«A la alcaldesa ya sabemos que no le da la real gana de que Majadahonda esté como mínimo decentita, ya que ante mis denuncias hace lo que dijo Ramón y Cajal: «de todas las reacciones posibles, la más hábil y económica es el silencio». Y eso es lo que la alcaldesa ha tomado la decisión de hacer ante mis numerosas quejas. Ya lo dijo el Marqués de Vauvenargues: «el arte de agradar es el arte de engañar». Y es como ejerce su gestión esta buena mujer desde el día en que agarró (no tomó) el bastón de mando en su discurso»

JOSE Mª BABOT VIZCAINO. (7 de julio de 2025). Mientras los responsables del centro escolar Alegra de Majadahonda, (que no sé si han terminado de vender sus terrenos colindantes o van a hacer obras), se olvidan de que hay que dejar pasar a los peatones y hay que respetar los lindes parcelarios, ¿quien enseña educación cívica al alumnado?. Si yo estuviera en edad núbil, seguro que viendo este desastre que suponen las inmediaciones de este colegio no les llevaría al mismo. A la alcaldesa ya sabemos que no le da la real gana de que Majadahonda esté como mínimo decentita, ya que ante mis denuncias hace lo que dijo Ramón y Cajal: «de todas las reacciones posibles, la más hábil y económica es el silencio». Y eso es lo que la alcaldesa ha tomado la decisión de hacer ante mis numerosas quejas. Ya lo dijo el Marqués de Vauvenargues: «el arte de agradar es el arte de engañar». Y es como ejerce su gestión esta buena mujer desde el día en que agarró (no tomó) el bastón de mando en su discurso. Tengo, por hoy, una frase que es más verdad que un templo y que las personas falsas, y no miro a nadie, no hacen caso de ella. Horacio fue su inventor: «la palabra dicha no puede volver atrás». Usted, señora, dijo unas palabras en su toma de posesión sobre las que no puede volverse atrás. Y lo dejo por ahora porque hay mucho que hablar de otro bacalao.

A Babot y Estribor, la columna de José María Babot Vizcaíno sobre asuntos de Majadahonda

LAS VÍAS PERPENDICULARES A LA CALLE SOROLLA. Vergüenza me da a mí pasear o pasar por delante de las vías perpendiculares a la calle Sorolla, incluso ésta también, y ver la guarrada a la que tienen sometido a sus parcelas con la dejadez total y supina de los setos. Ya no es que han crecido un poco, no. Es simplemente la guarrería personificada de estas viviendas, aplaudidas y vitoreadas por el propio Ayuntamiento con una alcaldesa al frente. Una misma mañana de este mes de junio (2025) he pasado por los límites del Colegio Alegra y tiene todo lo peor, menos alegría. Eso ya no son setos ni yerbajos, ya están tan crecidos que parecen árboles y sus ramas llegan a dar literalmente en la cabeza de los peatones. No miento.

«Hay que dejar pasar a los peatones y hay que respetar los lindes parcelarios» (Calle Sorolla)

LAS EXCUSAS DEL COLEGIO ALEGRA EN MAJADAHONDA TRAS MI ENTREVISTA CON ELLOS: «NO LO HABÍAMOS LEIDO». Hace tiempo ya que debido a la dejadez por parte de la persona al frente de este centro de enseñanza, les avisé que por la acera colindante con la parcela peatonal, además de ser super estrecha, era imposible de todo punto poder pasar por ella debido a la postura de quien regía, y puede que aún siga, por no vigilar «su parcela» en toda ella. Sólo se preocupa de la enseñanza, pero ¿qué clase de enseñanza puede impartir a su alumnado si no les enseña el respeto a lo ajeno, que no se tiene según su proceder. A lo que no es de ellos les importa un pepino lo que haya a sus alrededores, luego entonces el alumnado ¿puede salir enseñado hacia el prójimo si en su escuela que se supone de formación cívica no se les enseña educación y respeto a lo que no es de ellos?.

«Les avisé que por la acera colindante con la parcela peatonal, además de ser super estrecha, era imposible de todo punto poder pasar por ella»

MAL VAMOS CON PERSONAS A LAS QUE LES IMPORTA UNA HIGA LO QUE PASE A SU ALREDEDOR. En su día les escribí una carta y…. ni caso. ¿La excusa?: Que no la habían leído… No sé por qué, pero me sonó a excusa banal. Volví a escribirla, me dio más excusas y recortó los yerbas. Esta directora no vale para eso si no mantiene la decencia en su parcela y mira por no traspasar sus excesos a la de los vecinos. Y mucho menos si no enseña, con la práctica, a su alumnado. Y a todo esto ¿qué narices hace esa alcaldesa? ¿Se han aliado ambas? Porque si una comete una falta, y grave, y la que manda no le dice nada, es que hay entendimiento entre ellas. Así lo supongo yo, y así seguirá mientras no se solucionen estos problemas que nos atañen, y mucho, a los majariegos.

 

Majadahonda Magazin