“Aprovechaban circunstancias de consumo de alcohol y drogas para actuar, a sabiendas de que el estado de vigilancia queda mermado”, apunta la Guardia Civil. El método era siempre el mismo: utilizaban “aspavientos y choques fortuitos” para robar los teléfonos móviles y las carteras, que rápidamente entregaban a sus compinches. Operaban durante toda la noche y ocultaban los terminales en bolsas escondidas entre matorrales y arbustos». El periodista Gonzalo Araluce describe en El Español el modus operandi de la banda búlgara de «las cardarashis», que utilizaba a chicas menores de edad que se prestaban a robar en fiestas patronales como las de Majadahonda. Mientras que la banda estuvo en activo logró sustraer «más de mil teléfonos móviles» y otros objetos de valor que posteriormente vendían en Bulgaria para evitar dar pistas a los investigadores. Finalmente, la Guardia Civil consiguió desarticular este entramado criminal deteniendo a un total de 12 hombres y 19 mujeres, once de ellas menores de edad. Un proceso que no fue nada sencillo ya que ninguna de las chicas hablaba castellano ni portaba documentación alguna, con objeto de dificultar cualquier tipo de identificación, que unido a la minoría de edad, ponía más trabas a los agentes a la hora de investigar.


Fuente: MJD Magazin



 
												
