Detalle del Mosaico que representa a Alejandro Magno sobre su caballo Bucéfalo, durante la batalla de Issus (Museo Archeologico Nazionale de Nápoles, en Italia)

MIGUEL SANCHIZ. Comienza una nueva sección en MJD Magazin este domingo 7 de enero (2024) y en la «Entrevista Imposible» mi primer personaje es Alejandro Magno. Nos sumergimos en la grandeza de uno de los líderes más extraordinarios de la Historia. Conquistador incansable y estratega visionario, Alejandro Magno forjó un imperio que abarcó vastas tierras y culturas. En esta conversación única, exploramos su perspectiva sobre desafíos contemporáneos, desde la corrupción hasta los anhelos de autonomía regional.


La Entrevista Imposible de Miguel Sanchiz

Con Alejandro Magno se vive un viaje fascinante a través del tiempo para desentrañar las lecciones atemporales de un líder cuya gesta sigue inspirando a las siguientes generaciones. Por eso la primera pregunta es la siguiente: en tu tiempo, el concepto de corrupción y la secesión de provincias eran temas relevantes. ¿Cómo abordabas estas cuestiones en tu imperio?: «En mi época, la corrupción y la secesión eran retos fundamentales para la estabilidad del imperio. Para abordar la corrupción, implementé reformas administrativas significativas. Establecí instituciones de supervisión independientes, promoví la transparencia y fui implacable en la aplicación de leyes contra la corrupción. En cuanto a la secesión, busqué fomentar un sentido de identidad imperial compartida, destacando los beneficios de la unidad y la colaboración entre provincias».

Surge por ello una pregunta complementaria, Alejandro: ¿Cual hubiera sido tu actitud frente a la corrupción y la secesionismos? ¿Hubieras otorgado indultos y amnistías?. –Enfrentar la corrupción y los secesionismos requiere una combinación de firmeza y pragmatismo. En cuanto a la corrupción, considero que la justicia debe ser implacable para garantizar la integridad del imperio. No otorgaría indultos ni amnistías a aquellos implicados en actos corruptos, ya que esto debilitaría la confianza pública y socavaría los fundamentos de la administración justa» ¿Cuáles eran las medidas específicas que tomaste para prevenir la corrupción en tu administración?. –Para prevenir la corrupción, instauré un sistema de control estricto. Introduje auditorías regulares y castigos severos para aquellos que violaran la confianza pública. Además, promoví una cultura de integridad entre los funcionarios, recompensando la honestidad y castigando la deshonestidad. La participación ciudadana también fue crucial, alentando a la población a denunciar prácticas corruptas y garantizando que los denunciantes estuvieran protegidos».

¿Y respecto a los secesionismos?. –Adoptaría un enfoque más flexible. Entendería las causas subyacentes de las aspiraciones independentistas y buscaría soluciones que preservaran la unidad, pero también reconocieran las identidades culturales y aspiraciones legítimas de las regiones. La represión sin comprensión solo alimenta la discordia, por lo que buscaría el diálogo y la negociación como medios preferidos para resolver conflictos. En casos excepcionales, podría considerar medidas de reconciliación, pero siempre manteniendo la unidad y estabilidad del imperio como prioridad».

Si me lo permites, una pregunta personal. Murió tu mejor amigo, Hefestion, tal vez envenenado, cosa habitual de la época ¿Marcó eso tu vida?. –Esa es una cuestión que ha generado especulaciones y mitos a lo largo del tiempo. La muerte de Hefestión, mi mejor amigo y compañero de toda la vida, fue una tragedia que pesó profundamente en mi existencia. Su pérdida marcó un punto de quiebre emocional, y sí, afectó considerablemente mi vida y mi perspectiva. La amistad que compartí con Hefestión fue única y profunda. Su fallecimiento enluta mi conquista y deja un vacío que ninguna victoria militar pudo llenar. Sin embargo, intenté honrar su memoria y seguir adelante con el legado que construimos juntos. La vida está llena de sacrificios, y la pérdida de Hefestión, aunque dolorosa, no hizo más que reforzar mi determinación en la búsqueda de un imperio unificado y próspero.

Hefesion murió y tú, loco de dolor te hiciste rapar la cabeza y… mandaste crucificar al médico que lo atendió. ¿Crees justa esa decisión?. –La pérdida de Hefestión fue un golpe devastador para mí, y mi reacción fue impulsada por el dolor y la desesperación. En mi aflicción, cometí acciones que, en retrospectiva, fueron impulsadas por la emoción y el sufrimiento personal. Crucificar al médico que atendió a Hefestión fue una medida extrema e injusta. El luto puede nublar el juicio, y en ese momento, permití que la tristeza y la ira dictaran mis decisiones. La crucifixión del médico no trajo consuelo ni justicia; más bien, fue una respuesta desproporcionada e inhumana. Con el tiempo, aprendí que el sufrimiento personal no justifica la violencia contra otros, y la pérdida de un ser querido no puede ser motivo para infligir sufrimiento a quienes no son responsables. En la historia, estas decisiones son recordadas como lecciones de los peligros de dejar que las emociones gobiernen nuestras acciones. La reflexión sobre esos momentos difíciles me llevó a reconsiderar mis acciones y buscar maneras más justas y equitativas de afrontar el dolor y la pérdida.

Nos quedamos con la duda de si esa respuesta presumida responde a la autentica realidad del pensamiento de Alejandro Magno. Tampoco es muy importante la respuesta, lo importante es que, tal vez, algunos nos hemos entretenido con esa historia. Próximo y último capítulo sobre «La unidad del Imperio y la secesión en tiempos de Alejandro Magno»: «Fomenté el diálogo entre las provincias, reconociendo y respetando sus identidades culturales». (Continuará).

Majadahonda Magazin