VICENTE ARAGUAS. (20 de agosto de 2024). Dale Juana al canastillo. No suelo volver sobre lo escrito. Me aburre un poco. Necesito más munición y practico el “nihil die sine línea” [«ningún día sin una línea»] (nueva, aclaro). Pero la recepción masiva, que agradezco, de mi artículo sobre la iluminada/ aprovechada, siembra cizaña que algo queda, de Mera/ Oleiros requiere algún matiz. En el mismo medio, “Majadahonda Magazin” que me da generosa hospitalidad. Aclaración rápida: llevo más de media vida escribiendo en los medios, pródigamente; “El Correo Gallego”, “Leer”, “El Urogallo”, “Revista de Libros”, “Diario 16” y actualmente en “La Región”, “Nordesía” y “Olga”, que además dirijo. Y en pocos me he sentido tan bien como en “Majadahonda Magazin”, tan estupendamente que le da risa a una pobre “tontaelhigo”, busque, busque en los diccionarios, para quien soy “xenófobo”, “corto” y “despreciable”, amén de “traidor a mis raíces”.
Y eso porque salí en defensa de mis conciudadanos madrileños: sí, soy gallego de Majadahonda, donde llevo medio siglo residiendo (y “je m´attache a ce que j´aime” [“Me quedo con lo que amo”], Léo Ferré); y ahora diga otra vez “menudo pedante”, señor de los menudillos dialécticos que me solfea y yo le doy las gracias. Pero, entérese señorita “tontaelhaba”, defendía en mi artículo, igualmente, a los gallegos “bos e xenerosos” [«buenos y generosos»] que abren sus puertas a la buena gente “mesetaria”, de Madrid o de cualquier otro lugar de la Meseta Central. Pero estos pavos ridículos van a por los madrileños, para qué engañarnos. No solo desde la xenofobia, odio/ miedo al extraño, sino desde un clasismo intolerable. Pues según la dueña del local de marras los veraneantes de hoy “cuentan con un nivel adquisitivo muy inferior al de antaño”.
Claro, es que los currantes también viajan y otro día habrá que hablar de la turismofobia, ampliada ya a la peregrinofobia, también detectable en Galicia, y no solo en Magaluf o Vegueta. Otro cantar. Sobre esos veraneantes que, mira por donde, escogen Galicia, o el Norte en general, el otro día en «El País», tan progre, una colaboradora que firma como Berna González, de Santander ella, asomaba también el plumerito. Camino de Mera, enfrente de la Solana coruñesa, veía yo al Marqués de Villaverde, a bordo del “Mascato”, año 1991 (que es que yo soy de de cerca, de Neda, “hijo predilecto”, por cierto, señora “tontalababa”, para que vea cuáles son mis raíces). Igual lo que quiere la señora María, del chiringuito de Mera/ Oleiros son veraneantes del estilo del Marqués, para que suban el nivel del sufrido currante, con derecho a vacaciones pagadas (a las “Vacances pagades” del libro de Pere Quart).
Y a la dama que dice que no se me entiende un “pijo” porque “apabullo” con mi “saber enciclopédico” (gracias, gracias, por esto último) le diré que pues me dirijo a ustedes en un medio culto, concebido para una ciudad que pasa por ser de las más cultas de España (o eso leí en algún sitio), no tengo problemas en hacer alguna cita pertinente. La verdad es que en mi artículo sobre el “baaar” (así se hace llamar, me dicen) en cuestión apenas mencioné, y muy de pasada, al Padre Coloma (pobrecillo, ¿quién lo recuerda?), Eça de Queiroz, Cela y Rosalía de Castro. Muy al paso. Como este artículo que es el último que escribo sobre tan curiosa cuestión. Lo hago vista la repercusión que tuvo el anterior. No suelo contestar a quienes opinan sobre lo que escribo, salvo que lo hagan a título privado, entre otras cosas por aquello de los “trolls” o de los que se esconden tras “nicknames”. No parece ser el caso de quien me llama, en el Facebook de “Majadahonda Magazin”, cosas de juzgado de guardia. Lo dejo de momento, aplicándole los tres adjetivos ya enunciados. Añado el de “bobita”, que es más que “boba”, naturalmente. Como “menudillo” más que “menudo”. En cuanto a “Dale Juana al canastillo”; expresión, ante lo cansino, muy de mi abuela. También de Neda. Como yo, Aunque en mi caso prime igualmente el sentimiento majariego. *Vicente Araguas es autor de «El deseo aislado. Poesía 2010-2024» (Ed. Sial/ Pigmalión).