LIDIA GARCIA. En un acto insólito desde el punto de vista de la Comunicación y la Transparencia, el alcalde de Majadahonda y su jefa de prensa se resisten a hacer pública la remodelación del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Majadahonda, que ya fue efectiva desde el viernes 28 de enero (2022) en que la adelantó MJD Magazin y que ha supuesto el cese del que era nº 3 municipal, el teniente de alcalde, Manuel Troitiño, que también ha sido cesado como concejal de Cultura. Su puesto en la tenencia de alcaldía (y el plus de su sueldo como teniente de alcalde) pasa a manos de Silvia Saavedra, la concejala de Desarrollo Económico (Comercio), mientras que la Concejalía de Cultura es ya desempeñada por Nuria Wilde (que lo fue antes de Sanidad y aún antes de Seguridad), lo que obliga a Troitiño a trasladarlo a Sanidad. Las competencias de Comunicación que desempeñaba Wilde pasan al área de María José Montón, que es ahora la tercera teniente de alcalde. Ella sigue con el área de Bienestar Social y Mayores, que había quedado muy disminuida sin las competencias de Familia que le arrebató Vox, y ahora recupera Servicios Jurídicos, Régimen Interior, Comunicación, Participación Ciudadana, Transparencia y Compras Centralizadas.
El concejal Troitiño se ha tomado con resignación este cese y guarda silencio a pesar de la «humillación«, toda vez que en fuentes del Grupo Popular se ha podido confirmar que, horas antes de producirse el cese, mantuvo un encuentro con el propio alcalde en el que este no tuvo el valor de comunicarle la drástica medida, notificada mediante una llamada de teléfono de su secretario. A pesar de todo, estos azares del destino de la política han convertido a Manuel Troitiño en el «Concejal nº 13«, que como en aquella película de Antonio Banderas titulada «El Guerrero nº 13«: es el que le da la mayoría absoluta al Equipo de Gobierno PP-Vox (son 25 concejales en el Consistorio y la mitad más uno son 13). Si algún día Troitiño se resfría o le duele la cabeza, o le llaman por teléfono antes de una votación (como le ocurrió recientemente a un concejal de Vox) o incluso le entran unas irresistibles ganas de ir al servicio por incontinencia urinaria (como se hacía en la Transición cuando en virtud de los pactos políticos se necesitaban «ausencias» de diputados para ganar votaciones), la actual mayoría perdería las mociones que deben votarse en el pleno. De momento, la sesión plenaria se convierte a partir de ahora en una incógnita a 16 meses del término de la legislatura, aunque en el Grupo Popular no temen ninguna rebeldía del concejal. «No olvidéis que sigue cobrando del Grupo Popular y Manuel ya no está para muchos trotes y aún menos para insertarse en la vida laboral después de 30 años en la política».
Y en efecto, cuando MJD Magazin fue a comprobar estos datos en su perfil oficial del Portal de Transparencia, corroboró que eran ciertos: Manuel Troitiño (Valladolid, 1960) solo confiesa que tiene «estudios» en Ciencias Políticas y desde 1995 es concejal, asesor o diputado regional: esto significa que se subió a la política con 35 años y ahora con 62 ya le espera un horizonte de honrosa jubilación. Tras su reciente divorcio (estaba casado y con 3 hijos), el concejal ha tenido que «partir» su fortuna pero aún le queda un «pico» con todo lo amasado en política: piso en Majadahonda con 2 plazas de garaje y trastero, piso en Sanxenxo y mucho «cash»: 2 planes de jubilación (de los que oculta la cuantía), 225.000 € en cuentas y depósitos de Bankia, ING y Caixa, un préstamo a un amigo por 150.000 € y un coche Mercedes de 2014. Y su sucesora no le va a la zaga a pesar de su menor edad (cumple 50 años este mes): trabajó en Ikea, en la Hostelería de Arturo «Cantoblanco» (salpicado en varios escándalos de corrupción del PP), en una sucursal de la Caixa y como comercial en el Casino de Madrid. La ruleta, sin embargo, le tocó con la política: declara una vivienda en Majadahonda, otra en Aravaca y una más en Luarca (Asturias), 1 Plan de Pensiones y 1 seguro de vida. Según el Portal de Transparencia, las retribuciones de Troitiño en 2021 fueron de 65.700 euros que ahora pasan a Silvia Saavedra, que antes ganaba «solo» 58.000.
LAS DIFERENTES FORMAS DE CESAR A UN POLITICO. MANUEL VAZQUEZ MONTALBAN. Nadie ha sabido plasmar la imagen de aquel motorista repartidor de los ceses de Franco, motorista negro o caqui, que iba de El Pardo a su destino por la vía más corta de lo inapelable. Un político destituido por Franco sabía que el motorista venía y se iba por un túnel de silencio, ni siquiera se quitaba el casco, ni los ojos postizos de insecto, ni los guantes, ni el silencio de unos labios sellados, labios de ángel mensajero de aniquilaciones. De todos los ministros de Franco, el más afectado por la aparición del ángel de la muerte política fue Arias Salgado, Gabriel de nombre, arcángel de nuestras creencias, que consiguió salvar las almas de muchos españoles metiendo a toda España dentro de una funda de camisón con ventanilla. La amargura del cese se le metió en la aorta y no paró hasta que llegó al corazón, un fruto amargo, como ya había advertido Ignacio Aldecoa. De todas las víctimas de aquel motorista, mitad monje mitad guardia de Franco, sólo una renació de sus cenizas por el procedimiento de ser más inasequible al desaliento que un saguntino reconvertido. Me estoy refiriendo a Fraga, el único ministro destituido del franquismo que se sucedió a sí mismo y ha tenido más porvenir que el generalísimo. Nada se ha contado del choque, sin duda alguna frontal, entre el motorista y don Manuel. Las compañías de seguros corrieron un tupido velo sobre las catástrofes mecánicas y no consta que el motorista fuera internado en ninguna unidad de cuidados intensivos, así en la tierra como en el cielo. ¿Cómo fue el motorista de UCD? ¿Cómo es el motorista del PSOE? Es posible que el actual Gobierno, entre el regeneracionismo de Joaquín Costa y el posmodernismo de Rubert de Ventós, envíe los ceses a través de un servicio de mensajeros, por un frágil motorista pasota con casquillo más que casco, wambas sucias, cazadora de naílon con leyenda rockera y un desganado parte de cese: «Que no vuelvas por la Moncloa, tío, que estás más visto que Julio Iglesias«. Y si el destituido pide un respeto o explicaciones, por respuesta un poco de gas y un implacable «no te enrolles, Charles Boyer«. Artículo publicado por el escritor Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003) el 13 de febrero de 1984 en «El País» que goza de plena actualidad
Entre inútiles anda el juego.
Se os acaba el chollo ¡¡