ZACARIAS M. MAILLO. “Las elecciones, a veces, son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel.” David Lloyd George (primer ministro británico entre 1916 y 1922). Se puede afirmar con carácter general que las previsiones se cumplieron. El PSOE ganó con suficiencia, Podemos se desinfló, el PP se hundió y Cs creció; sin embargo Vox, contrariamente a lo que decían las encuestas, obtuvo un resultado discreto aunque preocupante para los demócratas de bien, si nos atenemos a lo oído durante la campaña de boca de sus dirigentes, especialmente en el mitin de Las Rozas.


Zacarías M. Maillo

El PSOE diseñó una campaña a mi juicio magnífica, prudente, focalizada en la figura del presidente del Gobierno y con dos o tres mensajes claros y simples: en nueves meses de acción de gobierno nos hemos ganado la credibilidad de los españoles; no volvamos atrás, pensemos en el futuro; justicia social. A la vez, se trataba de correr los mínimos riesgos, no equivocarse, perfil medio/bajo y aparecer siempre en modo de responsabilidad institucional. En mi opinión fue una campaña que solo falló en dos aspectos: el caos en la participación en los debates en RTVE y Atresmedia y las propias intervenciones del presidente en dichos debates, sin asumirriesgo alguno, con discursos planos y mostrando escaso liderazgo.

Pedro Sánchez «solo falló en los debates»

Ahí creo que pecó de conservadurismo. A los ciudadanos nos gustan los presidentes que se muestren líderes, firmes, convincentes y seguros de sí mismos. Cuando el hiperactivo Rivera le mostró la foto con Torra, en lugar de eludir el tema, Pedro Sánchez debería haber intervenido con determinación: “señor Rivera, si usted aspira a ser presidente de un gobierno debe entender que reunirse con un presidente de una Comunidad Autónoma, por más que no le guste lo que hace y dice, es su obligación ineludible; otra cosa muy distinta es que se hagan concesiones, lo que, como vd sabe, es falso, pero la obligación de un presidente es hablar con todo el mundo e incluso con aquellos que pretenden dinamitar la democracia, porque este sistema es tan grande que incluso da cabida a quienes pretenden destruirlo desde dentro.”


Pablo Casado: «joven adolescente enfadado»

La cara amarga la puso el PP. Tengo para mí que las reflexiones más acertadas fueron las de la prensa internacional, que tildó a Pablo Casado de joven adolescente enfadado, etc, puesto que achacar el batacazo única y exclusivamente a la división de la derecha es una falacia, entre otras cosas porque no sería la primera vez que varios partidos de un mismo espectro hayan atraído más votantes que uno solo con varios rostros impostados. Lo que penalizó al PP es pura y simplemente el liderazgo de Pablo Casado y su discurso permanente de confrontación contra el PSOE y contra el mundo. Así no se construye nada. Argumentos peregrinos como el Falcon o el recurso a los decretos ley no venden absolutamente nada, sencillamente porque a la gente le importa mucho más el impacto positivo en su vida de una decisión política que la cobertura legal de la norma que la desarrolla, que solo importa a los analistas políticos de derechas. Por supuesto el racaraca de las cesiones de Pedro Sánchez al independentismo, al gobierno socialista apoyado por los proetarras y por los bolivarianos, hace daño al oído y molesta por ser falso e insultante, por mucho que el gobierno haya cometido algunos errores en esos temas.

En mi opinión, el PP debería haber construido dos discursos. Por una parte el crítico, hablando de que toca gestionar la desaceleración económica, la inestabilidad financiera y el escaso margen fiscal para corregirlas. Y por otra, el apaciguador, ofreciéndose a liderar la resolución del problema territorial en caso de ganar las elecciones o a arrimar el hombro en ese sentido y ayudando a quien gobernase. No fue así y lo pagó, porque el insulto y el improperio eran patrimonio de VOX, que no es más que el PP de Mayor Oreja, María San Gil, Ortega Lara y otros. Por cierto, conviene también recordar que a mayor furor contra el catalanismo o los vascos (supresión del concierto pidieron algunos), más votos para PNV, Bildu y ERC.

