FEDERICO MTNEZ. El informático y experto en marketing, Lorenzo Matinot (Las Rozas), falleció el pasado 7 de enero (2023) víctima de una grave enfermedad, producto quizás del tabaquismo o derivado de él y su funeral es este sábado 21 de enero a las 17:30 horas en la Capilla del Colegio Veracruz 2, Carretera de El Escorial 25, término municipal de Galapagar. MJD Magazin, a quien Lorenzo Matinot estuvo muy ligado en sus inicios en al año 2015, recibió así la terrible noticia este 18 de enero: «Hola soy Marta Matinot, hermana de Lorenzo: algunos de vosotros ya sabéis que Lorenzo se fue al Cielo el día 7 de enero. Muchísimos no lo sabíais, perdonarme por avisaros ahora pero Lorenzo tiene miles de contactos y yo voy poquito a poco. Os envío el enlace de cuando será su Misa de funeral, donde y hora. Cualquier cosa que necesitéis yo tengo el teléfono de mi hermano y os atiendo. Un abrazo enorme». Y el «shock» por el luctuoso e inesperado episodio aún permanece, ya que Lorenzo Matinot era un hombre eternamente joven, siempre vital y optimista, que apenas había rebasado los 60 años. Su lema en sus redes sociales deja constancia de su personalidad: «Quién no vive para servir, no sirve para vivir«.

Lorenzo había llegado al Grupo de Comunicación de Radio 3w, al que inicialmente estaba ligado MJD Magazin, desde su empleo anterior en Systems & Comunications Manager en Adecco Group. Quedará también para la memoria de Las Rozas y Majadahonda su discurso en los inicios de esa radio. Buceando en su hemeroteca, el periódico también dejaba constancia de su nombre a raíz de una edición en papel que se realizó con motivo de las elecciones municipales de 2015 y gracias a la experiencia de su editor, Javier Rueda, históricamente ligado a las rotativas de tinta y al legendario diario «Pueblo» de Madrid: «Construir un periódico nunca fue tarea fácil y aunque ahora las modernas redacciones son multimedia, como ocurre en 3w Media, que reúne prensa, radio y televisión en una misma plataforma con 3 canales diferentes, el lanzamiento de una edición en papel suponía todo un reto: desde que el presidente de la corporación, Javier Rueda, “parió” la idea, hasta que el director general, Pablo Vidal, comenzó a planificar la logística y el director de desarrollo tecnológico, Lorenzo Matinot, a pensar en los soportes y ramificaciones para amplificarla, todo fueron prisas, ilusiones, riesgos y duermevelas».

No hemos podido encontrar más datos biográficos de Lorenzo Matinot. Tampoco hacía falta para quienes convivimos tantas horas de quehacer con él porque sabemos de su impronta de humanidad, bondad y valores que deja como legado. «Cuando ser periodista era un milagro» es un artículo, totalmente vigente tanto hoy como hace un siglo, que retrata la historia de «El Pensamiento Astorgano«, mítica cabecera de un periódico local y familiar que se prolongó desde 1904 a 1979. Monarquía, dictadura, guerras, franquismo y transición contadas con un sello católico y conservador. Y encontramos un «Lorenzo Matinot«, quien sabe si ancestro suyo: «Con los años también, el relevo generacional fue alcanzando, poco a poco, a la nómina de colaboradores del periódico y en sus páginas fueron apareciendo las firmas de Lorenzo Matinot («Laurentius»): «Bien justificado podía estar el orgullo del director del periódico, de los lectores y de la propia ciudad con semejante plantel periodístico y literario. Y todos ellos, no hará falta decirlo, en calidad de periodistas «honorarios», pues la empresa apenas daba para cubrir gastos. Prueba de ello fueron los muchos cargos y empleos que hubo de desempeñar su director para poder mantener y sacar adelante tanto el periódico como a su familia numerosa: juez municipal, agente de seguros, gerente cinematográfico, secretario del Jurado Mixto Remolachero, fundador y director interino de la Escuela de Trabajo, gestor eclesiástico, corresponsal de agencias informativas y hasta representante de una industria turronera. El mismo pluriempleo al que estaban obligados otros muchos de su generación», cuenta su hijo José-Magín Revillo en la biografía para su nieta Nadia.

«El Pensamiento Astorgano», como hoy «Majadahonda Magazin», fue el altavoz de toda la diócesis. Su vida fue todo lo que pasaba en la ciudad. El 23 de enero del año 2015 salió a la calle la primera noticia y al igual que «El Pensamiento Astorgano«, fue fundado y dirigido por una sola persona, en el caso leonés Magín González Revillo «un hombre dicharachero, ingenioso y socarrón, que logró un estilo periodístico propio, de gran olfato y agudos chispazos que hacían las delicias de los lectores. De sus cualidades profesionales habla bien claro el que Manuel Gullón, gobernador general de las Islas Filipinas y astorgano de pro, quisiera llevarle como director del Diario de Manila o le propusiese ser redactor jefe de «La Época» de Madrid, puestos que no aceptó, quizá por no abandonar su pueblo y su «Pensamiento Astorgano».

No he encontrado mejor resumen para un periódico local que este: «Sería su instinto o su innegable olfato periodístico, lo cierto es que muy pronto fue ganando lectores y encumbrando su cabecera a lo más alto del periodismo local e incluso provincial. Tanto su información como su difusión no se limitaban a la ciudad, sino que alcanzaba a toda la diócesis y, por tanto, no solo a parte de la provincia sino también a las limítrofes. Incluía en sus páginas artículos de opinión, literarios, políticos y de actualidad, junto a las más variadas noticias vecinales, y la siempre puntual información del Obispado. Contaba el periódico en aquellos primeros años con colaboradores cuyos nombres y familias, ilustres los unos, conocidas las más, han sido protagonistas en algún momento de la historia de la ciudad. Los «folletones» literarios, los números extraordinarios de Semana Santa y los de las Fiestas patronales eran otras ofertas informativas de especial atractivo. Hubo además otros momentos felices, como las noticias sobre las cifras de audiencia, donde se recogían las numerosas felicitaciones llegadas de todas partes. Una calle recuerda hoy al fundador de aquel sueño familiar».

Los festejos, sin embargo, han terminado para Lorenzo Matinot. Su espíritu se ha fundido en el aire sutil y, como la tela sin cimiento de esta visión, las torres coronadas de nubes, los espléndidos palacios, los solemnes templos y la misma gran esfera, con todo lo que le pertenece, se disolverá. Y, como este efímero espectáculo, apenas dejará rastro alguno. «Estamos hechos de la misma sustancia que los sueños y nuestra pequeña vida se encierra en un sueño», escribía Shakespeare en el cuarto acto de La Tempestad cuando hace hablar a Próspero, el hechicero que despierta a los espíritus ancestrales desde el exilio de su isla en la que está prisionero. Descanse en Paz Lorenzo Matinot, un soñador que hoy es polvo de estrellas y al que le debemos ese grano que supo sembrar para construir este sueño también suyo que hasta hoy sigue siendo realidad.