El alcalde de Illán de Vacas (Toledo), Javier Bollaín (PP), ha confesado que «tiene una casa en Majadahonda, pero es mucho mejor vivir aquí, lo otro es una pesadilla»

MANU RAMOS. El alcalde de Illán de Vacas (Toledo), Javier Bollaín (PP), ha confesado a la periodista Cristina Valdivielso que «tiene una casa en Majadahonda, un municipio ubicado en el Oeste de la Comunidad de Madrid, al que asegura no acudir porque allí «no hay quien haga nada, no hay quien aparque, todo es un lío, todo son colas y todo es carísimo». En definitiva, para él la gran ciudad es «abrasadora». La declaración se ha publicado en el periódico Huffington Post este 15 de mayo (2023) dentro de un reportaje sobre este pequeño pueblo toledano, desde el que Javier Bollaín declara que «somos familias que llevamos 100 años aquí. Yo vivía en Madrid porque trabajaba allí y venía los fines de semana, y ahora que me he jubilado he vuelto. Cuando has vivido en la capital y vienes aquí, te das cuenta de que es mucho mejor vivir aquí, lo otro es una pesadilla», empieza opinando. El censo del Instituto Nacional de Estadística (INE) elaborado en 2022 sitúa a Illán de Vacas (Toledo) como el pueblo más pequeño de España, con 3 personas empadronadas, aunque hace 100 años llegaron a estar censadas hasta 80.


Cristina Valdivielso

Este afiliado del PP con casa en Majadahonda «está indignado porque no ha recibido el censo electoral necesario para que (los 3) puedan votar el próximo 28 de mayo en las Elecciones Municipales y Autonómicas. Se pone a llamar sin parar, pero nadie se hace cargo del asunto. Illán de Vacas tiene una superficie de 9,15 kilómetros cuadrados, según los datos existentes. Hay una antigua iglesia nada más entrar al diminuto municipio de tan solo 3 calles rodeadas de puro campo. Allí se practica la caza y la ganadería. La ventaja ser tan pocos habitantes es que en Illán de Vacas se tarda «1 minuto en votar«. El colegio electoral se abre como otros muchos, a las 9:00 horas de la mañana, y, cuando terminan, lo único que tienen que hacer es disfrutar del resto del día. Sin colas, sin esperas».


De Majadahonda a Illán de Vacas (Toledo) hay 100 km y se tarda 1 hora

Y recuerda que «1 de los 3 vecinos es el presidente de mesa. El juez de paz viene de un pueblo de al lado. Otro hace de secretario para gestionar el papeleo. Se hace una votación secreta y, cuando el censo está totalmente cubierto, se llama a Talavera de la Reina (ubicado a 25 minutos en coche, aproximadamente) o a Toledo (ubicado a 50 minutos en coche, aproximadamente) para cerrar el colegio. Se tarda mucho más en contar los votos y en preparar la documentación que en votar«, detalla el político. «Sin embargo, no siempre es así de tranquilo, ya que durante las épocas vacacionales se llena de gente. Incluso, los fines de semana puede haber hasta 25 personas. Son aquellas que acuden para «alejarse del barullo» de las grandes ciudades.

Javier Bollaín (PP) tiene casa en Majadahonda pero se ha ido a vivir a Illán de Vacas

En cuanto a la limitación de los servicios, especialmente para las personas mayores, Bollaín asegura que, para su tranquilidad, «en las localidades pequeñas hay mucha más solidaridad» que en otros lugares. Cebolla, con 3.263 habitantes censados, y Los Cerralbos, con 418, son los dos pueblos colindantes, cada uno en una dirección. En ambos municipios hay tiendas, bares y restaurantes y servicios similares, y es a este primero al que acuden en caso de necesitar asistencia médica», cuenta el artículo. Otra de las dificultades es que «cada cierto tiempo se instalan servicios informáticos» que nunca llegan a Illán de Vacas, por lo que a la complicada situación se le añade un retraso tecnológico. «Todo son problemas«, lamenta exhausto el alcalde de este pequeño municipio toledano. Bollaín opina que Illán de Vacas «es un pueblo muy pequeño» y lo que deberían hacer las Administraciones de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona es «echar una mano». Y es que asegura que, si te pones a llamar por teléfono a Toledo, lugar del que depende la localidad, «nadie te coge el teléfono, y así no hay manera», concluye el reportaje.

Majadahonda Magazin