MANU RAMOS. «No os perdáis esto. En Majadahonda vive un científico, intelectual y poeta: José María Rojas Cabañeros. Es libre. Critica sin distinguir entre siglas. Pues el Ayuntamiento de Majadahonda ha decidido hacerle el vacío. Del PSOE a Vox, pasando por Cs, su partido. Queridos Pablo Casado y Santiago Abascal, esto va más allá de lo local. Sería muy saludable que apoyarais públicamente a José María Rojas y desautorizarais los pactos de silencio. Con los líderes de la izquierda no vale la pena ni intentarlo. No es anécdota: es categoría». Los 245.000 seguidores de Juan Carlos Girauta (@GirautaOficial), el columnista del diario ABC que se define como «ciudadano libre» de profesión jurista y acreditado profesionalmente como Master of Business Administration (MBA), pudieron leer este viernes 26 de junio (2020) la crónica de MJD Magazin titulada: «La Oposición de Majadahonda suscribe un “Pacto Mordaza” de PP-Vox para “no retuitear ni compartir” críticas«. Girauta hizo caso omiso a la moción aprobada por la unanimidad de los cuatro partidos (PP-Vox por el Gobierno, Cs y Psoe en la Oposición) y compartió y retuiteó la noticia, lo que ha aumentado espectacularmente su audiencia, convirtiéndose en la más leída del día con cifras inusuales para una información de corte político. La publicación afloró la reacción de dos concejales. Marina Pont (PP), teórica responsable de Comunicación (a la que no se le conoce iniciativa alguna en este sentido salvo su obediencia perruna al alcalde), y de su compañero de fatigas, Ismael Rastoll (Cs), que realizaron una acción coordinada en defensa de la moción.

Pont (PP) hizo este comentario: «Querido Juan Carlos, desde el inmenso afecto que sabes que te tengo, presentamos una moción para reprobar el ciberacoso que sufrieron dos afiliados de NNGG (Nuevas Generaciones), de 18 y 20 años. Repudiamos estas acciones y defendimos la libre expresión y la crítica desde el respeto al adversario. Este es el texto de la moción. El objetivo es tratar de elevar el debate político exigiendo a los representantes que busquemos argumentos que no caigan en bajezas. Los ciudadanos agradecerán que sus concejales no se dediquen a insultarse entre ellos. Un fuerte abrazo, amigo». Y Rastoll (Cs) añadió: «Y esta, la enmienda de Cs que aceptó el PP, garantizando así que el acuerdo no comprometiera en ningún caso la libertad de expresión: un derecho fundamental de todos los españoles. No fuimos nosotros quienes presentamos esta iniciativa, pero teníamos que posicionarnos en el debate y votarla. Por eso enmendamos pidiendo: 1. Ampliar el apoyo a todos los ciudadanos españoles acosados en RRSS. 2. Defender la libertad de expresión y el derecho a la crítica».

Sin embargo, Girauta no se tragó el anzuelo y se dirigió a Rastoll: «¿Pidiendo disculpas por lo que diga Rojas? ¿Excusándoos con el argumento de que solo es un militante de base? He ahí uno de vuestros grandes problemas: que todo un José María Rojas Cabañeros sea simplemente un militante de base». El debate ocasionó multitud de apoyos a Girauta y a Rojas, sobre todo al comprobar que el texto de la moción escondía lo que verdaderamente persigue: prohibir a los concejales que difundan los mensajes de José María Rojas en MJD Magazin. Con el periódico ya venían haciéndolo habitualmente, pero el nuevo frente «Rojas Cabañeros» les había abierto una «brecha digital» de imprevistas dimensiones. Y lo más curioso es que cuánto más vetan a este medio de comunicación, más crece, como puede apreciarse en las estadísticas que figuran al final de esta crónica.

