«Conocí a Lola Herrera en Barcelona, cuando nos entregaron a cada uno el Premio Ondas hace 67 años. Hemos admirado a Lola Herrera en infinidad de ocasiones donde ha demostrado su gran facilidad interpretativa, pero donde más en la obra «Cinco Horas con Mario», de Miguel Delibes. Lo que poca gente sabía, entonces y ahora, era que Lola estuvo casada con Daniel Dicenta, del que se separó al cabo de 7 años. En «Cinco Horas con Mario», ella vivió algunos momentos reales de su matrimonio  y 15 años después de su separación se volvieron a reencontrar, frente a frente, en una película sin guión, «Función de noche», estrenada en 1981 y dirigida por Josefina Molina, Dicenta y Herrera. En ella, ambos actores vomitaron todo lo que habían vivido y sentido durante y después de su matrimonio»

MIGUEL SANCHIZ (24 de noviembre de 2024). Gracias a la mediación de Ana Fernández Mallo y a la generosidad de Nuria Wilde, concejal de Cultura, pude disfrutar en el Teatro de la Casa de la Cultura Carmen Conde de Majadahonda de la obra «Tres Corazones Infinitos» que presentaban Lola Herrera y Luis Santana. El teatro estaba lleno y no fue una representación teatral al uso, sino un recital de recuerdos poéticos de tres luceros de la poesía española. Recordar es un privilegio de la edad, la juventud no recuerda, solo mira hacia adelante. Y yo recuerdo que conocí a Lola Herrera en Barcelona, cuando nos entregaron a cada uno el Premio Ondas hace 67 años. Hemos admirado a Lola Herrera en infinidad de ocasiones donde ha demostrado su gran facilidad interpretativa, pero donde más en la obra «Cinco Horas con Mario«, de Miguel Delibes. Lo que poca gente sabía, entonces y ahora, era que Lola estuvo casada con Daniel Dicenta, del que se separó al cabo de 7 años. En «Cinco Horas con Mario«, ella vivió algunos momentos reales de su matrimonio  y 15 años después de su separación se volvieron a reencontrar, frente a frente, en una película sin guión, «Función de noche«, estrenada en 1981 y dirigida por Josefina Molina, Dicenta y Herrera. En ella, ambos actores vomitaron todo lo que habían vivido y sentido durante y después de su matrimonio. «No sé hasta donde bajé en aquella grabación», dice Lola Herrera. Fue una película histórica, sobre todo porque en «Función de noche» se atrevió a hablar de muchos tabúes «que estaban prohibidos para las mujeres». El tema más comentado de todos, el sexual, era un asunto evitado porque en aquella época resultaba una vergüenza siquiera que las mujeres lo mencionasen. Lola Herrera, sin embargo, se confesó ante su ex marido y ante toda España con aquella mítica frase que ya ha pasado a la historia: «No he sentido un orgasmo en mi vida». Fin de la cita. Volvamos a la realidad del 15 de noviembre de 2024 en Majadahonda.

Miguel Sanchíz

LOLA HERRERA, GUAPÍSIMA, VESTIDA DE ROJO, ANUNCIA EL PRIMERO DE SUS «CORAZONES INFINITOS» CON EL POETA ANTONIO MACHADO. Y añade esto el que firma este relato: «Nació en Sevilla en julio de 1875. No obtuvo el título de Bachiller hasta que cumplió los 25 años. Leonor Izquierdo fue el gran amor de su vida desde el primer momento que la vio, cuando ella tenía 13 años. Tuvieron que esperar a la mayoría de edad –15 años entonces– para poder casarse (él contaba con 34 años), formalizando un matrimonio en el que fueron realmente felices hasta que la muerte los separó al cabo de 3 años por la tuberculosis asesina: «Caminante, tus huellas son el camino, y nada mas; caminante, no hay camino, se hace camino al andar». En la voz de Lola Herrera sonaron a himno. El barítono Luis Santana le puso la canción y el público la coreo con entusiasmo.

Antonio Machado: «Nació en Sevilla en julio de 1875. No obtuvo el título de Bachiller hasta que cumplió los 25 años. Leonor Izquierdo fue el gran amor de su vida desde el primer momento que la vio, cuando ella tenía 13 años»

