

La infanta Elena, en la inauguración de Recal Majadahonda
«Gracias a un concurso público que convocó el Ayuntamiento de Majadahonda llevamos aquí ya tres años, hemos pasado de atender a 6 pacientes internos a poder atender a 24 internos y 12 ambulatorios«, detalla Patricia López Ewert, al tiempo que explica las fases del tratamiento: «La primera son tres meses, es una etapa intensiva en la que se consigue que el paciente acepte que tiene una enfermedad y que por eso ingresa en el centro. Poco a poco se van introduciendo los cambios de hábitos para que pueda vivir sin la sustancia una vez que salga del centro. Esos tres primeros meses intensivos se completan con hasta 9 meses, eso ya depende de la persona y de sus circunstancias. En la segunda fase, se reafirma todo lo aprendido en la primera pero ya incorporándose a la vida real, al trabajo, a los estudios…, eso ya depende de cada uno. Tenemos un acuerdo a través del Ayuntamiento con el Centro de Atención Integral a Drogodependientes (CAID) de Majadahonda por el cual nos mandan 4 pacientes al mes gratuitos. Tienen que ser pacientes del CAID y vecinos de Majadahonda«, revela la responsable de la Fundación Recal. El resto de los tratamientos son privados y cuestan 5.000 euros mensuales. Es mucho dinero pero los pacientes lo consideran hasta poco, si tenemos en cuenta el drama que superan y la atención tan personalizada que reciben hasta superar la enfermedad.

Tras la introducción sobre la forma de actuar y los pacientes que llegan hasta la Fundación Recal, la psicóloga María Quevedo toma el testigo para detallar en qué consisten sus tratamientos, en especial el «Modelo Minnesota»: «Se trata de un novedoso tratamiento de las adicciones, porque ahora no son solo a sustancias, como se entendía antes, sino también a comportamientos. Trata las adicciones con el programa de la recuperación de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos pero llevado a centros, que quiere decir profesionalizado. Nosotros tenemos el modelo y tenemos psicólogos, clínicos, psiquiatras, médicos … y un montón de terapias alternativas como yoga, terapia artística, músicoterapia… Todo encaminado a que el adicto deje de consumir«, detalla la psicóloga. «Es un modelo en que se piensa que la adicción es una enfermedad, tanto física, como mental, emocional y espiritual. El abordaje son estas cuatro patas de las que se compone la enfermedad. Hoy en día en Estados Unidos y en Gran Bretaña prácticamente no se utiliza otro modelo porque es muy eficaz», revela María Quevedo.

Camisetas de apoyo a Recal
«Las estadísticas nos reflejan que ahora tenemos un porcentaje bastante mayor que cualquier otro tratamiento, no solo en dejar de consumir, porque eso es relativamente fácil, sino de mantenerse en abstinencia y consumir sin recaer más tiempo. Ese es el reto, porque hay que hacerlo cuando vienen las dificultades. En sustancias, la heroína ha bajado sustancialmente y lo que nos encontramos es mucha cocaína con sexo, muchísimo joven con cannabis y sobre todo lo que nos estamos encontrando son los comportamientos a los que me refería antes: nuevas tecnologías y juego. En lo que se refiere a los trastornos alimentarios, algunos de ellos los tratamos también como adicción. En definitiva, las adicciones que no son químicas son las que cada vez estamos viendo más casos«, concluye la psicóloga María Quevedo de la Fundación Recal.










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