JULIA BACHILLER. En el último pleno que tuvo lugar el 29 de abril (2021) en el Ayuntamiento de Majadahonda, el concejal de Vox, Pablo Pérez, e incluso para sus socios de gobierno: “espero sigan la línea marcada por su candidata, Isabel Ayuso, condenando la violencia, y no sigan la de su presidente, Pablo Casado, que no quería participar en la España a garrotazos entre dos bandos”. Vox dirigió también una petición a Ciudadanos: “ustedes también tienen que elegir bando, violentos o demócratas”, elección a la que el concejal naranja, Fernando Fuertes (Cs), renunció: “Cuando leí su moción me vino a la cabeza una viñeta del genial “Gila”. En ella aparecía “un señor grandote mal encarado, apuñalando a un señor bajito e indefenso. Y había una tercera persona que le decía: “deje de apuñalarle”, a lo que contestaba: “pues que deje de llamarme asesino”. Y se dirigió al concejal de Vox: «Esos son ustedes señor Pérez, nos han traído a defender valores constitucionales, la libertad de expresión, ¡pero si solo les interesa lo suyo!». Y trasladó una segunda comparativa: “son iguales Podemos y Vox, buscan enemigos en lugar de compatriotas, sembrando el odio” “Es raro que saquemos un día una mesa y no venga nadie a insultarnos, a llamarnos traidores. ¿Y sabe quién nos llama habitualmente traidores en cada acto público?: la señora Monasterio y ustedes. Y ustedes no condenan eso”. También en el ámbito local, David Rodríguez (PSOE) reconoció que “en Majadahonda llevamos dos años viviendo provocación y frustración en el pleno desde que Vox entró en las instituciones, 2 años de mofas, insultos y señalamientos públicos a concejales de esta corporación, desde foros y cuentas en redes sociales de la ultraderecha”. Y el Partido Popular (PP) defendió su voto a favor de la propuesta de Vox a través de su concejal Marina Pont, quien en un primer momento no aventuraba su aceptación: ”me está dando vergüenza este debate, que se diga que en Majadahonda hay violencia porque alguien nos ha insultado alguna vez cuando estamos en una carpa. Y que estemos hablando de lo que ocurre en una maldita red social”. La moción resultó aprobada con los votos a favor del PP y Vox y en contra de Ciudadanos y PSOE.


Los concejales de Vox sorprendieron presentando una moción de ámbito personal, enmascarada con conceptos a nivel nacional. Durante su defensa y exposición, el concejal de Vox, Pablo Pérez, descubrió su finalidad desde el primer momento al reconocer que la moción estaba escrita «en primera persona”. ¿Su objetivo?: “darles la oportunidad a los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de condenar los ataques que está recibiendo el tercer partido de España”, para seguidamente aclarar que tan solo “2 concejales del PP y 2 de Ciudadanos se interesaron el día después de los ataques sufridos en Vallecas donde nos apedrearon, y la única condena publica que hubo en Majadahonda fue en la cuenta de Twitter del PP”. Las muestras de condena, evidentemente dirigidas a los socialistas, hubieran evitado esta moción, como bien aclaró el concejal.

“Fue violencia contra Vox y altos cargos, y así ahorramos tener que discutir esta moción”, como a continuación reconocería, dirigiéndose al PSOE. Y añadió: “tenemos la suerte que en este pleno no tiene representación Podemos, tienen la posibilidad de ponerse del lado de los demócratas y contra los totalitarios, del lado de los que hemos recibido las piedras y no del lado de los que las tiraban. No tengo confianza en que adopten esta posición, yo les invito a que me sorprendan”. Minutos antes, el concejal de familia José Rodríguez (Vox) también se refería a estos actos vandálicos de los cuales dijo: “yo también he recibido amenazas de muerte en Vallecas, me decían “moriréis como en Paracuellos”. En su alegación final, el concejal de Vox contestaría sacando a relucir la moción presentada por los socialistas sobre la reivindicación de la II República y reconoció “La única línea que hemos traspasado, y entiendo que a la izquierda le escueza porque no están acostumbrados, es ni pedir permiso ni pedir perdón a la izquierda, ni para ir a los distritos, ni para ir a ningún otro municipio”.

El Partido Popular (PP) defendió su voto a favor de la propuesta a través de su concejal Marina Pont. Tras una intervención de carácter nacional y más característica de un debate universitario y que el concejal Manuel Fort (PSOE) había definido socarronamente (-“Que si patatín, que si patatán…-”), la concejal finalizó: “El PP siempre condena todo tipo de violencia. Mi condena absoluta y sin matices ante las agresiones sufridas por el partido político Vox esta campaña y fuera de esta campaña”. La primera respuesta a cargo del Partido Socialista fue la del concejal David Rodríguez, quien recordó las recientes cartas con amenazas a altos cargos: Marlaska, Pablo Iglesias y la Directora de la Guardia Civil, achacándolo a “consecuencias del discurso del odio de la ultraderecha, de ustedes“, para seguidamente asegurar: “Los socialistas siempre defenderemos el derecho a la libertad de expresión como uno de los pilares de la democracia”. Y finalizó confesando estar “hartos de debates estériles que nada aportan a este pleno. Mociones que no aportan nada a los vecinos. No se puede ser víctima y verdugo al mismo tiempo”. El concejal Fernando Fuertes (Cs), en su valoración a la moción, dijo que era una solicitud de condena por un “ataque sufrido por ustedes”, pero no pudo ocultar su sorpresa por el contenido de la misma: “Se comparan con las víctimas de ETA en el texto de su moción”, para seguidamente asegurar que “la violencia la hemos sufrido todos a nivel nacional”. Dando un giro a su discurso, realizó otra comparación: . Para finalizar, lo hizo con una frase de George Orwell: «Un comunista y un fascista están más cerca el uno del otro de lo que ambos lo están de un demócrata».

 

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