EL SEGUNDO «CORAZON INFINITO»: MIGUEL HERNÁNDEZ. Cuando solo tenía 14 años de edad, su padre procedió a sacarlo del colegio para que se dedicara a ejercer labores de pastoreo. Al parecer, acudía a las entrevistas de trabajo sin calcetines y con alpargatas. Y es que siempre mantuvo la “ruralidad” de su aspecto, lo que no gustaba a todos los intelectuales de la época. En concreto, dicen que no le gustaba nada a Federico García Lorca. Al contrario que otros intelectuales de la época, Miguel Hernández no solo se mantuvo en España y luchó en la Guerra Civil sino que además se destacaba su valentía, pues no dudaba en situarse en la primera línea. Tuvo un fuerte enfrentamiento con Rafael Alberti. En concreto, al acudir a la sede de Alianza de Intelectuales Antifascistas de Madrid, después de volver de las trincheras se encontró con que este, entre otras muchas personas, se hallaba celebrando una fiesta con su pareja, María Teresa León. Como el poeta alicantino se lo reprochó y María Teresa salió al quite, el comentario de indignación de Miguel Hernández fue: “aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta”. ¿Estuvo Miguel en el frente de Majadahonda?. Quizás también, como estuvo en los de Pozuelo y Boadilla, pues Majadahonda era una ciudad cercana, en una de cuyas residencias de mayores falleció María Teresa León y en cuyo cementerio está enterrada.

Miguel Hernández a Ramón Sijé: «a él le dedicó su extraordinaria Elegía: «Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores, pajareará tu alma colmenera. A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero».

EN DICIEMBRE DE 1935 MURIÓ EL FRATERNAL AMIGO DE TODA LA VIDA DE MIGUEL HERNÁNDEZ. Se llamaba Ramón Sijé y a él le dedicó su extraordinaria Elegía: «Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores, pajareará tu alma colmenera. A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero». Precisamente fue la guerra la que propició que el autor de «Perito en lunas» se preocupara de apoyar a aquellos que sacrificaron su vida por aquella causa. Uno de ellos era el periodista cubano Pablo de la Torriente, que cayó muerto en el frente de Majadahonda el 19 de diciembre de 1936, al que le dedicó otro poema. Josefina Manresa fue el gran amor de su vida y la madre de sus hijos. Decía: “tanto versico en la cabeza que no da para comer”. El 4 de enero de 1939 nació su segundo hijo, Manuel Miguel, a quien dedicó las famosas «Nanas de la cebolla»: «Vuela niño en la doble luna del pecho. Él, triste de cebolla. Tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre». Al morir Miguel Hernández no pudieron cerrarle los ojos.

«Federico mantuvo una relación amorosa con Salvador Dalí, que se pone de manifiesto dentro de la obra poética del escritor, en el que podemos encontrar un poema titulado «Oda a Salvador Dalí»

EN EL TERCER TIEMPO DE LA NOCHE DE POETAS, LOLA HERRERA SE ARRANCÓ CON FEDERICO GARCIA LORCA. Lo que no contó Lola Herrera, porque no estaba convocada para ello, fue que el poeta granadino fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca. Aprendió a caminar a la edad de cuatro años. Se licencio en Derecho y nunca ejerció. Entre 1919 y 1922 conoce a Luis Buñuel, Salvador Dalí y José Moreno Villa, entre otros escritores. Un año más tarde se matricula en la Facultad de Filosofía y Letras. Federico mantuvo una relación amorosa con Salvador Dalí, que se pone de manifiesto dentro de la obra poética del escritor, en el que podemos encontrar un poema titulado «Oda a Salvador Dalí»: «¡Oh, Salvador Dalí, de voz aceitunada!. No elogio tu imperfecto pincel adolescente, ni tu color que ronda la color de tu tiempo, pero alabo tus ansias de eterno limitado». Era bien sabido por sus allegados que Lorca solía representar su propia muerte. Se tumbaba en la cama y descomponía su rostro. Después sus amigos lo metían en un ataúd y lo llevaban al cementerio, donde “resucitaba”.

Charo Rodríguez Naveda, Nuria Wilde y Miguel Sanchiz el día del estreno

AUNQUE VARIOS ESTUDIOSOS IGNORAN EL PORQUÉ NO SALIÓ DE ESPAÑA a sabiendas de las represalias que había en su contra, el historiador Manuel Reina develó que el poeta granadino no dejó su tierra por “un rubio Albacete”, llamado Juan Ramírez de Lucas, quien al morir en 2010 entregó una cajita a su hermana que incluía cartas y poemas, entre otros documentos. Y lo más importante: un diario en el que confirmaba que él era el triste protagonista de los enigmáticos «Sonetos del amor oscuro» que Lorca escribiría antes de ser asesinado. El pintor Salvador Dalí exclamó «¡Olé!» cuando le comunicaron que Lorca había sido asesinado, mientras que Borges, quien lo despreciaba y lo consideraba un poeta de mera utillería, sostuvo siempre que su muerte trágica le dio esa gran notoriedad en la posteridad. Borges, era ciego. Lola Herrera, con su saber hacer, nos regaló algunos versos de García Lorca a los que Luis Santana puso voz en canción. Cerró su actuación con «Los cuatro muleros», que el público coreó y finalizó con aplausos para los dos artistas y para el pianista que puso música, sin partitura, leyendo el pentagrama en una tablet. Uno se fija en todo lo que es distinto. Un éxito más en el palmarés del Teatro de la Casa de la Cultura Carmen Conde y de su concejal Nuria Wilde.

 

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