JULIA BACHILLER. El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Majadahonda que tuvo lugar este miércoles 10 de octubre de 2018 resultó más «movido» de lo previsto. Como orden del día y asunto único anunciaba la “aprobación inicial de la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para la calificación de suelo para la ubicación de nuevo cementerio incluyendo nueva ordenanza que regula los diferentes usos funerarios”. Pero ya desde el comienzo de su exposición pudo definirse de otra forma: «como evitar que en Roza Martín se instale un tanatorio». Con un total de 110 asistentes, como así verificaba el registro de entrada, lo que supuso un «récord» de asistencia en toda la legislatura, los vecinos demostraron con su presencia la preocupación e interés suscitado por conocer la decisión que sus representantes electos tomarían para resolver un problema que llevan reclamando desde 2017. Recordemos que la historia de esta reclamación ha llevado a los vecinos de Roza Martín a movilizarse en un primer momento ante el pleno del Ayuntamiento en el turno de ruegos y preguntas, seguidamente a manifestarse ante el Consistorio, y en dos ocasiones a llevar mociones al pleno. Como medio de comunicación presente en las diversas actuaciones que estos vecinos iban realizando, destacar la progresiva desilusión con que se retiraban tras escuchar las alegaciones de los diversos grupos políticos ante su reclamación. Este miércoles la desilusión se transformó en indignación al ver que las abstenciones de pasadas mociones se convertían en votos en contra de los partidos de la Oposición: 11 a favor del PP y 13 en contra de Ciudadanos, PSOE, Somos, IU y Centristas.


OPINION/ Mi valoración del desarrollo del pleno del Ayuntamiento de Majadahonda la resumiría en una frase: “Todos se pusieron medallas y el muerto se lo echaron a los vecinos de Roza Martín”. El desarrollo de la sesión dejó varios momentos destacables o «perlas» como venimos llamando a estas manifestaciones. Todo comenzó con el aplauso otorgado por los vecinos presentes al alcalde Narciso de Foxá, suscitado tras la intervención de la portavoz de Ciudadanos (Cs), Ana Elliot, donde le recriminaba el coste que suponía realizar el pleno (270 € por concejal sin dedicación más gastos, según se dijo), a lo que el alcalde contestó: “Porque no haya un tanatorio en Roza Martín, estoy seguro que todos los ciudadanos de Majadahonda están encantados de pagar ese coste”. Seguidamente Foxá recordó a los presentes que no estaba permitido manifestar gestos de aprobación a los concejales durante el pleno.

A continuación el concejal de Urbanismo, Ricardo Riquelme, se dirigió a la portavoz socialista Socorro Montes de Oca diciendo: “Como echo en falta al antiguo portavoz del Partido Socialista por sus maneras y su oratoria”, en alusión a Zacarías Martínez-Maíllo. En ese momento Riquelme dijo que se había sentido «insultado» ya que la concejal socialista lo tachó de “machista” por usar ese argumento, término que por costumbre utilizamos las mujeres para rechazar un ataque de un hombre y el cual asigna la cualidad de tratarnos como «sexo débil”. Estimada concejal: seguramente posee usted argumentos suficientes para rechazar ese ataque y hacer valer su cualidad de mujer preparada para el cargo que ocupa. Hágalos valer la próxima vez.

Un sinfín de reproches pudieron escucharse hasta llegar a la esperada votación, tras la cual y con la alteración de los presentes ante el resultado, llegó el momento de los enfrentamientos entre políticos y vecinos. El más duro fue el mantenido con la concejal Ana Elliot, seguido de Mercedes Pedreira (Centristas), a la cual también pidieron explicaciones. El concejal Riquelme también fue requerido por miembros del movimiento vecinal y hasta el alcalde mantuvo conversaciones con algunos de los presentes. Finalizaré con un llamamiento que unos de los vecinos hizo en tono alto y claro: “Luego vendréis a pedirnos el voto”. Dicen que “a la tercera será la vencida” pero no fue así: quedó demostrado en el pleno que hay dinero para invertir en una pasarela de 3 millones de euros, pero no para afrontar los costes que eviten instalar un tanatorio en Roza Martín.

Majadahonda Magazin