
Propuesta de Miguel Sanchiz: «Ayuntamiento, Oposición, Comerciantes y Vecinos deben sentarse a dialogar sin acusaciones. Dar un paso visible y rápido: instalar aseos portátiles de forma inmediata como gesto de compromiso. Reorganizar responsabilidades: que el Ayuntamiento garantice el mantenimiento, los comerciantes se impliquen en el cuidado y la Oposición supervise el cumplimiento»
MIGUEL SANCHIZ. (30 de julio de 2025). “Cuando el sistema habla: una mirada diferente a los conflictos en Majadahonda”. De los reproches a las soluciones: cómo el enfoque sistémico puede transformar la política local (y hasta el Mercadillo). Vivimos rodeados de conflictos. En las familias, en las empresas, en los ayuntamientos… los problemas parecen multiplicarse sin que nadie logre ponerse de acuerdo. Muchas veces, el error está en cómo enfocamos la situación: buscamos culpables, señalamos fallos individuales y olvidamos que la verdadera causa no suele estar en una sola persona, sino en la forma en que las partes interactúan. La corriente sistémica nos ofrece una herramienta distinta. En lugar de centrarse en quién tiene razón, busca entender el sistema completo: cómo se comunican sus miembros, qué roles ocupan, qué patrones se repiten y de qué manera un pequeño cambio puede transformar el todo. Esta forma de pensar puede aplicarse tanto en una familia como en el Ayuntamiento de una ciudad. Y Majadahonda no es la excepción. Cuando en una familia, pareja o equipo de trabajo surge un conflicto, solemos buscar a quién culpar: “él es el problema” o “ella tiene la culpa”.
EL ENFOQUE SISTÉMICO NOS INVITA A MIRAR MÁS ALLÁ. Nos dice que no existen problemas de una sola persona, sino dinámicas de relación que, como engranajes, se han atascado y necesitan cambiar para que todo vuelva a funcionar. La corriente sistémica, inspirada en la teoría de sistemas y en la comunicación humana, entiende que todos formamos parte de redes de relaciones. Igual que en una orquesta, si un instrumento se desafina, no es solo su culpa: algo en el conjunto debe ajustarse para que la música fluya. Esta forma de ver las cosas nos ayuda a dejar de señalar y empezar a entender cómo cada acción, palabra o silencio afecta a los demás.

«La solución sistémica consiste en cambiar la dinámica: pasar del enfrentamiento a la colaboración, aunque cada uno mantenga su identidad política. Un ejemplo concreto es el reciente conflicto por los urinarios públicos del mercadillo. Las quejas de vecinos y comerciantes no son solo una petición de aseos, son el síntoma de un sistema desajustado donde las decisiones no fluyen». En la imagen, los «Toriles» donde iban a instalarse los urinarios en 2022 aunque la concejala responsable (Ana Camins, PP) reveló que el expediente se tramitó mal
CUANDO EL SISTEMA CAMBIA, TODOS CAMBIAMOS. Cuando un adolescente se muestra rebelde, es fácil pensar que “tiene un problema”, por ejemplo. Pero, ¿qué ocurre si miramos a la familia como un sistema? Quizá la rebeldía sea una respuesta a la falta de comunicación con sus padres, o una forma de llamar la atención en medio de discusiones entre adultos. El sistema habla a través de sus miembros, y el “síntoma” nos muestra algo que debe cambiar en el conjunto. Lo interesante del enfoque sistémico es que no se centra en quién tiene la razón, sino en cómo romper los patrones que generan tensión. A veces, un pequeño cambio en la forma de actuar de una persona puede transformar por completo la relación. Por ejemplo, si en lugar de responder con gritos, los padres comienzan a escuchar con calma, es probable que la conducta del hijo también se suavice. Se trata de intervenir en el círculo que alimenta el conflicto. Otra propuesta de esta corriente es observar los roles y límites. En muchas familias, los problemas nacen porque las jerarquías se desordenan: hijos que toman decisiones de adultos o padres que no logran ponerse de acuerdo. Reorganizar estos roles es como ajustar las piezas de un rompecabezas para que encajen mejor. Lo que más me gusta de este enfoque es que nos enseña a pensar en términos de “nosotros” en vez de “yo contra ti”. Nos recuerda que, cuando el sistema cambia, todos cambiamos. Y lo mejor es que a veces basta un pequeño gesto para abrir un camino hacia la armonía.

En 2022 el Ayuntamiento pagó 28 «aseos químicos» para las Fiestas de Majadahonda pero los vecinos no los vieron y se quejaron del hedor a orines (ver noticia)
APLICACIÓN A MAJADAHONDA: Oposición, Gobierno y… los urinarios del Mercadillo. Si miramos el Ayuntamiento de Majadahonda desde una perspectiva sistémica, entenderemos que gobierno y oposición no son enemigos, sino partes de un mismo sistema. Cuando ambos quedan atrapados en un “juego de reproches”, la ciudad —el verdadero centro del sistema— es la que se resiente. La solución sistémica consiste en cambiar la dinámica: pasar del enfrentamiento a la colaboración, aunque cada uno mantenga su identidad política. Un ejemplo concreto es el reciente conflicto por los urinarios públicos del mercadillo. Las quejas de vecinos y comerciantes no son solo una petición de aseos, son el síntoma de un sistema desajustado donde las decisiones no fluyen. ¿Qué propone el enfoque sistémico?

Dos normativas del Ayuntamiento de Majadahonda y Comunidad de Madrid obligan a instalar urinarios en el Mercadillo para evitar situaciones como la que muestra la escatológica imagen
ESCUCHAR A TODAS LAS PARTES: Ayuntamiento, Oposición, comerciantes y vecinos deben sentarse a dialogar sin acusaciones. Dar un paso visible y rápido: instalar aseos portátiles de forma inmediata como gesto de compromiso. Reorganizar responsabilidades: que el Ayuntamiento garantice el mantenimiento, los comerciantes se impliquen en el cuidado y la Oposición supervise el cumplimiento. Mantener un canal de feedback: evaluar periódicamente si el servicio funciona y mejorarlo con base en la experiencia. Cuando entendemos que el problema no está en una sola pieza, sino en la forma en que encajan todas, las soluciones llegan más rápido y con menos desgaste. En política, como en una familia, lo que cuenta no es ganar una discusión, sino cuidar del sistema al que todos pertenecemos. Los conflictos no desaparecen solos, pero pueden convertirse en oportunidades de unión. Tal vez Majadahonda solo necesita escucharse a sí misma para descubrir su mejor versión.
Bravoooo. Una explicación cristalina como el agua. Benevolencia, deseo de diálogo constructivo de una relación verdaderamente humanista.
Una intervención sistémica a la hora de tomar decisiones en el ayuntamiento con las diversas fuerzas políticas sería de gran utilidad. Para ello hace falta un coach formado en terapia sistémica.
Esto permitiría discusiones equilibradas y portadoras de soluciones pragmáticas menos ideológicas. Gracias Miguel por tu artículo fuente de apertura positiva en un un futuro.
Este artículo es consecuencia de un comentario mío de ayer? Que esto se publique solo un día más tarde no puede ser coincidencia. Deberían mencionarme. Aunque yo hablé de una estructura de unos 20 sanitarios. Que pintan solo dos en el mercadillo? Colas interminables? Ya que se hace una propuesta hacerla con sentido común.