Rivera: «una campaña desastrosa, un resultado excelente»

La campaña de Cs fue un auténtico desastre y, a pesar de ello, ha obtenido un excelente resultado, como consecuencia de la llegada de una parte de los votantes más centristas del PP cabreados. Sin embargo, mucho me temo que la estrategia de Ciudadanos, liderado por un adolescente político arrogante, será su propia tumba política. No hay más que recordar la inútil e histórica victoria de Inés Arrimadas en las últimas elecciones catalanas. ¿Para que sirvió? Para nada, porque ni ella ni su grupo hicieron el más mínimo intento de liderar un cambio, por muy difícil que fuera. O la impostura de que en Andalucía solo pactan con el PP y no con Vox. Y ahora les pasa lo mismo. Habiendo dicho que jamás pactarán con el PSOE de Pedro Sánchez porque es amigo de los independentistas y quiere romper España, Rivera está diciendo a la vez que, como no quiere echar una mano para formar gobierno con los socialistas, en realidad está entregando la gobernabilidad del país precisamente a ERC y a PNV.

Y lo pagará caro porque no debemos olvidar que Ciudadanos nace con una histórica misión, que no es otra que la de intermediar entre los grandes partidos y evitar el protagonismo de los separatistas. Más pronto que tarde se darán cuenta de que ni pueden liderar la oposición (tienen menos diputados que el PP) ni podrán reprocharle nada al PSOE en materia territorial y la gente sabe que cuando un partido es inútil políticamente hablando porque no sirve para nada, es mejor no volver a votarle. Si pudiéramos extraer una conclusión nueva de estas elecciones, deberíamos decir que mientras en elecciones del pasado, el discurso duro contra los nacionalistas, traía consigo de inmediato un aumento de votos en Soria, Salamanca o Zamora. En este momento, ese mismo discurso, en la situación actual, sabiendo que así no se arregla nada sino que más bien aumenta el problema, no solo no da votos fuera de Cataluña o Euskadi sino que refuerza a los más dialogantes como el PSOE (que ha arrasado en las dos castillas) y a las propias fuerzas nacionalistas como Bildu, PNV o ERC, que han duplicado sus diputados.

Pablo Iglesias: «perdió los votos prestados del PSOE»

Por su parte, Podemos obtuvo el resultado esperado, perdiendo los votos que antes le había prestado el PSOE. Pablo Iglesias mostró una cara diferente, más medida, menos agresiva, y arrogante, ganando con claridad el segundo debate e incluso ofreciéndose a entrar en el gobierno del PSOE sin apenas exigencia alguna. El problema del PSOE es que si quiere pactar con Podemos, tendrá primero que pensar con qué Podemos va a sentarse: ¿con el de Iglesias? ¿con los anticapitalistas? ¿con Compromís o en Marea? ¿con los seguidores de Errejón? Demasiado lío.

Abascal: «éxito rotundo y amenaza»

Lo más curioso es el caso de Vox. Las encuestas y su propio olfato le daban un resultado extraordinario. No fue así y han obtenido 24 escaños, que, a mi entender, es al mismo tiempo un éxito político rotundo y una amenaza seria para la democracia española si su tendencia es al crecimiento futuro. Me sorprende, en este sentido, la decepción de los dirigentes de este partido por los resultados. ¿Acaso esperaban ganar las elecciones? De momento tendrán que conformarse con sentarse en el hemiciclo y hacer proposiciones no de ley sobre don Pelayo, la inmigración, los toros y la bandera. Conviene, en ese sentido, que todos los partidos (todos) pongan en marcha un cordón sanitario firme contra estos aprendices de gobernantes totalitarios para evitar males mayores futuros.

Majadahonda Magazin