La expansión de la digitalización en la localidad madrileña corre paralela a la de infinidad de ciudades a lo largo y ancho de España, y se traduce desde en la realización de una gran variedad de gestiones online hasta en el desarrollo de nuevos formatos de ocio digital.
El ecosistema de internet se ha expandido desde hace años por todo el país, particularmente por las áreas urbanas que no tienen el problema de implantación de redes wifi, característico de muchas zonas rurales, pese al esfuerzo que se está realizando en este sentido para acortar la brecha digital territorial.
Majadahonda, como otras localidades que caen dentro de la España ‘digitalizada’, está plenamente insertada en el proceso de transformación digital, de manera que sus ciudadanos hacen vía online todo tipo gestiones, desde consultas sobre los diversos medios de transporte público que hay en la ciudad hasta la gestión de citas médicas en los centros de atención primaria.
Además, muchos habitantes teletrabajan desde Majadahonda, incluyendo tanto personas que han ido a residir a la localidad por los precios más asequibles de la vivienda con respecto a los de la almendra de Madrid, como también nómadas digitales que han decidido instalarse aquí, dado además el atractivo que tiene como ciudad de 15 minutos, un nuevo concepto basado en la idea de que los vecinos tarden menos de un cuarto de hora en acceder a servicios básicos, ya sea a pie, en bicicleta o utilizando el transporte público.
La digitalización también redimensiona el ocio
A lo ya visto, hay que añadir la digitalización del ocio, traducida desde en la posibilidad de comprar entradas online para conciertos u espectáculos hasta en la expansión de nuevos formatos de entretenimiento digital, lo que permite por ejemplo jugar al bingo en un casino online, sin tener que desplazarse a una de las salas físicas tradicionales para disfrutar de este popular juego.
Auge del comercio electrónico
Asimismo, en Majadahonda también se deja sentir la proliferación del comercio online, que es otro de los signos característicos del proceso de transformación digital a múltiples niveles que viven nuestras sociedades. La mejor prueba de su implantación en la localidad, es el aumento en los últimos años de locales que al margen de su actividad asumen la recepción de paquetes, para que los puedan recoger quienes pasan gran parte del día fuera de casa. Un problema recurrente en la compra online, del que están excluidos quienes teletrabajan o los nómadas digitales a los que nos referíamos antes.
E-administración en Majadahonda
Igualmente, los habitantes del municipio también se benefician de todo lo que supone poder realizar todo tipo de trámites y gestiones con la administración local vía online, sin tener que desplazarse ni perder tiempo ni padecer otras molestias asociadas a la burocracia presencial.
Así, desde la página web del ayuntamiento se pueden pagar impuestos municipales o hacer otros trámites en la sede electrónica. Pero también, es posible reservar instalaciones deportivas o plazas para actividades o cursos que programa el consistorio municipal.
Retos de la transformación digital
Con todo, hay que poner sobre la mesa que la digitalización pese a sus múltiples beneficios trae igualmente de la mano múltiples desafíos. El primero de ellos es el de la brecha digital, que como veíamos tiene un componente territorial derivado de la inequidad en el acceso a redes wifi de alta velocidad. Aunque particularmente se manifiesta a nivel generacional, contrastando las nuevas generaciones nativas digitales con las personas más mayores que carecen de ese dominio del ámbito online, y por tanto se ven excluidas de este proceso de transformación, sin que puedan beneficiare de sus ventajas pero viendo también como su día a día se complica, desde para acceder a servicios bancarios hasta para reservar una cita médica.
De ahí, el valor añadido que aportan iniciativas como la del Ayuntamiento de Majadahonda con el proyecto APS: ‘Rompiendo la brecha digital e intergeneracional’, que ha consistido en que jóvenes estudiantes ofreciesen formación y ayuda en el uso de las nuevas tecnologías a personas mayores de la localidad.
Una iniciativa muy valiosa y enriquecedora en ambas direcciones, que marca el camino hacia la meta de que la transformación digital pueda ser un fenómeno universal, sin que nadie quede rezagado por su edad.
Pero al margen de retos como la brecha digital, la expansión del mundo online que estamos viviendo también supone el desarrollo de nuevas amenazas, como es el caso de la ciberdelincuencia, habiéndose detectado precisamente en Majadahonda un aumento de fraudes en los que se suplanta a la Agencia Tributaria y otros organismos.
Para dar respuesta a este problema la concienciación y la formación adoptan de nuevo un papel clave, con el objetivo de que los ciudadanos de cualquier perfil tomen las medidas de protección necesarias, y puedan disfrutar de la cara amable de la transformación digital sin tener que padecer su reverso tenebroso.