JORGE RUBIO (Majadahonda). «Antes de que nosotros llegásemos aquí estos edificios estaban llenos de personas de etnia gitana, personas que se dedicaban a delinquir y al tráfico de estupefacientes. Cuando llegan las familias antes que yo, hacen una limpieza de todo esto a las malas. Llegaron a la violencia por la necesidad ante la crisis, personas que se quedan sin casas por las hipotecas. Se logra depurar todo eso y a partir de entonces tenemos mucho apoyo moral de los vecinos de los alrededores. Desde que nosotros hemos llegado ha vuelto la tranquilidad a la calle Neptuno. Antes los coches no podían aparcar en esta calle porque les robaban los radiocasetes, rompían los retrovisores… Desde que llegamos nosotros, familias que realmente necesitábamos un lugar donde vivir, están los coches perfectos». Quien así habla es uno de los «okupas» de las Casas Rojas, que presta su testimonio a MJD Magazin. «Llevamos muchos años de juicios con el Ayuntamiento de Majadahonda y buscando algún tipo de acuerdo con ellos o con los herederos. Nunca nos hemos negado a pagar un alquiler social. De parte del Ayuntamiento no ha habido ningún apoyo. Nunca hemos querido vivir por la cara. Su máxima respuesta ha sido la de este día: 200 personas a la calle, 20 niños y 27 familias a la calle», concluye.


«Nosotros vamos a estar ahí. No todos los días va a estar esto así de blindado. Igual vamos a entrar. Pondrán un segurata, que se le dejará tranquilo para que se vaya en paz a cuidar a su familia. Nosotros queremos vivir tranquilos y listo», declaraba uno de los afectados por el desalojo de las Casas Rojas de Majadahonda. Y un padre de un niño de 3 meses añadía: «Aquí he tenido trabajo, lo que ocurre es que con los contratos basura no tenemos estabilidad. Se trabaja una temporada y luego se para, pero no tenemos estabilidad para mantener un piso. Pedimos ayuda al Ayuntamiento en una ocasión. Queríamos ponernos a trabajar los dos y le preguntaron a ella en el Ayuntamiento que por qué se había quedado embarazada. Y eso lo negó el alcalde, dijo que la gente que él tenía no había dicho eso en ningún momento». El desalojado prosigue con su testimonio: «También quiero denunciar que ayer ella se cayó con el coche en una alcantarilla que estaba al lado del Tutti porque no estaba señalizada. Se cayó el niño y se golpeó la cara, la nariz y la boca. Cuando regresé del hospital, ya había señalizado la policía la alcantarilla. No nos han dicho que solución nos van a dar para esta noche porque solo hemos sacado algunas cosas, fundamentalmente la ropa».

Diego Marín portavoz de los vecinos Casas Rojas: «Hemos hablado con la fiscal de menores, que nos dijo que se desahucian niños todos los días y por que iba a ser diferente nuestro caso. Van a alojar 15 días a las familias con niños en un hostal y a los núcleos pequeños en unas carpas. Vivir quince días en una carpa no es ni mucho menos una solución. Y luego que cada uno se busque la vida. Nosotros nunca hemos querido vivir por la cara en estos pisos. Hemos pedido un alquiler social al Ayuntamiento y los propios herederos, pero nunca han tenido voluntad de ofrecernos un servicio o darnos la mano. Yo vivo solo, vivía con mi hermano, pero él tuvo que emigrar. Llevo viviendo 6 años aquí, y 7 en España. Nos han acusado de tener coches de lujo: los hay, pero no son nuestros, son de los vecinos de los alrededores. Majadahonda es el cuarto municipio más rico de España».

«Nos acusan de engancharnos a las farolas de iluminación pública y eso es falso y comprobable. Cuando empecé a vivir aquí, la policía venía esporádicamente a hacer seguimientos. Tenemos denuncias pero por autoabastecernos energéticamente. Teníamos generadores que funcionaban con gasolina que hacían mucho ruido y contaminaban mucho. Ellos también revisaban los postes de electricidad y no tenemos ningún tipo de denuncia por ello. Nosotros hemos llegado aquí por una necesidad y cada uno tiene su historia hasta llegar aquí. Nunca hemos querido hacer eso, hemos tenido la oportunidad y la tentación pero no lo hemos hecho. Yo entro aquí por mi madre. Ella se vino para España y fue la que me ayudó a llegar aquí. No vive conmigo, tiene alquilada una habitación. Yo con el sueldo que tengo no puedo pagarme un alquiler. Si pago el alquiler ¿con qué como? ¿con qué pago el abono transporte?».

«No he tenido ocasión de acercarme a mis vecinos. Ahora iba a estar con ellos. Estamos moralmente destrozados. El único responsable de esta situación es el Ayuntamiento de Majadahonda. Es nuestro principal enemigo jurídico desde que yo he llegado aquí. Ellos dicen que son imparciales ante esta situación, que no van a actuar ni a favor ni en contra de nosotros. Pero tenemos papeles documentados que demuestran que los principales demandantes no son los herederos, sino el Ayuntamiento de Majadahonda. Conseguimos negociar con los concejales de Somos e Izquierda Unida, pero no pudimos entrar en la Mesa de la Vivienda. Solo un par de miembros y porque ellos quisieron. Se propuso el hostal para los niños y habilitar unas carpas para los que no tenemos a cargo menores de edad. Ante todo esto algunos grupos políticos mostraron su negativa y fueron expulsados de la Mesa de Vivienda por el alcalde de Majadahonda. Como digo ha sido nuestro principal verdugo jurídico, la responsabilidad cae sobre sus hombros. 200 personas a la calle, 27 familias y 20 niños escolarizados todos y un recién nacido».

