ANTONIO Mª ROUCO VARELA. Es para mí una alegría muy grande celebrar esta eucaristía en Majadahonda. Este templo provisional, que tiene muy pocos años, concretamente desde el 13 de abril del año 2008. Hacía muy poco tiempo que había pasado Juan Pablo II por Madrid el 3 y 4 de mayo del año 2003, cinco años antes, para canonizar a cinco santos españoles, entre ellos Santa Genoveva Torres, junto a Santa Ángela de la Cruz y Santa Maravillas de Jesús. Santa Ángela de la Cruz ya tenía una parroquia dedicada en Madrid, no había ninguna parroquia dedicada a Santa Genoveva Torres y tampoco a Santa Maravillas de la Cruz. Y a todas las parroquias de Madrid nos parecía bien que se eligiera como titular una de esas dos santas, y se decidió que fuera aquí en Majadahonda. No sé si ya era ciudad, yo creo que no. Majadahonda era entonces un gran pueblo. Yo recuerdo cuando pasé por primera vez por Majadahonda en el año 1968 con un Volkswagen. Me tomaron por loco porque dije que brillaba por su luz. Majadahonda crecía y la iglesia tiene que estar donde están sus hijos y sus hijas. Y para que eso fuera posible tenía que haber párroco. Era bueno que fuese una Santa canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo en la Plaza de Colón, canonización que fue recibida con una gran vigilia nocturna. Quisimos que fuera una vigilia de la familia y mariana a la vez, ya que era mayo. Y con los jóvenes de España, había jóvenes de otros países de Europa, pero sobre todo y mayoritariamente jóvenes de España. Una de las santas canonizadas por Juan Pablo II, Santa Genoveva Torres, se convirtió en la titular de esta parroquia. Por cierto, una santa de mucha actualidad, porque era una joven a la que le cortaron una pierna, un médico bastante bárbaro por cierto. Quedó coja y fundó una institución de cuidado de las personas mayores. Hemos vivido estos meses pasados, y estamos viviendo, nuestra preocupación por las personas mayores. Hay mucha gente que los ha atendido muy bien, pero fijaros en Santa Genoveva Torres: si hubiera podido estar ahora, sería una buena protección para los ancianos y para sus problemas, protección que no se ha tenido ahora.

Me alegro mucho de poder venir de nuevo a celebrar en esta parroquia de Majadahonda, desde aquel día el 20 de abril de 2008 que la inauguramos y que se la dedicamos a Santa Genoveva, siendo el párroco el mismo de hoy, que preside la comunidad parroquial. El vicario es un jovencísimo sacerdote y el párroco también es joven. Y me alegro de que la ocasión sea propiciada por un grupo de jóvenes. Hoy es un día en que la liturgia y la palabra nos ha ofrecido un modelo de ser cristiano, desde el punto de vista de la relación con los demás. Vivir en la sociedad, en la familia, en la amistad, en el matrimonio… Vivir con una fuerza que significa ser capaz de perdonar al que ofende, incluso al que le debe. Pedro le pregunta al señor ¿Cuántas veces hay que perdonar? ¿Siete veces?. La respuesta fue: 70 veces, siempre. Era una novedad en la historia de la humanidad este anuncio o esta forma de vida cristiana, de vida absolutamente revolucionaria.

Lo fue incluso para Israel, para el viejo coro de Israel, que vivía todavía del “ojo por ojo, diente por diente”, aunque en la primera tabla de la ley que había recibido a través de Moisés decía “ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y al prójimo como a ti mismo”. No obstante, aun así entender y reflejar que al enemigo había que amarlo, eso no era fácil de entender. Solo al final, en esta historia de aquella Israel que pretendía la venida del Señor, de un hijo o de una hija de Israel, el gran hijo de Dios, no se podía vivir la vida a base de venganza y del “ojo por ojo y diente por diente”. El amor es un símbolo en la forma de vivir, en la forma de existir, que después se expresa en muchas fórmulas y modos de la existencia diaria, desde que eres niño hasta que eres abuelo. Se necesitaba que el hombre se renovase, ese hombre nuevo… ¿Quién pudo hacer eso? Solo Dios, que lo había creado por amor. Si el hombre va a tener y poder decidir su misma vida, Dios quiere que sea así. Y todo eso puede ser cambiándole el corazón, cambiándole el alma.

Jesucristo sigue actuando no solo de forma invisible en la historia de la humanidad, sino de una forma visible, simbólica y sacramental. La historia de la iglesia, la historia de los cristianos, se puede describir y se puede concebir de muchas formas. Los enemigos de la iglesia buscan a la inquisición, la quema de brujas, los abusos… pero como mejor se la comprende es por la historia de las persecuciones, esa historia de sus raíces que llega hasta nuestros días. En España se está investigando el número de mártires que hubo en el año 1931-1936, son miles y miles. La próxima beatificación de mártires de Madrid será encabezada por dos jóvenes que tienen 18 años y que fueron asesinados al salir de una parroquia de Madrid, en marzo del año 1936. Es curioso, pero la mayoría de los mártires de nuestra Guerra Civil eran jóvenes, personas muy jóvenes, casi niños. Esa historia es la que caracteriza mejor lo que es la historia de la iglesia, por la gracia de Dios. Y aquel martirio cruento, en comparación con el número de cristianos y católicos que hay, es ahora insignificativo.