
«Mucha medalla, mucha historia y tras eso no cumplen con su palabra» así de contundente se muestra el profesor Neira aunque con la voz apagada por la insuficiencia cardíaca y pulmonar que padece. El deterioro de su nervio ciático le impide mover apenas la pierna derecha y necesita un andador para caminar. El daño cerebral como consecuencia de los múltiples derrames le afecta a la memoria reciente, pero no a la remota, recuerda perfectamente lo que sucedió hoy hace siete años: «Yo hice lo que tenía que hacer y volvería a hacer lo mismo. ¿Iba a dejar que golpeasen a esa pobre chica brutalmente? La tenía cogida la cabeza con la mano izquierda y con la derecha la golpeaba por abajo». Tras los puñetazos que le propinó Antonio Puerta, los nueve meses siguientes Neira se debatió entre la vida y la muerte en el hospital, mientras la víctima de la agresión, Violeta Santander, aparecía en los platós para defender a su novio maltratador. Nunca en estos siete años se ha puesto en contacto con el profesor ni con su familia para agradecer el gesto de Neira”.
Antonio Puerta falleció por aparente sobredosis hace cinco años. El padre de Violeta Santander contó en el programa «Sálvame» que su hija había ingresado en una clínica psiquiátrica. Puerta murió dos días después de que Neira fuese de nuevo ingresado por otro derrame cerebral. Hoy nos confiesa que le encargó un funeral a su agresor : «Yo soy católico y sentí su muerte, encargué una misa de funeral e invité a la familia de Puerta a través de su abogado a esa misa, pero nadie contestó». Jesús Neira tiene una salud precaria desde hace años. Fue operado de corazón a los 17 años y a los 34 le colocaron una válvula mitral metálica y desde entonces toma anticoagulante para su sangre. El día que recibió el brutal golpe de Antonio Puerta acudió al servicio de urgencias del Hospital Puerta de Hierro y le mandaron a casa sin hacerle un TAC como indica el protocolo de la Comunidad de Madrid.
A los dos días de la agresión vuelve de nuevo al Hospital debido a su mal estado físico y de nuevo le mandan a casa sin esa prueba y al día siguiente se presenta en el Hospital de Móstoles donde, de nuevo, no le hacen prueba complementaria alguna a pesar de indicar en cada visita su situación coronaria y la toma de medicación anticoagulante. Al quinto día de la agresión Jesús Neira amanece en coma y con tan sólo 20 pulsaciones por minuto. Inmediatamente le practican una craniectomía para evacuar la sangre de sus hematomas cerebrales que un TAC hubiese detectado el primer día”.






