JOSE MARÍA BABOT VIZCAINO. No me explico la desvergüenza de esos dos concejales de Ciudadanos (Cs) en Majadahonda, ya que cuando son ellos los que escupen, proclaman que es «libertad de expresión», pero siempre para ellos, no para los demás. Son unos verdaderos atunes, de verdad. Lo mío, como ustedes habrán visto, es no dejar que se nos rifen, denunciar que están acostumbrados a tener razón y a tomarnos el pelo, y que pasemos por el aro. Lamento lo sucedido. Viendo lo que se ve y leyendo lo que se lee o se comenta, esta salida cobarde que ha hecho circular, y hasta creer, incluso en los tribunales, confirma con ello como esta izquierda nauseabunda española se impone a fuerza de amedrentar, desacreditar, amenazar y todo lo que sea, puesto que han logrado parecer que tengan razón no teniéndola. Por supuesto las personas de bien, las honradas, las decentes, nos estamos viendo obligados a encerrarnos en nuestro interior y dejar a esta izquierducha abominable y atroz que se lleve el gato al agua. Yo me rebelo, porque no cometo ningún acto terrorista. Mis palabras, escritas u orales, solo sirven para desenmascarar lo pésimamente mal que está intentando la izquierda deshonrar y hundir a España, ya que ellos lo que hacen es intentar, sin mirar los medios, apoderarse de todo. Y digo bien, de todo, para ser ellos los únicos que puedan hablar y colocar a sus adeptos en los puestos de preferencia, como se está viendo en algún partido que otro. O en todos.


Y es que saltó la liebre por casualidad. Y digo casualidad porque si no se hubiese desatado lo del célebre máster y lo de todos los que se pusieron honores de más, por escrito en su curriculum o de palabra, Albert Rivera no se hubiera borrado de afiliado a UGT, que como todo el mundo sabe y conoce, es un sindicato de lo más socialista que existe. Pues bien, este «cara de buenísima persona» –que no lo es para mí– ha estado engañando, sí, engañando según yo lo veo, a casi toda la ciudadanía española. Y callando posiblemente su gran pecado para él. Este personaje de liberal, de centrista, de derechas o mediopensionista no tiene nada de nada. Es un socialista hasta las trancas y no es pecado si lo siente con lealtad, ya que si no lo fuese no habría estado tantos años afiliado a este sindicato socialista.

Lo lleva en el alma y lo ha tuneado con lo que hace en la actualidad: disfrazarse de centro derecha o como él lo quiera llamar. Es socialista hasta la médula ya que el nombre del partido («Ciudadanos») es la palabra que en nuestra guerra civil los milicianos llamaban a cualquiera. Y hoy, hasta el juez Garzón osa llamar a S.M. el Rey «ciudadano Borbón», rompiendo toda distancia social ya que ellos, «los ciudadanos», no entienden de esas cosas. Como digo, Albert Rivera se ha tuneado de rojo el alma y lleva dentro del pecho, escondido, el anagrama del sindicato. Por eso creo que se ha puesto corbata, para taparlo, disfrazarlo y que no se le vea. Pero, además, viendo lo que se vendría encima si no lo casca él, lo mismo que se ha detectado lo de la floritura de los títulos, incluidos los de sus estudios, él vería que se descubriría su afiliación y disposición al socialismo. Lo lleva dentro de su alma y lo mismo que pienso que si una persona cree con toda sinceridad en una opción, es de ley aceptarlo. Pero creo que este «ciudadanín» lleva dentro de su alma el socialismo. Y no es que sea malo si cree en él ciegamente, sino que se ha valido de él para medrar en política. Lo que no sé, porque se me escapa, es si su equipo lo sabe o les tenía engañados, como a la ciudadanía española. Ya veremos más adelante lo que el destino nos depara por y para conocer de él porque no las tengo todas conmigo.

Majadahonda Magazin