«Este ha sido un verano nefasto en el aspecto lumínico y catastrófico en algunos lugares, Chandrexa de Queixa (Ourense), –qué nombre más hermoso para tan terrible drama–. Lejos ya la Noche de San Juan, el fuego ahora junto al mar, en las playas, en un alarde de exaltación fogosa, sentido lato, bastante discutible».

VICENTE ARAGUAS. (3 de septiembre de 2025). El verano del fuego. Este ha sido un verano nefasto en el aspecto lumínico y catastrófico en algunos lugares, Chandrexa de Queixa (Ourense), –qué nombre más hermoso para tan terrible drama–. Lejos ya la Noche de San Juan, el fuego ahora junto al mar, en las playas, en un alarde de exaltación fogosa, sentido lato, bastante discutible. Por no mencionar la cochambre que acompaña lo que se ha venido en llamar el día después. Playas llenas de la basura que acompaña a los tumultos. Y me viene a la memoria Ramón, –Ramón Gómez de la Serna–, cuando “greguerizó: “Un tumulto es un bulto que le sale a las multitudes.” Algo así. El verano del fuego, mucho más que aquel de tigres poetizado por Pablo Neruda.

Vicente Araguas

EL DON DIVINO DE LA AMISTAD. Yo inmerso en él todavía en Xuvia-Neda. Practicando el don divino de la amistad, acompañado, también, por algunos elementos familiares, esos que forman mi núcleo duro o mi guardia de corps, no sé. Y entonces vienen esas espléndidas sobremesas. Gente joven, de la que algunos ¡sorpresa! siguen con interés las batallas de los veteranos, quienes recuperamos tiempos viejos, intentando –con poco éxito, la verdad- revivirlos, una vez más, Manrique: “¿Qué se hicieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores?”. Pero los viejos, los viejales (esto me gusta más) tenemos mucho que decir todavía. Y a ello nos aplicamos. Y al amor, sentido lato, también.

Vicente Araguas con sus «veteranos de algunas guerrillas» © Javier Molinero Araguas

UN RECUERDO PARA MAJADAHONDA MAGAZIN. Y subimos a Ancos, esos 200 metros, por la línea vertical, para disfrutar de la Ría de Ferrol, otra muestra de la mano divina, posando sus dedos (dicen) en el mapa gallego para crear las rías. Ancos, a un lado Narón, al otro Neda, mi patria, mi tribu, mi alma. Y en las sobremesas, largas como el muestrario gastronómico gallego, sale todo a la luz de la amistad. Y se habla, también, de Majadahonda Magazin, y de cómo vine a parar a ella, luego de un recorrido tan larguísimo desde que salí de Neda, casi que en pantalón corto (ahora, en verano, todos de esta guisa, especie de zangolotinos, palabra tan hermosa como en fase de hibernación). Y yo les digo que en pocos medios más a gusto que en el esfuerzo, romántico, liberal (por generoso) que Federico y su núcleo están llevando adelante.

Fervenza del Belelle y cementerio en Neda: “Hoy por mí, mañana por ti.”

UN FOTÓGRAFO DE VILLANUEVA DEL PARDILLO. Y vuelvo a subir a Ancos, en el pecho aquella canción de Bee Gees, “Holiday”. Y le canto a mi cumbre favorita: “Tú eres mi vacación.” Y aun podría decirle, igualmente, mi vocación. Como también lo es ir a la iglesia de Santa María de Neda, donde me bautizó aquel sacerdote, alto como un carballo (roble), de voz tan sonora como una tarde al pie de la Fervenza del Belelle (“fervenza” vale para cascada, pero viene de “ferver”, hervir, otra cosa, pues). Pero esta “Fervenza” es otro regalo de la naturaleza. Y ahí va esta foto, hecha por Javier Molinero Araguas, de mi núcleo duro, naturalmente. Javi vive en el Pardillo, pero forma parte de este sector cada vez más grande de “madrigalegos”, tan integrados en Galicia, desde raíces madrileñas. Y que no dejen de crecer.

Ría de Ferrol desde Ancos

EL CONSEJO DEL SEPULTURERO. A Javi lo bautizamos también en Santa María de Neda. En ese iglesario que incluye un camposanto con un lema bien solidario en la entrada: “Hoy por mí, mañana por ti.” Allí tenemos, tengo, morada final. Y es que como me decía aquel sepulturero cuando le planteé mi deseo de que mis cenizas fuesen al río de mi parcialidad: “Desengáñese, Don Vicente, conviene dejar siempre algo suyo en un lugar donde quien sea pueda dedicarle un recuerdo o una oración, según”. Tenía razón y por ello tal he dispuesto, que aquellas briznas que de mi queden vuelvan a mi punto de partida. Sí.

Majadahonda Magazin