SONIA BLUE. «María Sevilla justifica después a la psicóloga cómo decidió impedir que el padre volviera a ver al niño después de que éste confiara «a su abuela» que su padre había abusado sexualmente de él -la forense introduce aquí las dudas de su compañera de Majadahonda: «No se puede descartar la instrumentalización»-. Una denuncia que se revelaba después falsa. La psicóloga reunía después a María Sevilla con su hijo, y se sorprendía cuando la mujer le dejaba al crío «una mochila con medicamentos», pese a que las supuestas alergias del niño, a quien colocaba «en el rol del enfermo» según la forense, eran «relativas a la alimentación». Cada día que pasa, los relatos sobre la psicópata María Sevilla, que fue detenida por la policía tras secuestrar a su propio hijo, son más estremecedores. Pese al demoledor informe psicológico, al que tuvo acceso «El Mundo», María Sevilla aún mantuvo la custodia de su hijo, «y posteriormente dio la razón punto por punto a los psicólogos forenses: tras firmar en 2016 un convenio con Podemos como experta en protección infantil con su asociación «Infancia Libre», se dio a la fuga con el niño en 2017 por espacio de dos años, y fue finalmente detenida el viernes pasado en una finca de una pedanía de Villar de Cañas (Cuenca), con su hijo asilvestrado, obsesionado con la religión y malnutrido«, señalan los periodistas.


El hijo de la asesora feminista del partido político Podemos, mujer que compareció en el Congreso para informar a sus señorías sobre las leyes de género a instancias del partido morado, declaró a la psicóloga del Juzgado: «Dios os va a destruir porque queréis que vea a papá». Y es que la entrevista con su hijo S., que entonces contaba 5 años, fue determinante: «El niño admitía que su madre no le llevaba a clase y que su profesora era «mamá», aunque remataba: «Pero no puedo contar esto a nadie». A renglón seguido exhibía su concepto negativo del progenitor masculino: «Todos los padres mienten y todos los padres pegan a sus hijos», para rematar desafiante a la psicóloga: «Mi mamá me ha dicho que Dios os va a destruir porque queréis que vea a papá». El niño incluso se inventaba, dice la facultativa, «profesores y amigos» que «obviamente no existen» para ocultar que su madre lo tenía sin escolarizar.

Los periodistas Quico Alsedo y Pablo Herraiz de «El Mundo» han desvelado como en 2014, tres años antes de su comparecencia en el Congreso, una psicóloga y una trabajadora social habían emitido un informe demoledor sobre ella: «Un informe psicosocial que prefigura todo lo que sucedería después, y que la presenta como alguien capaz de generarle a S. una imagen de sí mismo como de alguien enfermo, víctima, para después cuidarle ella misma.» La psicóloga describe en el texto cómo María Sevilla aparece «distante» a la entrevista con ella, se describe como una persona «a la que le cuesta adaptarse a los cambios», y que ya refiere que su adolescencia fue difícil «por haber pasado largas temporadas hospitalizada» por dolencias -alergias y asmas- que no acredita, pero que luego proyecta en S. Tras esto, María Sevilla explicaba en el encuentro, ya en 2014, su miedo constante, al nacimiento de su hijo, a que éste desarrollara sus mismas enfermedades. Así, según ella misma narraba, sólo le dio leche materna durante el primer año, no introduciéndole ya en los otros alimentos pese al consejo de los médicos.

Los psicólogos advirtieron en 2014 de que la experta en infancia de Podemos era un «grave riesgo» para su hijo: «En 2014 una psicóloga la tachó de peligro para su hijo por aislarle y victimizarle. En 2016 Podemos la llevó al Congreso, donde dijo que los psicólogos forenses «no tienen preparación». El viernes pasado fue detenida e imputada por secuestro parental. «Obsesionada» por la religión y por el «miedo a la pérdida de su hijo». «No consciente» del «daño» que le podía causar a su vástago. Empeñada en que S. estaba constantemente enfermo, lo estuviera realmente o no. «Instrumentalizando» una falsa denuncia por abuso sexual contra el padre. Y, por encima de todo, decidida a mantener a su hijo apartado de la sociedad, sin contacto con otros niños de su edad: como lo halló la Policía, como un pequeño salvaje, malnutrido y sin casi saber leer ni sumar a sus 11 años». Así, como un «grave riesgo» para el niño, describía en junio de 2014 la psicóloga forense del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a María Sevilla, cuando ella y el padre de S., de entonces cuatro años, luchaban por la custodia del menor.

María Sevilla se hizo famosa por su comparecencia en el Congreso del brazo de Podemos

María Sevilla «tenía motivos personales para cargar contra los psicólogos forenses en 2016, cuando intervino en el Congreso de los Diputados y señaló que estos profesionales «están mal preparados». Acudió como presidenta de Infancia Libre, citada por Podemos, con quien había firmado un convenio para realizar un estudio sobre menores abusados sexualmente en su familia, de lo que acusó falsamente a su ex marido. Al juntar a madre e hijo, y preguntarle éste a ella si había dicho lo que tenía que decir a los peritos, María Sevilla respondía, ante la estupefacta psicóloga: «Ya veremos qué hace Dios». La valoración de la forense, a continuación en el informe, era palmaria: Sevilla había construido para S. un entorno «sobreprotector», con «excesivo control» motivado por un «miedo desproporcionado», provocándole un «aislamiento» que «está afectando a su desarrollo evolutivo». Y desgranaba los daños en el menor, muy agravados hoy: «malnutrición severa», «discontinuidad en los seguimientos médicos» en cuatro centros distintos, paso por cuatro colegios diferentes siempre removido por su madre, «dificultades de comportamiento, de relación con iguales»; una constante «victimización»… Cinco años después, tenía que ser la Policía, la Unidad Adscrita a los Juzgados de Plaza de Castilla, la que liberara a S. de una finca de Cuenca. Y de las garras de su progenitora», concluye la noticia.

Majadahonda Magazin