«Éramos una comunidad que nos autogestionábamos energéticamente. Nosotros no usábamos electricidad de los postes públicos. En un primer momento utilizábamos generadores de gasolina, y últimamente con un poco de ayuda usábamos paneles solares para abastecernos energéticamente. El tema del agua, tampoco teníamos, la recogíamos de las piletas públicas de los parques y con eso íbamos tirando. Yo vivía en un tercero y cargar bidones de 20 litros en cada mano, subir 40 litros hasta ahí, no era nada reconfortante, pero es lo que teníamos». José Manuel Barroso, abogado de los «okupas»: «Han subido en el bloque 8 y ahora están procediendo a desalojar en el 6. Están bajando por la fuerza. Estaba con miedo de que se utilizase la violencia, pero como hay menores están desalojando voluntariamente. Esta es una fotografía más de la realidad social de este país. Un ayuntamiento, el tercer municipio de España con más renta per cápita, municipio modelo, ciudad limpia y que es incapaz de atender a 27 familias, 20 menores que se quedan en la calle, discapacitados, un enfermo de cáncer que está en el ático, dándonos largas continuamente. No es una crítica, lo decimos apelando a los poderes públicos para dar una solución habitacional que estamos pidiendo desde hace mucho tiempo».

«Estos “okupas” han entrado por una situación de necesidad que consintió el propietario en una situación de emergencia porque no les dio la habitabilidad el alcalde y les dijo “pues que entren”. Al entrar han estado consentidos, pero luego los herederos han reclamado. Al final hay una deuda tributaria de los propietarios con el ayuntamiento de 600.000 euros: con recargos e intereses de demora que alcanzan el millón de euros. Eso se lo está perdonando el consistorio a los constructores. Está siendo benevolente con ellos, y al final, escucha al interés particular y no a toda la gente que se está quedando en la calle. Han sido momentos tensos. Entrando con escudos, antidisturbios… Los de Stop Desahucios han estado dentro. No querían salir de una de las habitaciones y decían que no salían hasta que no hubiese una solución habitacional. Ha habido momentos tensos. He tenido que entrar en el domicilio y hablar con ellos, porque la policía ha ido hasta esa habitación y por eso he ido a hablar con ellos. Al final han bajado voluntariamente. Han tenido que romper las dos entradas principales de acceso a los dos bloques y también la de algunos pisos. Es una situación triste porque llevamos aquí 7 años en una lucha judicial. En un procedimiento penal por usurpación que se archivó, como otros lanzamientos que se han suspendido. Es un poco triste esta situación, después de tanto tiempo se te queda una sensación de vacío».

«De cara a la galería dan dos semanas en un hostal a las personas con niños. Servicios Sociales lleva dándonos largas y así está la situación. Una vez pasen las dos semanas “si te he visto no me acuerdo”. Son familias enteras que no son okupas, que eso es el prejuicio general que hay aquí en Majadahonda. No son okupas en plan genérico, son personas con necesidades sociales que necesitaban ser atendidas por el velador de los intereses públicos y de los derechos humanos, que en este caso es la corporación municipal, y no lo han hecho. Los pisos los van a tapiar. Yo no sé que van a hacer con ellos, si van a demolerlos, porque no cumplen con la condición de altura y de habitabilidad. Es una situación dramática. Le estábamos pidiendo a la parte contraria que nos dejaran dos meses porque hay niños en edad escolar que no han terminado el curso y han hecho caso omiso».

«Hace 5 años por delito penal se presentó el Ayuntamiento como acusación particular. El Ayuntamiento lo niega, pero se han personado, yo estaba en la parte contraria. Ahora han pedido el lanzamiento los particulares. Nosotros le pedimos al alcalde que se personara para pedir la suspensión hasta que se resolviese este drama social de los menores. La corporación ha llamado al juzgado diciendo que se estaba dando una salida social y que procediera con la ejecución del lanzamiento. El bloque está desalojado y el bloque 6 está en proceso. No es que estén ofreciendo resistencia, las puertas están tapiadas, pero no es resistencia, es miedo de que se emplee la violencia contra ellos. Están sacando todo lo que pueden y poniéndolo en conocimiento de la secretaria judicial para poder sacar sus pertenencias. Son 27 familias, unas 200 personas, 20 niños, discapacitados, jubilados. Y el Ayuntamiento ha sido incapaz de dar respuesta social a esta situación. Los partidos políticos ha habido algunos que se han esforzado bastante y que nos están ayudando. En general, el tercer municipio en renta de España y con superávit, es incapaz de dar una salida social a estas personas. Personas de su municipio y empadronados en Majadahonda».

Majadahonda Magazin