Nuestra Señora de la Vocación. Parroquia Beato Manuel de Majadahonda (Madrid), con los protagonistas de esta curiosa historia sobre una escultura religiosa de Santa Catalina

MANU RAMOS. Una curiosa historia de una escultura religiosa de Santa Catalina ha salido a la luz al conmemorarse este mes de noviembre (2022) los 40 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Valencia. Y tiene su origen en la Parroquia de San Cristóbal de Majadahonda (Madrid): «Al poco de erigirse esta nueva Parroquia, en la década de los setenta del siglo pasado, los sacerdotes operarios que estaban al frente querían poner una imagen de la Virgen en el templo. Por aquel entonces estaba de párroco don Eugenio Fuertes Martínez, y su deseo era que esta imagen de la Virgen tuviera una advocación “que indicara personalidad y espiritualidad propia” y no otra advocación como pudiera ser la Inmaculada o del Carmen. “Yo llevaba en el pensamiento, desde hacía tiempo, la idea de la Virgen de la Vocación, tan evangélica y tan operaria”. Don Eugenio consultó a Roma si se admitiría este título. Desde allí le responde el operario don Teodoro del Arroyo diciendo que “en Roma no ponían dificultad ninguna con tal de que el propio Obispo no pusiera tampoco reparos”. Así, la idea de esta advocación mariana siguió su curso hasta llegar al escultor.


Sacerdotes operarios diocesanos con el nuevo Papa Francisco

Este hizo un boceto inicial de la nueva imagen de la Virgen que posteriormente el párroco presentó a los fieles. No quedaron satisfechos del todo. “Se le encargó otro boceto al mismo escultor, y sin que se le dijese ninguna otra cosa, presento el nuevo boceto con la concavidad en el seno, sobre la cual no se consultó más. En esa concavidad se podía colocar un sol o algo parecido. Por fin quedamos en no poner nada para darle fundamento a esa filosofía de que la vocación pide vacío de sí mismo, disponibilidad, estar incompleto precisamente para que la Vocación sea lo que a uno le completa”. El escultor de Nuestra Señora de la Vocación, “la primera de esta advocación en toda la Iglesia”, fue don Juan Manuel Martín Munuera, residente en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Dicha imagen se colocó a la derecha del altar en el templo de San Cristóbal de Majadahonda, hoy Parroquia del Beato Manuel que atiende la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús.

El 28 de septiembre de 1981 llega a Valencia don Eugenio Fuertes Martínez como rector del templo eucarístico de Santa Catalina Mártir. En esta época y cuando aún persistían las obras de restauración, Santa Catalina contaba con “cinco o seis hermosas y amplias capillas” en la parte de la girola. Lo primero que pensó el nuevo rector fue en “dedicar una de ellas a la Virgen de la Vocación”. Otra de esas capillas, la más inmediata, “quedaría reservada para colocar la imagen del Beato Manuel Domingo y Sol, cuando fuese beatificado”, acontecimiento que felizmente llegaría unos años más tarde. Actualmente, las dos capillas “forman una zona vocacional en este hermoso templo que rige la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos”.

Al tener experiencia artística y visual de la Virgen de la Vocación que don Eugenio dejó instalada en su anterior parroquia de Majadahonda (Madrid), él mismo quiso corregir algunos detalles a fin de no repetirlos en la nueva imagen para Santa Catalina. Aquella primera estaba bien tallada, conservando el color natural de la madera, “pero resultan sus rasgos algo duros; especialmente se desearía que fuesen más suaves las facciones de la cara”. En la pascua de Pentecostés de 1982, el 30 de mayo, don Eugenio contacta con el arquitecto don Luis Gay Ramos, alma y artífice de las obras de restauración de la Iglesia de Santa Catalina. Le expone su idea a cerca de la nueva imagen a lo que don Luis le responde recomendándole que “hable con don Bartolomé Carabal García”, en ese momento decorador y restaurador. El 21 de junio se formaliza el encargo de la Virgen de la Vocación. Siguiendo las indicaciones de don Eugenio para la nueva imagen “con los rasgos, especialmente los faciales, más suaves y más dulces, y la oquedad del seno más alta, quedando más que en la zona visceral en la cordial”, realizará esta obra el artista imaginero don Manuel Biot Rodrigo, de Alboraya (Valencia). Y “tiene que estar acabada para la venida del Papa”. Lea la historia completa en la cuenta de la Parroquia Santa Catalina de Valencia pinchando aquí.

 

 

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