“Hablamos con un tipo hogareño, que vive junto a su novia (una ex Miss Bélgica) y su familia (madre y hermanos) en un piso cerca del Cerro del Espino. Rara vez baja al centro de Madrid. Cenar y cine, por Majadahonda. Está cómodo. Acaba de firmar su renovación hasta 2022, subiendo mucho la ficha y subiendo muchísimo más su cláusula de rescisión, situada ahora en 100 millones de euros. Casi nada”. El periodista Eduardo J. Castelao ha revelado el lado más íntimo de Yannick Carrasco cuando su padre les abandonó: «Mi madre hizo el trabajo de madre y de padre”. Y es que “es jueves y es noche cerrada en el Cerro del Espino. Yannick Carrasco (Ixelles, Bélgica, 23 años) aparece con unas zapatillas blancas, pantalones rotos (a propósito, cosas de la moda, pero rotos al fin y al cabo), una camiseta a rayas y una cazadora de un azul extraño. La barba perfectamente perfilada. El peinado perfectamente acabado. Los pendientes perfectamente puestos. Flaco, muy flaco, y tímido, muy tímido. Alejado, cuentan quienes le conocen, del prototipo de joven futbolista salvo por la estética. Humilde, trabajador, callado, el centrocampista es la mejor noticia del Atlético de Madrid en lo que va de temporada. Se sienta y charla en un español de extranjero con acento andaluz. Algo así”.
