interesante, ni el delantero más técnico, ni el goleador que queríamos. Y poco a poco es un verdadero ídolo. Él mismo se fabrica las ocasiones, inventa disparos sorprendentes (como el que impactó en el poste en la primera parte) y se sacó de la chistera un gol precioso. Algo cabreados con Iza por su tarjeta, fruto de la falta de contención (y que nos priva de tenerle contra el Granada), pero encantados con la victoria parcial, nos fuimos al descanso. Volvimos a nuestros particulares infiernos con el gol en propia meta de Verdés y que nos recordaba que siempre acabamos cayendo en errores que nos pasan factura. El propio Verdés rectificó su error con un cabezazo de los de partir la pelota en mil pedazos y Ruibal (tras un pase inteligentísimo de Iza) metió otro golazo por el único hueco posible, por una línea casi imposible. Tocó sufrir, tocó cambiar jugadores y comerse las uñas los últimos minutos. Y al acabar, pareció que los abrazos entre los jugadores eran el abrazo de toda una afición que podrá contar a sus nietos el día en el que el que Rayo Majadahonda, el pequeño Rayo, el rayito de los partidos a pleno sol en el barro del Cerro… tomó el Molinón.

Zacarias Maíllo

ZACARIAS M. MAILLO. El Rayo Majadahonda brilló en la primaveral mañana dominical gijonesa gracias a un planteamiento inteligente del maestro Iriondo, con tres centrales, dos carrileros lanzados y un Iza Carcelén en el medio del campo, que volvió locos a los centrocampistas del Sporting y un Benito en el lateral izquierdo, a pie cambiado; circunstancias que no hicieron echar de menos a la plaga de lesiones majariegas: Carlitos, Enzo, Rafa, Fede Varela. Un día radiante en Asturias conmemorando el primer aniversario del fallecimiento de Quini y el enfrentamiento del sportinguista Aitor García contra su ex equipo hasta hace apenas dos semanas.

Un Sporting de Gijón, metido de lleno en la mitad de la tabla de la Segunda División, que arrancó el partido muy dubitativo, permitiendo a los jugadores de Iriondo dominar el centro del campo, con excepción hecha de una ocasión en el min 5 con centro de Aitor García a punto de rematar Carmona de cabeza. Poco a poco, el Sporting se fue desperezando, sobre todo a partir del minuto 15, gracias principalmente a las incursiones del incisivo Djurdjeciv, quien el minuto 19 dio el primer aviso a Basilio. Carcelén vio la tarjeta amarilla por una durísima entrada a Salvador que bien podría haber sido roja directa. Sin embargo, tras una sucesión de desatinos en el área rayista, con un fallo en el despeje de Basilio incluido, fue Aitor Ruibal quien, con rosca desde el borde del área, en el minuto 31 disparó con su pierna izquierda, tras un contraataque rapidísimo bien llevado por Carcelén, quien hizo falta a los centrocampistas sportinguistas, soltando la mano para evitar que el que el equipo local parara el contraataque majariego. Con el equipo gijonés noqueado, en el minuto 36 se produjo la lesión fortuita de Babin, quien fue sustituido por Sousa. Un minuto más tarde, Verdés vio la tarjeta amarilla por falta en el borde del área.

Tras la reanudación del encuentro, en el minuto 48 Sousa marcó el empate, tras una penetración de Aitor García por la banda izquierda, con un disparo raso dentro del área que desvía ligeramente Verdés y Basilio no acierta a sujetar el balón y se le cuela por debajo de las manos mansamente. Nuevo fallo garrafal del portero majariego: En el minuto 51 entra el jugador venezolano Aristóteles por el delantero centro Héctor, tal vez para dar una mayor consistencia en el centro del campo madrileño. Y le salió bien al maestro Iriondo, porque en el minuto 51 Verdés se resarce de la jugada anterior y marca de cabeza, pegado al palo derecho, tras saque de córner de Verza. Casi de inmediato, sin tiempo para que el Sporting de Gijón pudiera siquiera frotarse los ojos, de nuevo Ruibal marca en el minuto 56, tras una jugada por la derecha de Carcelén con pase en profundidad y al hueco para que el delantero rayista marcara a media altura salvando la salida de Mariño. Ya en el minuto 57, el árbitro sacó tarjeta amarilla a Cordero por dura entrada a Fran Varela en el centro del campo. Y un minuto más tarde, el entrenador local hizo dos cambios a la desesperada: Pablo Pérez por Lod y Alex Alegría por Aitor García. Este nuevo planteamiento, hizo que los gijoneses adelantaran sus líneas, lo que provocó casi de inmediato una oportunidad clarísima de Pablo Pérez tras centro de Djurdjevic en el minuto 60, quien en el 67 tuvo que ser parado por Luso cuando se iba solo, lo que le valió la cartulina amarilla al central majariego.

En ese mismo minuto, Iriondo da entrada a Morillas por Fran Varela para contener el asedio local contra la portería defendida por Basilio en los últimos compases del encuentro. Presión que dio sus frutos con un remate de cabeza de Alegría desviado tras centro de Cordero en 71 y otro de Carmona en el 74 que sacó in extremis Basilio. El veterano portero rayista vio justamente la tarjeta amarilla por perder tiempo en el minuto 77, así como también Sousa en el 80 por simular un penalti. Los minutos finales del encuentro mostraron a unos jugadores rayistas fundidos, sin resuello, hasta que el 88, Alegría marcó el segundo gol local con la mano tras centro de Carmona. Los minutos finales fueron de nerviosismo para unos y otros, con continuas paradas en el juego. Iriondo dio entrada a Andújar por Galán en el minuto 92. En definitiva, a pesar de la eliminación de la Copa del Rey, el Rayo Majadahonda sigue siendo la bestia negra del Sporting de Gijón, al obtener tres valiosísimos puntos en su feudo, que le alejan de la posición de descenso de la Liga 1,2,3, y que palían en cierta medida la derrota contra el Málaga del último domingo en el Cerro del Espino.


