Más denuncias en la Plaza de Pizarro (Majadahonda)

FERNANDO ÁLVAREZ. Soy el presidente de una comunidad de vecinos que junto a las comunidades aledañas a esta intentamos vivir en el centro de Majadahonda, en concreto frente a la Plaza de Pizarro. Dicha plaza siempre ha sido complicada, en un espacio urbano de uso masivo y muy transitado. Dicho espacio se peatonalizó hace unos años, con el fin de que los vecinos volvieran a ser los protagonistas de la calle en las que viven. Esta es la teoría que, como todas las teorías, son muy bonitas y sugestivas, pero que al final se han ido convirtiendo en un calvario para todos los que en ellas viven. Este espacio urbano ha empezado a ser ocupado por un sinfín de bares que han descubierto que las terrazas son un magnífico recurso para rentabilizar más sus negocios y con ello, han proseguido la ocupación sin límite de nuestra ciudad, sin ningún pudor y con la aparente complicidad de nuestros Ayuntamientos.


En concreto, en esta plaza hay un bar, que lleva un año abierto, y que ya desde su apertura viene causando problemas por acumularse gente en la puerta, sea la hora que sea, y que por las noches sobre todo se convierten en una pesadilla. Hace unos meses han solicitado una licencia para instalar una terraza, que está funcionando provisionalmente hasta que Urbanismo lo autorice o no. Como consecuencia de las medidas para favorecer a la hostelería, el Ayuntamiento, provisionalmente, les ha autorizado a ocupar más espacio del que tienen solicitado, con lo cual la invasión de la plaza es cada vez mayor, y su deterioro, la consecuencia. En dicha terraza ya de proporciones considerables para un espacio tan reducido, se acumula gente sin respetar las distancias entre mesas, los apelotonan alrededor de ellas, ocupan las salidas de los garajes, impiden el paso de los vehículos que usan la vía peatonal y como consecuencia el ruido y las molestias crecen exponencialmente.

La plaza Pizarro de Majadahonda: el Ayuntamiento retrasa la cita para recibirlos porque no quiere oír sus quejas

Los vecinos que aquí vivimos observamos con estupor este espectáculo lamentable, escondidos en nuestras casas. Por las noches, con las persianas bajadas y las ventanas cerradas en un ignominioso y nuevo confinamiento. Llamadas a la Policía, una, dos, tres y mil veces, pendientes de entrevistas que no llegan con nuestros representantes municipales. Y digo «nuestros» porque deberían serlo, ya que empiezo a no tenerlo muy claro. Y esta calamidad que se ha extendido por todo el centro de una Majadahonda ocupada por mil y una terrazas. No nos dejan descansar, no nos dejan dormir, no nos dejan vivir. Si queréis más, esto es lo que está pasando. Os invito a daros una vuelta para que comprobéis todo lo que os cuento. Lea las denuncias anteriores de vecinos de la Plaza de Pizarro.

Majadahonda Magazin