JORGE RUBIO. El mundo del toro y la tauromaquia es toda una pasión para muchos de sus aficionados que viven con intensidad las diversas facetas que lo componen. La lucha entre el hombre y el toro es una tradición que se remonta hasta la antigüedad, y que incluso bebe en cierta forma de los mitos helénicos como el del minotauro, surgido de la veneración primigenia al toro como deidad. Una leyenda transformada a lo largo de los años y que se ha convertido en el eje de multitud de culturas, aunque sobre todo en la española e hispana. A pesar de que los tiempos cambian, el toro sigue siendo uno de los principales protagonistas de las fiestas populares, y Majadahonda y sus vecinos no son ajenos a esta tradición. Pero en la lucha con el toro no siempre la suerte está del ser humano, y como si de aquella leyenda del minotauro se tratase, el animal se defiende y en ocasiones es el hombre el derrotado en esa lucha ancestral que une a ambos.
Durante la pasada edición de las fiestas de Majadahonda el veterano recortador y corredor callejero Jorge Rosco sufrió una cogida por parte de una las reses de la ganadería navarra de Macua. Unos toros bien conocidos por los aficionados por su buen porte, pero también por su peligrosidad. La cornada sufrida por Jorge Rosco hizo que saltaran todas las alarmas y que por momentos se llegase a pensar en el peor de los desenlaces posibles para el recortador. Más tarde, con la vida del herido fuera de peligro, se temió por su pierna, que debido a la gravedad de la cornada, parecía que iba a tener que ser amputada. Pero la fortuna le ha sonreído una vez más, ya que gracias a la intervención médica ha podido salvar la extremidad inferior. Desde las redes sociales no han sido pocas las voces que han lanzado mensajes de apoyo a Jorge Rosco, entre ellos el torero majariego Victor Tallón, que mostró su aliento al corneado desde el primer momento y para el que es «un gran amigo de mi familia y es como si fuera mi tío».
La cogida del recortador de Estella por un toro de Macua
Pero la cogida de Jorge Rosco fue sorprendente para muchos, ya que es un gran veterano en el arte callejero del recorte, una disciplina arriesgada que en la plaza consiste en realizar piruetas, saltos y esquivas ante la embestida del toro. Todo ello sin protecciones de ningún tipo, salvo el propio cuerpo, la agilidad y la experiencia del recortador. Entonces, ¿cómo un veterano pudo ser corneado? Partiendo de la base de que el error humano siempre existe, y que ha veces no se realiza este arriesgado ejercicio en las mejores condiciones físicas, hay que señalar que los toros de la ganadería Macua son fuertes, rápidos y tienen cierta agresividad natural que no comparten con otras ganaderías a las que los majariegos están acostumbrados. Y es que las reses de Macua consiguen dar espectáculo donde participan, pero también altas dosis de peligro. No son extraños los encierros en los que estos toros dejan algún que otro herido. Majadahonda ha escrito el último capítulo de una historia, pero un mes antes otro toro de Macua hirió de gravedad a otro recortador durante las fiestas patronales de Estella.
Un legado el de estos toros que está lleno de historia, que se remonta a 1964 en la finca «La Serna» de Larraga (Navarra), con la compra realizada por «Ángel Macua Suescun de la ganadería de D. Luís Pradilla Marcén y D. Andrés Arjol. Unas reses que serán refrozadas con las adquisiciones de más ejemplares procedentes de los hierros de D. Tomás, D. Cesar Moreno Erro y D. Eloy Jiménez. Tras su fallecimiento, el hierro adquiere el nombre de Sucesores de Angel Macua, que incorporan a la ganadería vacas de la Bomba ( de Jesús Fraguas) y sementales de Ángel Laparte y Adolfo Lahuerta». Junto a este «hierro» Macua cuenta con otro adicional, Ana Corera Esparza, cuya historia se remonta a 1968. Ambos hierros forman parte y están inscritos en la Asociación Nacional de Ganaderías de Lidia. «Desde 1997, Sucesores de Angel Macua es la empresa cuya actividad principal es la cría, alquiler y venta de ganado bravo. Pero sus orígenes se remontan allá por los años 40, cuando Jesús Macua Jaurrieta fundó la ganadería para que más tarde, su hijo Ángel Macua Suescun cogiese las riendas del negocio. En la actualidad, es el hijo de Ángel Macua, Jesús Macua Corera, quien regenta la empresa», detalla la web de la ganadería
Fuentes:
Con perdón, pero no me gusta el titular, los toros no son homicidas, son bravos, mansos, encastados, pero no homicidas. Es un animal que por naturaleza cornea, si te pones delante pues te pilla, si ese toro hubiese sido homicida, ninguno de los dos heridos de Majadahonda lo cuenta, el primero en vez de varetazo se hubiese llevado cornalón en el pecho y si hubiese sido HOMICIDA Jorge no lo cuenta, porque si el toro hubiese tenido «saña» se desangra Jorge ahí al momento, menos mal que dió cornada seca (con la pena que le pilló la femoral) y siguió su camino. Ánimo Jorge