
Vicente Araguas en la Casa de la Cultura «Carmen Conde»: De la mano del “Colectivo de Mujeres de Majadahonda” en cuestión diserté sobre lo que mejor conozco y más amo como es la Poesía, pensando que aunque sirva para defenderse y atacar y amar y desamar y reír y sollozar, no está de más el recuerdo del gran Shelley, quien en su “Defensa de la Poesía” señaló que esta debe ser orden, estructura, armonía».
VICENTE ARAGUAS. Me decía Inma, quien junto a Nina fueron mis anfitrionas el lunes 12 de mayo de 2025 en Majadahonda, Casa de la Cultura “Carmen Conde”, una buena poeta más recordada por pionera que por otra cosa, que no son solo “Asociación”, como pensaba yo, sino “Colectivo”. Que no es lo mismo, como tampoco lo es amor y ser amado, que decía la canción aquella, de cuando éramos jóvenes aprendices de poetas. Lo que sigo siendo, aprendiz de muchas cosas, también de cómo seguir envejeciendo con los ojos y el corazón abiertos. Algo así cómo explicar Poesía a mis alumnos de Primaria, o hacerlo con mis coetáneas y tres caballeros, que acompañaban a las damas que ese lunes llenaban la Sala Polivalente del “Carmen Conde”, esa poeta un tanto olvidada, mucho más que una pionera de la poesía erótica femenina en español. Yo llegué al “Colectivo de Mujeres de Majadahonda” gracias a Federico Utrera, tan polivalente él mismo, que estuvo al timón de esta nave majariega que se llama “Majadahonda Magazin” y que hace ya algo más de 3 años le cedió su dirección al no menos eficaz Manu Ramos. Y de la mano del “Colectivo” en cuestión diserté sobre lo que mejor conozco y más amo como es la Poesía, pensando que aunque sirva para defenderse y atacar y amar y desamar y reír y sollozar, no está de más el recuerdo del gran Shelley, quien en su “Defensa de la Poesía” señaló que esta debe ser orden, estructura, armonía. Pero que eso mismo puede y debe aplicarse al lenguaje. Clave en la casa poética. Y así comencé, con Shelley, mi exposición (podría decir que dicté una conferencia, pero esto hubiese mudado el blanco que yo buscaba, ilustrar en lo posible con un lenguaje llano). El de Catulo, con su Poema V, que Inma, catedrática de Griego y buena conocedora de Latín, recibió con cierto alborozo. El de Francisco de Quevedo, y no faltaron alusiones a “El Buscón”, y la presencia en “Majalahonda” de aquel sacristán, poeta chirle, el que pensaba que “Corpus Criste” no era sino un santo. Pero Quevedo estuvo en la charla con “Yo te untaré mis obras con tocino” y –bien recibido por el selecto público, cuarenta damas, tres caballeros– “Dícenme Don Jerónimo/ que me pones los cuernos con Ginesa”. Claro que, después, ya cerrando el acto hube de decir el poema más importante de la lengua española: ese soneto quevediano que se titula “Amor constante, más allá de la muerte”. El que comienza: “Cerrar podrá mis ojos la postrera”. Bien que la exposición la cerrase con unas ”Soleares” de mi autoría.

Vicente Araguas en la Casa de la Cultura «Carmen Conde»: «Después, ya cerrando el acto hube de decir el poema más importante de la lengua española: ese soneto quevediano que se titula “Amor constante, más allá de la muerte”. El que comienza: “Cerrar podrá mis ojos la postrera”. Bien que la exposición la cerrase con unas ”Soleares” de mi autoría».
HUBO TAMBIÉN COMUNICACIÓN CON EL PÚBLICO, CON DIVERSAS INTERVENCIONES, e incluso la lectura de un poema de José Hierro, el soneto neobarroco que finaliza con estos tres versos: “Qué más da que la nada fuera nada/ si más nada será después de todo,/ después de tanto todo para nada.” A la lectura del soneto “férreo” me instó un señor estupendo, quien me cedió, liberal por generoso, su -hasta cierto punto- declamación. Y, claro hablando de Hierro hube de contar un par de anécdotas, la de la visual de las piernas de Beatriz Villacañas y la de “usted no tiene ni puta vida”, cuando dudé ante Hierro de los méritos poéticos de Joaquín Sabina, ya conocidas por los lectores de “Majadahonda Magazin”. Quiero decir que la velada con el “Colectivo de Mujeres de Majadahonda” fue “delicatessen”. Incluyendo el recitado coral de “Bendita sea tu pureza”, dedicado a mi señora madre, María Teresa Álvarez, quien me enseñó esta décima cuando yo era pequeñito. Lo que tiene inculcar la Poesía en las mentes que se están haciendo. Recitado coral que me dice que igual no estoy equivocado llevando el mensaje poético de lado en lado. Esta vez gracias a un “”Colectivo” que es pura delicadeza majariega. Sí.
Qué bueno que la poesía visitara al Colectivo de Mujeres majariego en un 12 de mayo en que yo andaba por tierras del valle del Tietar frente al pico Almanzor el más alto de la Sierra de Gredos inmersa en mi autoconocimiento… Cuánto me ha alegrado ver a este Colectivo que ya tiene larga vida y al que deseo una vida futura más larga aún en nuestra casa del Magazin.
Qué bueno saberte receptiva a lo bueno que Majadahonda ofrece. Así este Colectivo de Mujeres, gesto a lo vivo de un pueblo/ ciudad que, lejos de ser dormitorio, está bien despierto. Sí.
Sr. Araguas: Gracias a la liberalidad del «Colectivo», yo fui uno de los tres caballeros que asistimos a la magnífica velada poética con la que usted nos deleitó en la tarde del 12 de mayo, y quiero felicitarlo por ello. Felicitación que hago extensiva por los interesantes artículos que de vez en cuando se publican en este Magazín con su firma.
Muchas gracias, Don Ángel. Lo digo y lo repito: «tres caballeros» con un grupo nutrido de damas ilustradas. Con gente como ustedes, al fin del mundo.