JULIA BACHILLER. Majadahonda posee también un inframundo y habita entre nosotros. Y la Navidad, fiesta de la solidaridad, la fraternidad, la generosidad y la compasión por el más débil, es quizás el momento apropiado para recordarlo. No todo son lujosas urbanizaciones ni apreciados estándares de calidad de vida. La aparición de chabolas en distintos barrios de la ciudad empieza a preocupar a los vecinos por la situación de extrema marginalidad y pobreza que padecen sus habitantes. A principios del mes de septiembre de 2018 este medio de comunicación fue alertado de la existencia en un solar abandonado de una de estas construcciones. Ubicado en un lugar céntrico de la ciudad, en la calle Santa Lucía y con acceso peatonal por la calle Granadilla y la Travesía Duque de Alba, desde el exterior lo pudimos comprobar, a pesar de la alta valla que lo rodea y que no deja visualizar su interior. Desde las alturas el panorama cambia radicalmente: con la imagen que publicamos ahí puede apreciarse lo que alberga el solar abandonado. Desde finales del verano a día de hoy se ha duplicado el número de chabolas, así como también la basura vertida en el mismo, motivo por el cual los vecinos se han visto en la necesidad de alertar al Ayuntamiento. Durante los meses estivales han sido varias las ocasiones en las que han podido oírse peleas y gritos provenientes del lugar, como así aseguran algunos residentes de casas colindantes. Ahora a esta preocupación se añade la falta de higiene y salubridad del lugar, con las consecuencias que puede traer para la zona, sin olvidar que son personas de origen rumano viviendo en situación de alta precariedad.


Otra de las chabolas se encuentra situada no muy lejos del lugar donde se derribó el histórico edificio de Radio Argentina, a pocos metros, frente al Club Social de la Urbanización El Paular. Se sitúa junto al muro del cementerio, en una parcela de propiedad privada donde hace años estuviera el vivero “Los Almendros”. Son muchos los vecinos que han dado constancia de ella a través de las redes sociales: la hace visible la elevación del terreno donde está situada con respecto a la acera de la carretera de Boadilla que transcurre por el lugar. Cubierta con una lona de plástico azul y con numerosos objetos en su interior, como puede apreciarse en las imágenes, hace pensar que no es reciente la instalación de la misma. «Desconocemos las medidas que tomará el Ayuntamiento y los propietarios de estas parcelas ante esta situación, ya que al encontrarse en lugares privados la policía no tiene acceso a las mismas», señalan los vecinos. Una delicada y difícil circunstancia «que requiere la urgente asistencia social» y «ante la que hay que tomar soluciones por el bien de la convivencia vecinal», añaden otros. Y es que las decisiones que muchos de ellos creen que hay que adoptar «seguramente no serán del agrado de todos pero sí necesarias para evitar llegar a problemas mayores o de otra índole», advierten los habitantes de los edificios colindantes.

Majadahonda Magazin