MANU RAMOS. «Roberto García Prieto es taxista de Las Rozas-Majadahonda. Se decidió por un híbrido de gas un poco de rebote: «Lo compré porque el taxi anterior tenía ya 500.000 kilómetros y no quería meterle dinero porque la normativa del Ayuntamiento me obligaba a cambiarlo en 2019. Empecé a buscar los que tienen etiqueta ECO, porque nos lo exigen así, y entre que los de GLP (gas licuado de petróleo) no me convencen y los híbridos eléctricos tenían mucho plazo de entrega, me decidí por un Seat León de gas natural, también porque estaba disponible con cambio automático, que es lo que quería». El periodista Manuel Gómez Blanco entrevista en El País a este taxista que gasta sólo 3,6 euros cada 100 kilómetros: «Parece que su elección ha sido la correcta. «No conocía esta tecnología, y la sorpresa ha sido que al probarlo funciona como un coche normal, y luego tiene un consumo un 45% más bajo que el diésel que tenía antes. Llevo ya casi un año y 80.000 kilómetros recorridos y en ciudad hago 100 kilómetros con cinco euros, y en carretera me gasto unos 3,6 euros a los 100. Así que me estoy ahorrando unos 300 a 350 euros en combustible al mes frente al diésel que tenía antes».


Y añade: «La conducción de un híbrido gas y gasolina no cambia respecto a la de un coche convencional. Estos modelos cuentan con la etiqueta ECO de Tráfico para acceder sin problemas a las ciudades y ahorran hasta un 50% en combustible frente a un diésel. Es lo que destacan los propietarios de dos coches híbridos de gas natural (GNC), una profesora de idiomas y un taxista, cuando cuentan su experiencia con esta nueva tecnología. Para viajes familiares (y para trabajar)».

Por último concluye: «Lo mejor es la libertad de movimiento que nos da, pero libertad económica, porque es tan barato viajar, que no te lo piensas dos veces», explica encantada Jo Anne Cardinal, una canadiense de madre salvadoreña. Cardinal vive en España hace 29 años y se dedica a dar formación de idiomas en empresas. «Fuimos hace poco un fin de semana a Valladolid, nos movimos por allí y volvimos a Madrid con un depósito, que son 14,5 o 15 euros. Y estas cosas te cambian la vida a mejor». Jo Anne tenía antes un diésel y valora mucho la diferencia: «Este gasta menos de la mitad y se nota una barbaridad. Somos cuatro en casa y en año y medio tenemos ya más de 35.000 kilómetros, la mayoría por los viajecitos que hacemos. En carretera apenas gastamos 3,5 euros cada 100 kilómetros y en ciudad algo más de 4».

Majadahonda Magazin