El equipo de Pane Diem al completo: Nuria, Santiago, Julio y Daniel, frente a una delicia de chocolate firmada con su nombre

ELENA MARTICORENA. El obrador «Pane Diem» acaba de abrir sus puertas en Majadahonda y el 27 de agosto (2022), en la calle San Isidro 10, una larga cola de vecinos del municipio esperaba su turno para comprar pan, hojaldres, magdalenas, croissants y hasta porciones de pizzas y focaccias caseras. Desde las 8:00 hasta las 15:00 horas, esta tahona de Majadahonda no dejó de recibir clientes que quisieron probar sus elaboraciones y conocer de primera mano a los artífices de este proyecto. «La idea del negocio surge cuando yo era pequeño y mis padres trabajaban en turnos y horarios muy complicados. Nos dejaban a mi hermano y a mi a cargo de mis tíos y abuelos paternos, y con ellos hacíamos planes de futuro y ensoñaciones sobre la apertura de un futuro restaurante familiar en el que ofrecer y servir los platos caseros que en casa se cocinaban. También los postres caseros que elaboraba mi abuela, cuyas recetas heredó de su madre y ella traspasó a sus hijos, que me las enseñaron a mí».


Elena Marticorena

«Esos sueños quedaron guardados en mi niñez y el ritmo de la vida me llevó por caminos diferentes, pero siempre con la ilusión de poder retomar este sueño dormido en algún momento futuro de mi vida.  Este momento llega hace apenas un año, cuando, debido a una enfermedad y al ingreso en el hospital, estoy a punto de fallecer, hecho que hace que mis prioridades y valores cambien por completo. Empiezo a valorar de nuevo el vivir lento, recuperar las relaciones entre las personas y crear así un pequeño «oasis» en este mundo lleno de crispación, violencia y desconfianza, despertando así aquel sueño de la niñez» explica Julio Álvarez Díaz, el primero de los hoy cuatro integrantes del equipo de Pane Diem.


La abuela de Julio figura en el logotipo como homenaje

¿De dónde procede el nombre de Pane Diem? –El nombre surge en honor a las recetas de los postres caseros de mi abuela. En este caso las recetas de las magdalenas, mantecados, rosquillas, natillas, arroz con leche, flanes y torrijas que me lanzaron de lleno al despertar de ese sueño dormido. De ahí, por ejemplo, que la imagen del logotipo sea el retrato de mi abuela. ¿Quiénes integráis el proyecto? –El proyecto lo arranco yo, pero con el apoyo de la familia y de amigos. En la actualidad el equipo de trabajo está compuesto por 4 miembros: yo mismo, Daniel que es la persona encargada de elaborar los productos de chocolatería y pastelería, Nuria que se encarga del área de bollería y repostería y Santiago que lucha a diario por obtener un pan de calidad suprema. Además contamos con el apoyo externo de técnicos y grandes personalidades del sector, como José Pleite, Andrés, que es técnico repostero de la marca DEBIC, o Nacho García, entre otros.

El obrador «Pane Diem», totalmente artesanal y con las recetas de la abuela de Julio Álvarez Díaz

¿Qué productos ofrecéis? –Ofrecemos simplemente productos elaborados de manera artesanal, recuperando recetas caseras y empleando para ello productos naturales sin añadir ningún tipo de conservante o mejorante. ¿Ofrecéis alternativas para alergias o intolerancias? Ofrecemos un servicio de atención personalizada y elaboramos productos por encargo, ya sea para eventos especiales como para personas que necesiten algún producto en particular, siempre y cuando, en éste último caso, se solicite con regularidad y que podamos elaborar acorde a la licencia de actividad que tenemos. ¿Cuáles son vuestros productos estrellas? –Todos, porque cada área desarrolla productos únicos en su ámbito, comenzando por la panadería, en la que Santiago cuece panes especiales, pasando por la bollería y la repostería en la que no sólo tenemos las magdalenas caseras (receta de mi abuela), o los productos hojaldrados que crea nuestra compañera Nuria, pasando por las obras de arte en tartas y chocolates que inventa nuestro colega Daniel.

Majadahonda Magazin