NUMEROSAS REACCIONES. «No es tanto el texto en sí, son los pactos de silencio y las artimañas de la vieja política. Apartar y acallar a ciudadanos libres e inteligentes con trucos de tahúres en lugar de ser líderes que aúnen al talento» (@CiudadanoChe); «Pues yo por si acaso voy a seguir a @JmrojascabaJose. Mentes libres son imprescindibles» (@rafaeljsegura); «lo que han hecho, ni es lo más correcto, ni lo más valiente» (@Riki_a_p_); «No se salva ninguno. Son todos igual de trepas. Solo buscan su interés personal y si para ello tienen que pactar con el diablo pues se pacta y punto» (@ighercar); «Aunque no fuera ni científico, ni intelectual, ni poeta. Y precisamente al último al que intentaría silenciar, es al que va por libre y habla por sí mismo» (@Oku71345560); «Tu lo dices. Es libre» (@lucila_rius); «A los judios también los señalaban así» (@MaylandVictor); «Girauta, como los 4 políticos decentes que quedáis en este país que habéis abandonado la política no hagáis un partido… ya me diréis a quien voto viendo este panorama. Y en está situación es vital que la gente vote» (@plumadelpueblo); «Pues +1 seguidor» (@KarimRius); «Si un militante de un partido liberal no es libre: o le sobra el liberal al partido o lo que sobra es el partido. Todo mi apoyo a un gran profesor, docente, hombre y persona. Que su propio partido no le apoye después de ser de los pocos que hace algo de oposición, es surrealista (@debb1d); «Malos tiempos para las mentes libres» (@ra_kat); «Que lástima ver a Cs hacer estas cosas» (@antonio_carcedo); «El Dr. Rojas me dio clases cuando estudiaba odontología en @uaxuniversidad. Guardo muy buen recuerdo de él, un hombre muy exigente con sus alumnos pero ¡de trato exquisito! Le mando un saludo muy afectuoso y siga así, diciendo lo que le dé la gana, ¡guste o no! (@afigucan); «Acojonado me hallo con nuestra política, a todos los niveles. Vaya m***, el tener ideas propias, el pensar diferente; cuando la opinión y la crítica no se consiente, bueno, fuera del orden establecido, no está permitido» (@GregorioHGarca1).

MIL GRACIAS A LOS PARTIDOS POR EL BOICOT. JUAN F. MTNEZ. De bien nacidos es ser agradecidos y los 91 «retuits» y 181 «me gusta» por un lado y otros 70 «retuits» y 219 «me gusta» por el otro alcanzados por una de las crónica municipales de MJD Magazin hasta primera hora de este sábado 27 de junio es justo lo que los partidos proponentes deseaban impedir: «Con esta moción lo que pedimos es que la gente deje de hacer retuits o compartir» determinados mensajes de las redes sociales de Majadahonda, había dicho el concejal Pedro Mallén (Vox), a lo que su compañero de Gobierno, Angel Alonso (PP) precisó que “este Gobierno ha sido objeto de una campaña de insultos a través de las redes sociales”, que se pretendía evitar con la moción, aunque reconoció que a veces no son «insultos» sino «equivocaciones», «torpezas», «acaloramientos», «exabruptos» y «salidas de madre». Tan amplio abanico de impedimientos llevó al concejal Anselmo Soto a advertir si no se estaba intentado impedir a los ediles la difusión de noticias críticas con la gestión de PP-Vox sobre los «tests masivos, viviendas vacías de Pammasa o la ausencia de un plan económico y social” sobre la crisis del Covid 19. Incluso el concejal socialista David Rodríguez señaló a las «hordas de palmeros en redes sociales que se dedican a censurar noticias de personas y mandar a troles para atacar en los foros de Majadahonda, como hace un militante de su formación política”, en una alusión a la abnegada labor de dos militantes de Vox en Asturias ya identificados, que han sido reclutados por Vox en Majadahonda para censurar y atacar bajo cuerda por orden del partido a la prensa local, aunque parece que con escaso éxito de público y critica.

Y es que a veces los árboles de las redes sociales no nos dejan ver el bosque: siendo notable cualitativamente el alcance nacional de la noticia, que nos consta que ha causado «preocupación» en las altas esferas de PP y Vox por lo que está sucediendo ya casi a diario en la acción de Gobierno de Majadahonda, hay que precisar que cuantitativamente el impacto en la ciudad de las crónicas es mucho mayor. Cada mes proporcionamos a nuestros lectores con total transparencia esos números pero los políticos, expertos en el noble arte del disimulo y la distracción, además de malabares en el manejo de las cortinas de humo, se hacen trampas al solitario y solo miran al ombligo de su red social. Y es que como dice un vejo aforismo español «no hay peor ciego que el que no quiere ver», algo que un conocido sabio escurialense apostilló: «Y Dios ciega a quien quiere perder».