
Se trata de la “chica de la curva”, una figura fantasmagórica que, según varios testimonios, se ha aparecido en las inmediaciones de una peligrosa curva que conecta Majadahonda con Pozuelo. El relato, aunque se inscribe en el repertorio universal de leyendas urbanas —y existen versiones similares en distintos puntos de España y del mundo—, tiene en este caso un acento local que le otorga una extraña persistencia.
MIGUEL SANCHIZ. (Majadahonda, 11 de junio de 2025). En el corazón de la aparentemente apacible Majadahonda, entre urbanizaciones modernas y carreteras tranquilas, pervive una historia que se resiste a morir. Se transmite en susurros, como esas leyendas que nadie quiere confirmar, pero que todos conocen. Los más veteranos del municipio la recuerdan con una mezcla de escepticismo y respeto. Se trata de la “chica de la curva”, una figura fantasmagórica que, según varios testimonios, se ha aparecido en las inmediaciones de una peligrosa curva que conecta Majadahonda con Pozuelo. El relato, aunque se inscribe en el repertorio universal de leyendas urbanas —y existen versiones similares en distintos puntos de España y del mundo—, tiene en este caso un acento local que le otorga una extraña persistencia. La versión majariega suele comenzar en las primeras horas de la madrugada. Un conductor solitario circula por la M-503 o alguna de las viejas vías secundarias, y al bordear una curva particularmente cerrada, ve a una joven haciendo autostop. Tiene aspecto frágil, viste ropa clara, y su expresión es inexplicablemente triste.
EN LA MAYORÍA DE LOS RELATOS, EL CONDUCTOR SE DETIENE POR INSTINTO O COMPASIÓN, y la joven, educadamente, le pide que la lleve a Madrid. Se sienta en el asiento trasero. A lo largo del trayecto guarda silencio o dice pocas palabras. Pero al llegar al punto acordado, el conductor se da la vuelta… y el asiento está vacío. La muchacha ha desaparecido. Lo que transforma esta narración en algo más que un simple cuento de miedo es el hecho de que algunos testigos aseguran haber vivido esta experiencia en carne propia. Uno de los relatos más conocidos en Majadahonda es el de un hombre mayor que, tras uno de estos encuentros, acudió visiblemente alterado a contar su experiencia a la policía local. Aunque no hubo investigación oficial —al fin y al cabo, no se había cometido ningún delito—, su testimonio circuló durante años, avivando el misterio.
LA HISTORIA COBRÓ FUERZA EN LOS AÑOS OCHENTA Y NOVENTA, y fue recogida por varios programas de radio dedicados a lo insólito. Más recientemente, una periodista local volvió a hablar del tema en antena. Contó cómo su propio padre, décadas antes, había sufrido un accidente en esa misma curva, saliendo milagrosamente ileso. Según su relato, el coche quedó destrozado, pero él salió por su propio pie, aturdido pero sin un rasguño. “Algo o alguien le protegió”, dijo entonces. ¿Estamos ante una manifestación paranormal? ¿Una alucinación colectiva? ¿O simplemente una historia que se repite con distintas máscaras a lo largo del tiempo y del espacio? Los estudiosos de las leyendas urbanas explican que este tipo de relatos cumplen una función simbólica: alertan sobre los peligros de la conducción nocturna, canalizan miedos inconscientes y refuerzan la identidad de una comunidad. Que haya una “chica de la curva” en Majadahonda, como la hay en otros municipios de España, no invalida su valor como fenómeno psico-social. Al contrario: lo enriquece.
NO FALTA QUIEN VE EN ESTA HISTORIA UNA SUERTE DE ECO TRÁGICO DE UN ACCIDENTE REAL, tal vez olvidado, que habría tenido lugar en esa misma curva. En versiones más elaboradas, se dice que la joven fue víctima de un atropello en los años 70 mientras volvía de una fiesta, y que su espíritu aún espera ser “llevado a casa”. Aunque ninguna hemeroteca local ha documentado oficialmente un caso de estas características, el rumor persiste, y eso basta para mantener viva la historia. Incluso hoy, algunos vecinos aseguran sentir algo extraño al pasar por esa curva en las noches sin luna. No es raro que bajen la velocidad, miren por el retrovisor o incluso eviten la zona si pueden. No por miedo —dicen—, sino por respeto. Sea como leyenda urbana, coincidencia trágica o fenómeno inexplicable, lo cierto es que esta historia forma parte del imaginario majariego. Majadahonda, con sus avenidas iluminadas y su aire residencial, también guarda un rincón para lo misterioso. Y tal vez eso le confiere una dimensión más humana y entrañable. Porque, al final, toda comunidad necesita sus propios mitos. Aunque se deslicen por la noche en una curva solitaria.
Yo soy bastante escéptico en esto de apariciones
Miguel, está vez tengo que decirte que me has decepcionado. Esta historia es más de un programa de Iker Jiménez que de un escritor serio como tú. De todas formas podemos preguntar a la UCI. Seguramente descubre el porqué.
Saludos cariñoso
Es una leyenda que también la cuentan de la mujer que se aparece en el borde de una curva muy pronunciada en la autovía A 6 en la zona de Parque Lagos en dirección a Las Rozas y que produce accidentes al distraer al conductor. A mí no se me apareció pero hace muchos años pensando en la historia con sorna me distraje y le di un pequeño golpe al coche que me precedía. Hay muchas chicas en las curvas!
Perdón quise escribir la UCO
Interesante relato
En mi país, Argentina,hay un dicho que quizás acá en España se conozca también y dice así :
«»»Las brujas no existen pero que las hay,las hay.»»»
Todo lo que comúnmente llamamos Episodios Paranormales, de alguna manera en algún lugar existen,en la realidad??? o en nuestras mentes????, debemos rescatar que todo es posible, cuántas energías distintas generadas por nosotros se han manifestado en pruebas científicas serías y reconocidas.
Gracias Miguelito, hermano mío de la vida, no solo entretienes con tus envíos,sino que nos permite pensar, y remover el sarro acumulado en nuestras neuronas.
abrazo grande y sincero
A mi se me ha aparecido Perro Sánchez en sueños…Ahi lo dejo.
Tu eres un facha. Ahí lo dejo
Querido Miguel.
Con tu habitual perspicacia y desde una perspectiva estrictamente profesional hS descubierto uns historia que para los que vivimos Aquellos años y transitamos por aquellas rutas son conocidas y recordadas siquiera con un punto de nostalgia por aquellos años de aventuras y juventud.
Te felicito
Yo he visto a esa chica en la carretera
De la tal chica se hablaba en 1979, cuando me instalé en la Majada. También de un fantasma que se apsrecía en el cementerio de coches camino de El Pardillo. Historias curiosas a las que conviene volver. Como la de la muchacha, recurrente en todo el mundo. La has traído a cuento. O a cuenta. Te lo agradezco como lector de quien sabe contar. Como tú.
Yo tambien he conocido esa historia y la he revivido montones de veces viniendo en «600» desde Pozuelo a Majadahonda donde definitivamente me instalé en 1976, en noches de niebla y sin luna. Siempre me ha parecido una alucinación colectiva que hasta ahora nadie como Miguel ha contado tan bien. Gracias por hacernos recordar cosas de nuestra reciente tradición.
Isabel Sanz es una idiota socialista que perdona a Pedro Sánchez que sea corrupto porque es guapo. Ahí lo dejo.
Míticos Jiménez del Oso y Germán de Argumosa. Dos de los más grandes investigadores y comunicadores de temas paranormales y de misterio.