WENCESLAO VENTURA. La tarde de otoño ensimismada, vamos juntos, en silencio; yo escribiendo mentalmente, absorto en mi melopea ¿Qué diré sobre Leopoldo? Me sorprendo mirando el cielo oscuro casi negro, Madrid otra vez, recuerdo tus plumas amarillas, tus amaneceres en O’clock, tus esferas de eternidad inventada. Hace tantos años de todo aquello y una muchedumbre de fantasmas… ; y ahora un viento frío toma la calle de la Casa de las Flores. Caminamos despacio hacía la librería Juan Rulfo donde presentamos el libro “Poesía y Locura en la obra de Leopoldo María Panero«. Todos estamos especialmente contentos. Leopoldo, te leemos, hablamos de tu poesía, es el mejor regalo que podemos hacerte. Pongo en mi boca tu / nuestro “Suave como el peligro apareciste un día“. También hablaremos de tu vida, de la de tu familia, de las dos películas, será inevitable. Me acompañan en la mesa Federico Utrera, escritor, experto en la trama inextricable de los Panero, Miguel Blasco, escritor y coordinador junto a Francisco Benedito de este libro. Junto a nosotros está también Manuel Turégano de Ediciones Contrabando. El público, sin ser numeroso, es lector de Leopoldo, eso lo adivinamos enseguida. Está el escritor Javier Mendoza, Andrés del Arenal, alma de esta Juan Rulfo donde late México. El acto se convierte en reunión de amigos. Vamos a tomar unos vinos todos juntos. Hay complicidad. Amistad. Converso con Ana Hiernaux, con María Crespo, poetas. Después sigue la noche y sigo mirando la negrura azulada de esta ciudad y todo fue una vez.