J. Federico Mtnez

J. FEDERICO MTNEZ. Quince minutos eléctricos del Rayo Majadahonda en el Molinón se trajeron una victoria del equipo ante el Sporting que pone una distancia considerable sobre el descenso y sobre todo disipa las dudas goleadoras. Tres tantos, dos de un combativo Aitor Ruibal y otro de Verdés valieron más que otro más de Verdés en propia puerta tras estrepitoso fallo de Basilio y Alegría, esta última de corta duración en casa de un paupérrimo Sporting. El partido, aunque entretenido y alternante, estuvo plagado de errores por parte de los dos equipos y al final ganó el que menos de ellos tuvo y el que más acierto logró en la meta rival. Todos los analistas se apercibieron del cambio táctico de Iriondo: solo 4 defensas en lugar de 5, balones sacados al patadón por Basilio y no en jugada y pérdida de la posesión en favor del rival dieron más goles de lo habitual y fundamentalmente los 3 puntos. Los comentaristas de Movistar Plus así lo celebraban y fue el propio Toni Pinilla el que señaló que el entrenador visitante había dejado de ser «dogmático». Por ello, y paradójicamente, el equipo alcanzó la victoria cuando supo desprenderse de su personalidad.

Varias anotaciones más. Aitor Ruibal, el hombre hecho a sí mismo, el llanero solitario al que a nadie gustaba a pesar de su brega continua por su falta de gol, se ha convertido en el líder de la delantera y goleador de la plantilla. Nadie creía que iba a ser capaz de destronarle el nombre al otro Aitor García, pero finalmente ganó la partida personalista y nominal por constancia de uno y desestimiento del otro. Daba pena ver como el «pobre» Aitor García salvaba una banda en el centro del campo con un pepinazo tras una de sus carreras imposibles que finalmente terminó en el corner del gol de Verdés. Nunca antes había visto en terreno de juego jugada tan insólita. Y el entrenador José Alberto tampoco, por lo que finalmente lo sustituyó. El triunfo de Ruibal lo es también de Iriondo, que nunca cejó en la fe del carbonero con un jugador que no es brillante pero que se ha hecho imprescindible a base de constantes minutos. Infatigable también la pareja Verdés-Luso, partiéndose materialmente la cabeza para frenar a los potentes arietes sportinguistas. También Basilio, que enmendó su error con paradas antológicas en jugadas algunas invalidadas que si bien certifican que por bajo no es mejor que Cantero sí liquida el debate sobre la portería, con permiso del caprichoso entrenador rayista.

Y una duda que está recorriendo las redacciones deportivas: ¿Que le ha ocurrido a Enzo Zidane? La lesión «no aclarada» del mediocampista en el tobillo derecho, con un departamento de prensa que se encargó de transmitir que su baja no era tan importante por «el francés no estaba teniendo regularidad en las últimas jornadas» (diario AS), ha sembrado de incertidumbre a la plantilla. Si es casa no lo saca por temor a los pitos de una parte de la afición que lo cuestiona y fuera se borra o lo borran, es que hay «caso Enzo», parecido al que ya tuvo en el Real Madrid con Llorente, ex jugador majariego, por cierto. Pero mas allá de estas cuitas, el Rayo Majadahonda, el equipo que se ha convertido en el más veterano de la categoría tras las salidas invernales, uno de los que menos goles marcaba y de los que menos ganaba, rompió el maleficio en El Molinón. Y no importa quién se lo perdiera porque la hazaña de los titanes será ya leyenda.

Sporting: Mariño; Geraldes, Álex Pérez, Babin, Cordero; Cofie, Salvador; Carmona, Lod, Aitor y Djurdjevic. Banquillo: Dani, Molinero, Sousa, Peybernes, Álvaro Traver, Pablo Pérez y Álex Alegría. Rayo Majadahonda: Basilio (2); Fran Varela (1), Luso (3), Verdés (2), E. Galán (1); Verza (2), Óscar Valentín (2), Benito Ramírez (2), Iza (2); Héctor Hernández (1) y Aitor Ruibal (3). Banquillo: Cantero, Andújar (1), Morillas (1), Aristóteles (1), Guerrero, Dani Romera y Echu.

Javier Martín (AS): «José Alberto puede ver su puesto entre la espada y la pared, ya que tras la tercera derrota consecutiva en casa el clímax es más que tenso. Un conjunto majariego, que solo había cosechado una victoria en los últimos diez partidos, fue capaz de silenciar El Molinón en base a una versión solidaria y compacta defensivamente y en la que anduvo muy fino con el gatillo para matar a la contra y sumar tres puntos de oro en su lucha para evitar el descenso, del que ya le separan siete puntos». Pablo Guisasola (Marca): «El Rayo Majadahonda ha dado la campanada esta mañana ante el Sporting en El Molinón. Los dos goles de Aitor, el mejor del encuentro, y de Verdés bloquearon a un conjunto gijonés, que se queda sin opciones reales para luchar por el ascenso. Con varios cambios para la reacción, con el Rayo Majadahonda sin complejos como acostumbra, el Sporting se tomó con calma el inicio del partido. La última media hora fue de propina. Para que la disfrutase el Rayo Majadahonda y para el sufrimiento de los seguidores asturianos en las gradas. Muchos de ellos se levantaron y se marcharon. Cerraron la persiana, como el Sporting ha hecho esta mañana con sus aspiraciones».

Majadahonda Magazin