J. FEDERICO MTNEZ. Galicia ha renovado la mayoría absoluta de Feijoo, el único adversario interno del joven Pablo Casado dentro del PP, por templanza, mano izquierda, ciertas dosis de localismo (nacionalismo), flexibilidad y experiencia. Los perdedores son claros: Podemos desaparece, el PSOE fracasa una vez más como alternativa y los «vuelos por libre» de Cs sin el PP ni siquiera despegan. En el País Vasco es el PNV (el partido local de Euskadi por excelencia) quien gana y sigue en el poder en alianza con los socialistas. Pierden de nuevo Podemos, PP y Cs (esta vez en listas conjuntas) y Vox, que queda con un solitario parlamentario, como el que tenía en las Cortes de la Transición Fuerza Nueva con Blas Piñar o Euskadiko Ezkerra con Juan María Bandrés. Por cierto, buenos amigos como recogen sus memorias, que tuve el honor y gusto de editar con Adolfo Suárez como maestro de ceremonias de su presentación y el escultor Eduardo Chillida como prologuista. Así las cosas, ¿que incidencia podrían tener estos resultados en la política nacional y en su descenso a los infiernos locales? A tenor de la presencia en Bilbao del alcalde de Majadahonda en la campaña electoral con una buena parte de su «séquito» de concejales y asesores, parece que mucho.

El científico y articulista José María Rojas ya advirtió a los jóvenes concejales y asesores que «deberíais haber ido un fin de semana y no un día laborable, para no dejar desatendidas vuestras obligaciones con el Ayuntamiento de Majadahonda. Estoy seguro que no lo entenderéis, como es vuestro proceder habitual«, señalaba desde su red social. No era el único. Numerosos comentarios de vecinos afeaban al alcalde esta «deserción» de su despacho (similar a la «espantá» que hizo durante el periodo de coronavirus) y que además quedaba inmortalizada en sus habituales fotografías propagandísticas. Y es que pocos saben que los concejales y asesores del Ayuntamiento de Majadahonda tienen abonados los viajes si presentan sus facturas al interventor. ¿Habrán presentado estas? La ley de transparencia obliga a publicarlas.

¿LA «MINA DEL MORRO» O «EL MORRO DE LA MINA»?. El joven alcalde Ustarroz justificó así la presencia en Bilbao de al menos 4 concejales y 3 asesores del PP Majadahonda en jornada laboral: «Después de meses muy intensos de trabajo, parte de mi equipo y yo hemos venido a recorrer las calles de Bilbao para defender la libertad y el proyecto de unidad de PP más Cs». Y en un colegio electoral de curioso nombre añadió: «Hoy, en el colegio Mina del Morro de Bilbao, Bildu hacía campaña y, al denunciarlo, del PSOE hemos recibido insultos en lugar de apoyo». Por su parte, el concejal Angel Alonso aludía así los socialistas: «Y después de quitarles el tenderete, lo de siempre: acoso, señalamiento y hostigamiento, con la colaboración del PSOE que defiende a su nuevo socio de gobierno».

DOS VERSIONES SOBRE EL INCIDENTE CON BILDU. La impostura, sin embargo fue flagrante: «Mientras los de siempre siguen hoy ultrajando las tumbas de las víctimas del terrorismo, defendemos su memoria y la libertad en el casco viejo de Bilbao», escribía Angel Alonso sobre una foto de la tumba de Fernando Buesa, asesinado por ETA, pero ocultando que la víctima era socialista. Pero ¿qué ocurrió realmente en la Mina del Morro? Parece que algo curioso: el afiliado del PP Pablo CG, estudiante de Derecho y ADE, cuenta «lo que viví en el colegio electoral de Mina del Morro de Bilbao en las elecciones vascas. He estado de apoderado en otras elecciones en Madrid y jamás había visto algo parecido». Y mientras los dirigentes populares de Majadahonda aseguran que se enfrentaron a los batasunos por su ilegal campaña en la misma sede electoral, el apoderado del PP no menciona en su amplio relato a nadie de Majadahonda que se hubiera enfrentado a Bildu. ¿Falló de nuevo la versión oficial? ¿Otro error de comunicación?

LA INEXORABLE COALICION PP-Vox. PP y Vox caminan inexorablemente a una coalición, que el propio Santiago Abascal anticipa ya en su biografía literaria con Sanchez Dragó, pero… ¿Y Ciudadanos?. En un alarde de autonomía orgánica, Galicia y País Vasco han expresado sus dos caminos (con o sin el PP) y los dos conducen también inexorablemente a la melancolía. O refundación o muerte al estilo UPyD. Quien a hierro mata… En la Zona Oeste de la Comunidad de Madrid, Cs posee todavía una cierta implantación e incluso alguna alcaldía, por lo que parece claro que a fecha de hoy (en política tres años hasta el 2023 son tres siglos) su marca electoral acudiría en solitario a las urnas. Pero ¿y después?. La alianza por separado con el PP -previo pacto de apoyarse mutuamente la lista más votada- se cierne por presión de arriba, ya que Ignacio Aguado y Begoña Villacís querrán conservar el puesto y presionarán incluso para «confluir», en lenguaje de esta época, que es a lo que llaman «fusión». A lo lejos se ven los rescoldos del «España Suma«. De hecho, en este particular «juego de la silla», en cuanto en el Ayuntamiento de Pozuelo el PP se ha quedado sin el auxilio de Vox en una simple moción, allí acudió el partido naranja a prestar su salvavidas. Y es que a veces la política no hace tan extraños compañeros de cama… Próximo capítulo: «Uso y abuso» de Miguel Angel Blanco en la Zona Oeste de Madrid